Hay 35.7 millones de pobres sin atención médica y con carencias sociales
Ramírez Barba es médico, maestro en Ciencias Médicas, exfuncionario del IMSS, varias veces legislador federal y local por el PAN de Guanajuato y secretario de la Comisión de Salud de la LXV Legislatura, por ello lo invité a platicar sobre la situación actual del sector salud público, en nuestro país, ya que, con la pandemia y la desaparición del Seguro Popular, ha habido muchas quejas por la atención del INSABI.
RMO: Buenos días Héctor, podrías explicar el significado de derecho constitucional a la salud?
ERB: En nuestro país el derecho a la protección de la salud es un derecho expreso en nuestra Constitución y está considerado como un derecho humano, por lo que el Estado mexicano está obligado a garantizarlo y protegerlo gratuitamente.
RMO: Sin embargo, hay datos que reflejan otra realidad.
ERB: Así es, millones de personas en nuestro país no tienen acceso a los servicios de salud, recientemente el CONEVAL informó al Senado que en los resultados de la “Evaluación Estratégica de Salud” midió que el INSABI, Instituto de Salud para el Bienestar, dejó sin acceso a los servicios de Salud a más de 15.7 millones de mexicanos, al pasar del 16.2% en 2018 al 28.2% en 2020 el porcentaje de personas sin acceso a los servicios de salud.
35.7 MILLONES CON GRAVES CARENCIAS
Los resultados de este estudio del CONEVAL también señalan que tenemos 35.7 millones de pobres sin atención médica, medicamentos y en promedio, con tres carencias sociales más.
Es claro que el acceso a los servicios de salud y medicamentos gratuitos como prometió el actual gobierno no solo no se avanzó, sino que ha tenido un evidente retroceso.
RMO: Entonces es un problema de presupuesto o de estructura?
ERB: Efectivamente para que el Estado pueda asumir esta responsabilidad requiere de los recursos necesarios ello; desafortunadamente invertimos muy poco en esta materia, los recursos públicos representan alrededor del 2.9% del PIB, esto es, un gasto en la función salud de 704 mil millones de pesos para el año 2022.
INEFICAZ EJECUCIÓN DEL PRESUPUESTO
Hoy el escaso presupuesto público destinado a salud y su ineficaz ejecución han provocado que cada vez más las familias tengan que asumir el costo de la atención médica y los medicamentos que no son proporcionados por el sistema público, con el consecuente incremento en el gasto de bolsillo.
Por supuesto que es necesario destinar mayores recursos públicos para garantizar el ejercicio del derecho a la protección de la salud para todas y todos; pero también es muy importante que quienes ejerzan los recursos los hagan de forma eficaz y eficiente.
Tenemos que superar las ocurrencias actuales, es necesario planear estratégicamente con una visión de corto, mediano y largo plazo, con base en información fidedigna y sobre evidencia científica, para que los limitados recursos se logre el mayor beneficio posible, además se debe rendir cuentas sobre el ejercicio de los mismos.
Hoy nuestro sistema de salud deambula sin rumbo.
RMO: ¿No quiere o no puede?
ERB: La heterogeneidad y complejidad que presenta el sistema magnifica su problemática.
Un seguro de salud universal o un sistema único de salud, implicaría poder armonizar y coordinar los servicios de todas estas instituciones, pero se requiere de una gran voluntad, capacidad técnica y operación política para impulsar un proyecto de la magnitud que se requiere.
No es una tarea sencilla, pero si es posible. Sin embargo, ante la incapacidad de gobierno para articular tan solo la gestión de los servicios de salud y el acceso a medicamentos para las personas sin seguridad social, que tiene obligación de atender a través del INSABI pero que no logra su cometido.
Ante ello, en una nueva ocurrencia es proporcionar ahora esos servicios a través del programa IMSS Bienestar.
NO TIENEN NI IDEA
Esto es una muestra clara de que desde el gobierno no se tiene idea de cómo avanzar para construir un sistema único de salud.
RMO: Que panorama tan obscuro, entonces como atender las enfermedades degenerativas e infecciosas que laceran a las clases más necesitadas?
ERB: El panorama epidemiológico es de incremento de las enfermedades no transmisibles o crónicas, a lo que han contribuido los nuevos estilos de vida, el sedentarismo, el estrés, el consumo de tabaco y de drogas, entre otros; enfrentamos patrones alimentarios compuestos por alimentos procesados de alto contenido energético y de grasas que originan sobrepeso y obesidad; colesterol elevado, hipertensión arterial y diabetes.
ENVEJECIMIENTO
A esto hay que sumar procesos como el envejecimiento de la población, con lo cual se configura un escenario extremadamente complejo.
Ante ello es necesario fortalecer el enfoque preventivo en salud; pues estas enfermedades son prevenibles, hay que educar a la población.
Pero para implementar acciones eficaces es necesario contar con información veraz y oportuna, que nos permita planear e instrumentar las acciones pertinentes, acciones que podamos medir en su impacto y evaluar y perfeccionar.
NO HAY VIGILANCIA EPIDEMIOLÓGICA
Se requiere contar con un sistema de vigilancia epidemiológica de este tipo de enfermedades que permita generar información relevante y mecanismos de seguimiento correspondientes.
Necesitamos fortalecer acciones preventivas muy importantes como la vacunación, ya que el Programa Nacional de Vacunación en los últimos años presenta rezagos y retrocesos alarmantes, que implica el riesgo del resurgimiento de enfermedades que ya estaban erradicadas o controladas.
Se requiere planear y realizar una compra estratégica de medicamentos y otros insumos para la salud, reconfigurar y los esquemas de compras consolidadas eficaces; además de fortalecer los mecanismos e infraestructura para su distribución a todos los lugares del país donde se requieren.
PANDEMIA SIGUE
RMO: ¿Cuál es el estatus actual y que futuro tiene el COVID-19?
ERB: En la Comisión de Salud poco se ha discutido este tema, la mayoría de Morena y sus aliados se empeñan en defender lo indefendible.
La pandemia que enfrentamos ha puesto a prueba nuestra capacidad para encontrar respuestas acordes a los retos de esta magnitud.
La pandemia no ha terminado, por ello la máxima autoridad sanitaria en nuestro país, que en nuestro caso es al Consejo de Salubridad General, debería establecer con toda claridad las medidas preventivas que la población en general debería seguir instrumentando.
Hoy parece que se repetirá la historia, un gobierno federal incapaz de asumir la responsabilidad de conducir una estrategia de regreso seguro a las actividades normales de la sociedad; con el establecimiento de medidas que mantengan la protección y seguridad para evitar el repunte de contagios y el incremento de muertes, que son evitables.
Se ha constatado que la medida más eficaz hasta el momento es la vacunación, por ello reconocemos la importancia de haber aprobado un presupuesto de más de 26 mil millones de pesos para el Programa de Vacunación en 2022.
Sin embargo, estos recursos servirán para resarcir los rezagos de los últimos años ya que como señalan los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018-2019, en ese periodo el país reportó sus peores niveles de vacunación en los últimos 18 años.
Tampoco está claro cuánto de estos recursos se destinarán a la compra de vacunas contra el virus SARS-CoV-2, pero tampoco, cuáles serán las medidas preventivas que deberemos seguir observando y cumpliendo para evitar el contagio y la enfermedad.
Sin embargo, pareciera que el gobierno ha dado por terminado el programa de vacunación, cuando aún existen muchos adultos mayores de 18 años sin vacuna, el gobierno federal debería hacer un esfuerzo importante por vacunar a quienes no han podido, por diversas razones acceder a la vacuna.
Es necesario realizar una campaña de información que destaque los beneficios de estar vacunados contra Covid-19.
Se ha autorizado la vacuna para los niños mayores de 5 años, por lo que se debe tomar la decisión de aplicar las vacunas contra Covid-19 a este segmento de la población.
Hemos insistido y seguiremos en que la actuación del gobierno debe revisarse por un grupo de expertos independientes, pues los errores y omisiones de los responsables deben conocerse para, en su caso, sancionarlos de acuerdo con nuestras normas.
Las más de 323 mil muertes, muchas de ellas evitables, deben ser motivo para revisar qué hicimos bien y qué hicimos mal para no volver a cometer los mismos errores.