La concentración del poder
Porfirio Muñoz Ledo, controvertido personaje de la política nacional aseguró que la concentración del poder por parte del jefe del ejecutivo irá en decremento en la medida que se acerque la sucesión presidencial, eso es cierto, aunque peligroso.
Desde tiempos del presidente Salinas de Gortari no se veía tanto poder en la persona del jefe del ejecutivo, ya en aquel tiempo las críticas al entonces mandatario eran por ese poder unipersonal, al grado que se hablaba de una reforma constitucional para favorecer la reelección.
Luego de cuatro presidentes se vuelve a presentar la concentración del poder en la figura presidencial, tenemos un mandatario fuerte, aprobado por la mayoría de los mexicanos, respaldado por el pueblo en su forma de ejercer el poder.
Esto nos recuerda que Salinas de Gortari vivió una situación similar, sólo que, al terminar su sexenio, el país estaba desmoronándose y junto a las malas decisiones del sucesor, Ernesto Zedillo, la economía terminó por colapsar en diciembre de 1994.
Es cierto lo que afirma Muñoz Ledo, la concentración del poder en los gobernantes tiene un declive en la medida que se acerca su salida del poder, es un fenómeno natural en las democracias; se refuerza porque los grupos con influencia voltean a ver a los potenciales sucesores quienes se empoderan a cada momento que aumenta su posibilidad de triunfo electoral.
El caso López Obrador no es nuevo en cuanto a la acumulación del poder presidencial, en los tiempos del partido hegemónico se vivieron casos como Gustavo Díaz Ordaz, entre otros.
El poder absoluto en la figura del presidente deriva de vivir en una democracia representativa presidencialista centralizada, diferente a lo que se vive en otros presidencialismos como EUA donde el federalismo, junto a otros factores, le resta poder al presidente.
La hegemonía de partido es otro elemento que contribuye al poder unipersonal en el presidente, saber que los poderes legislativo y judicial están bajo su disposición facilita el empoderamiento absoluto, lo que llama Muñoz Ledo, concentración del poder.
Si bien es cierto que hay un declive, también es real que se da el fenómeno de “gato acorralado”, es decir, al saber que es imposible contener la desbandada en su partido, la disminución de poder y la pérdida de control, aparece el fantasma de pretender dar un golpe de timón, de empoderarse a cualquier costo.
El 2022 será el año más difícil de sobrellevar nuestra maltrecha democracia....
...lo será porque desconocemos lo que hará el mandatario al saberse menguado en su potestad, al conocer que los otrora incondicionales pueden estar fraguando alianzas contrarias a Morena.
En este supuesto de desertores están Ricardo Monreal ya en abierta confronta con el jefe del ejecutivo, Marcelo Ebrard quien aspira y sabe es el último boleto para la grande y algunos de los otros actores como gobernadores y senadores quienes, al no ver respaldadas sus aspiraciones, formarán bloques de oposición al mandatario.
El año por venir será difícil y dependerá de la lealtad a su condición de oposición por parte de diputados y senadores para evitar reformas constitucionales tendientes a una potencial reelección o ampliación de mandato.
Vienen momentos de definiciones porque al saberse menguado en su concentración de poder, el mandatario puede reaccionar como lo hacen “los gatos acorralados”: en actitud ofensiva más que defensiva, en posición de ataque.