El estrés laboral, derivado de la pandemia
La contingencia sanitaria promovió el impulso de modelos de organización laboral que combinaran las habilidades personales y el desarrollo tecnológico. El teletrabajo, trabajo a distancia o home office, permitió a muchas industrias continuar desempeñando actividades.
Es cierto que en un principio la emergencia generó desajustes y hubo bajas en la productividad; sin embargo, conforme fue avanzando el tiempo, el modelo de trabajo se fue ajustando, la productividad fue recuperándose y en algunos casos hasta creció.
No obstante, este modelo emergente de organización laboral, que fue normalizándose conforme la emergencia sanitaria no cedía, se deformó y empezó a generar estrés y agotamiento laboral, burnout, entre los trabajadores.
La comodidad y seguridad del hogar, para quienes pudieron y aún pueden desempeñar sus responsabilidades desde casa, fue invadida por solicitudes “emergentes” de trabajo en días y horarios inusuales.
Las presiones para atender estas emergencias, las cuales se fueron normalizando y haciendo cada vez más frecuentes, empezaron a generar un estrés laboral que afectó la salud mental de los trabajadores, ya que además de vivir bajo la incertidumbre y miedo al contagio, se incorporó la posibilidad de perder el empleo si se negaba o condicionaba el cumplimiento y atención de estas emergencias, al sucederse en horarios y días inhábiles.
Las cargas emocionales que se fueron generando entre los trabajadores a distancia, así como la existente entre quienes por la naturaleza de sus responsabilidades debían salir a trabajar, han creado un entorno nocivo de estrés laboral crónico, el cual afecta tanto la productividad como la salud de los trabajadores, lo que genera impactos en la economía.
En el caso de México, de acuerdo a la OMS, el 75% de los trabajadores mexicanos padecen estrés laboral.
Cabe señalar que para el organismo internacional, a finales de esta década, las enfermedades relacionadas con trastornos mentales y emocionales se configurarán como el principal factor incapacitante entre la población económicamente activa y una de las principales causas de mortalidaden el mundo.
Dichos datos son respaldados por el estudio realizado por Ubhuru Technologies, la firma también señala que 500 mil trabajadores incrementan sustantivamente la posibilidad de sufrir algún accidente en su trabajo o camino a él, además de que la constante presión e inseguridad que significa perder el empleo, genera que una persona pueda perder hasta 25 días al año por depresión, lo que implica una disminución de poco menos de 25% de la productividad, que considera una pérdida de valor equivalente a 16 millones de pesos del Producto Interno Bruto.
Por tal motivo, es importante que los jefes y dueños de negocios muestren empatía con sus empleados o colaboradores, lo que es distinto de sobreprotegerlos y tolerar incompetencias. Para la firma, es importante que las empresas realicen un diagnóstico sobre el entorno laboral en sus empresas, las necesidades de sus empleados e identificar las necesidades de capacitación y modificación de las rutinas laborales, así como el establecimiento de resultados y metas a lograr.
En octubre de 2019 se aprobó la NOM 035, contra el estrés laboral, mediante la cual se pretende lograr establecer sinergias entre los integrantes de una empresa con el objeto de atajar el estrés laboral y mejorar las condiciones de trabajo, con lo cual se eleva la productividad y se protege la integridad de los trabajadores.