El mal y el bien.

Mientras el tiraje de periódicos y ratings televisivos indiquen que el público desea más escarnio, los medios se lo darán.

El presidente de la República dilapida su valioso tiempo en las “Conferencias mañaneras” que de suyo son un despropósito, y parte de ellas las dedica a criticar a quienes lo critican.

Con su vasta experiencia política ya debería saber que tener encima a una crítica dura y constante representa una buena fórmula para gobernar bien.

Es conocido el cuento del campesino que le pidió a Dios que cancelara los huracanes y las heladas para que siempre hubiera buen clima.

Le fue concedido su deseo, pero el resultado fue una cosecha de baja calidad; faltaron la excesiva humedad de la tormenta, y el frío exterminador de las plagas.


MUCHAS COSAS DESAGRADABLES SON INDISPENSABLES PARA VIVIR BIEN. 

Algunos animales mueren para que otros sobrevivan; esto no pareciera justo, pero es necesario.
Además, los puntos de vista disparejos son necesarios.

Si la gacela opinara de los leones, diría que son monstruos portadores de la muerte; pero un cazador o un niño darán descripciones muy diferentes.

Desde luego que algunas cosas desagradables también tienen mala prensa.

Por ejemplo, el oficio más antiguo del mundo que siempre está en el vértice de la controversia.

La prensa y los moralistas le condenan, pero los prácticos lo consideran necesario para evitar daños sociales de hombres —y excepcionalmente mujeres— insatisfechos sexualmente que merodearían a las familias inocentes.

Más aún, ha sido base de la economía en poblaciones, como las ciudades griegas del período arcaico, donde los burdeles que allí tienen su origen, en Atenas, por ejemplo, que sus utilidades financiaron el liderazgo futuro.

AMLO CREE QUE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN SON DAÑINOS.

lLase conservadores- y sus excesos lo enferman de “repulsivitis”.

Sobre reacciona ante las notas publicadas por el diario Reforma, que le han arrancado las muecas, carcajadas fingidas y gesticulaciones divertidísimas, para el disfrute del mundo.

Al presidente le recomiendo que haga un ejercicio de memoria para recordar que en otro momento de su carrera política no consideraba excesiva la amplia difusión a Los Amigos de Fox; al Pemexgate; a los estragos de la guerra de Calderón contra el narco; a la Casa Blanca de Peña Nieto, y a las bajezas del “góber precioso” de Puebla.

Que recuerde que gracias a la difusión de las imágenes de sus funcionarios, Gustavo Ponce apostando en el Bellaggio de Las Vegas y René Bejarano atascándose de dólares, se salvó de seguir cargando con sus desprestigios.

Esos escándalos han sido necesarios para la salud democrática de la vida pública.

Claro que los medios de comunicación también deben cuidar los excesos, y el quid está en determinar cuando una batahola llega al límite de lo pernicioso.

Mientras el tiraje de periódicos y ratings televisivos indiquen que el público desea más escarnio, los medios se lo darán.

Los unos (los políticos y servidores públicos) como los otros (medios de comunicación) son males necesarios, y su ausencia sería garrafal para la sociedad.

Lo de las críticas es un mal minúsculo comparado con el que se generaría sin ellas.

Finalmente, además de recordarle que ahora la prensa es sólo una parte de lo que era desde la llegada de las redes sociales, debe aceptar que muchas veces un mal pequeño es un gran bien.

Leopoldo Espinosa Benavides es el Cronista Oficial de Monterrey. Es empresario de los medios de comunicación y fundó la hoy Universidad Metropolitana de Monterrey, que vendió a un grupo de accionistas encabezados por Alfonso Romo Garza, jefe de la oficina de la presidencia de México.

Leopoldo Espinosa Benavides

Leopoldo Espinosa Benavides es el Cronista Oficial de Monterrey. Es empresario de los medios de comunicación y fundó la hoy Universidad Metropolitana de Monterrey, que vendió a un grupo de accionistas encabezados por Alfonso Romo Garza, jefe de la oficina de la presidencia de México.