La opaca transparencia de la SRE
La Secretaría de Relaciones Exteriores reservó por cinco años los documentos oficiales por medio de los cuales la SRE autorizó y entregó indebidamente información de matrículas consulares del Registro Consular a unos investigadores en Estados Unidos.
La principal razón esgrimida para no divulgar los documentos oficiales indica que podría afectar los derechos de debido proceso en la investigación en curso por el Órgano Interno de Control Especializado en Quejas, Denuncias e Investigaciones.
Dicha investigación, en donde se busca determinar la responsabilidad de servidores públicos involucrados, fue abierta al día siguiente de publicarse la columna Sin Ataduras, “La SRE transfirió datos ilegalmente” (MILENIO y DETONA, 8 de febrero de 2024).
La información consular fue entregada a Ernesto Tiburcio, compañero de maestría en la Universidad de Chicago de Roberto Velasco Alvarez, jefe de Unidad para América del Norte, que contiene datos de 8.8 millones de mexicanos residentes en Estados Unidos.
La gravedad del asunto es evidente:
Si se reelige Donald Trump, favorito en las encuestas, a partir del primer día de su gobierno hará redadas y deportaciones masivas de millones de indocumentados, gracias a los datos proporcionados ilegalmente cuando Marcelo Ebrard era el titular.
La resolución del Comité de Transparencia de la SRE que avaló la clasificación de la información como reservada por cinco años, de fecha 7 de marzo de 2024, folio 330026824000242, aparentemente podría ser correcta en la forma, pero resulta absurda en el fondo, según las siguientes observaciones de este columnista:
- Roberto Velasco Álvarez se lavó las manos cuando afirmó que “no autorizó ni entregó información sobre matrículas consulares del Registro Consular” y echó la pelota a su subordinado, el director general de Servicios Consulares, Arturo Rocha Hernández, al señalar que esta oficina maneja el Registro Consular.
- Resulta anormal que Velasco no supervise a su subordinado en asunto tan delicado que vulnera a la comunidad mexicana y que Rocha presuntamente no haya solicitado autorización de su jefe para la entrega de la información consular.
- En este caso, ambos serían corresponsables, uno por omisión y el otro por comisión.
- Arturo Rocha Hernández reconoció que “se localizaron los documentos solicitados” por un ciudadano anónimo, pero los declara “información reservada” arguyendo que “existe un procedimiento de responsabilidad administrativa en trámite identificado con el número de expediente 2024/S.R.E./DE11”, y por ello reclamó el derecho de presunción de inocencia.
- Así, el mismo funcionario que entregó irregularmente los datos consulares es el mismo que clasificó como reservada la información para su beneficio, todo avalado por el Comité de Transparencia de la SRE.
Velasco dice que no sabe nada pero Tiburcio le agradeció la información en la primera página de su trabajo, The Local Reaction to Unauthorized Mexican Migration to the US, (La reacción local a la emigración mexicana en EU).
Los presuntos responsables patearon la pelota para ganar tiempo ante el inminente cambio sexenal.