Lecciones del exilio republicano en México
Visité en esta ilustre ciudad la exposición Mirada y presencia sobre el exilio republicano español en México.
Cuando miré el retrato de León Felipe, pintado por Jesús Martí Martín, recordé el recital que pronunció en la Casa del Lago del Bosque de Chapultepec, en una sala atiborrada de jóvenes de abultada melena.
Era la época efervescente al inicio del movimiento estudiantil del 68.
León Felipe declamó con voz frágil algunos fragmentos de poemas como Español del éxodo y del llanto, los ojos achicados por sus gruesos anteojos negros, la barba indómita, bastón en mano.
Poco después murió de nostalgia en 1968, cuando Franco aún vivía.
Casi medio millón de españoles tuvieron que exiliarse tras la Guerra Civil.
Gracias a la generosidad del gobierno de Lázaro Cárdenas más de 20 mil recibieron refugio en México.
El Centro Documental de la Memoria Histórica, entidad del gobierno español dependiente del Ministerio de Cultura y Deporte, organizó la muestra en colaboración con la Universidad de Salamanca, y con el acervo del Ateneo Español de México:
- Documentos.
- Cartas.
- Libros.
- Fotografías.
- Grabados.
- Pinturas.
- Testimonios audiovisuales.
Una gráfica muestra los barcos que arribaron a Veracruz entre 1939 y 1942 portando a miles de refugiados españoles:
- Flandre.
- Sinaia.
- Ipanema.
- Mexique.
- Siboney.
- Alsina.
- Serpa Pinto II.
- Nyassa.
- Sao Thome.
- Guinea.
Se exhibe un volante que la oficina mexicana de la Unión General de Trabajadores de España (UGT) distribuyó a la llegada de los refugiados a quienes prometió “máximo empeño para rescatar de los campos de concentración de Francia y de las ardientes arenas de África a la gran masa de compatriotas que allí continúan”.
Hay un ejemplar de la revista Los 4 Gatos, fundada por escritores republicanos.
El número de enero de 1948 contiene un texto firmado por Antoniorrobles, a quien conocí en los años setenta en Excélsior cuando él publicaba breves cuentos infantiles ilustrados por él.
La revista publica también un anuncio publicitario del célebre Café Campoamor, situado en Bolívar 38, lugar de tertulia favorita de republicanos desde los años cuarenta.
El anuncio me recordó la anécdota de algún porfiado optimista que repetía una y otra vez a sus amigos: “Este año cae Franco”, al mismo tiempo que golpeteaba la mesa del Café Campoamor con el índice.
ABEL QUEZADA
La escena fue motivo de broma del ingenioso Abel Quezada quien, dicen, publicó un cartón en Excélsior donde el dedo del refugiado se hacía cada más chico con el paso de los años por tan constante golpeteo, mientras que Franco murió aferrado al poder en 1975.
La Embajada de México no colaboró en la exposición, -quizá por la “pausa” luego de la carta de solicitud de perdón sin respuesta del rey-, a pesar de ser motivo de orgullo nacional la gesta diplomática del general Cárdenas.
El exilio republicano español en México recuerda la necesidad de fomentar los valores de la democracia, la justicia, la inclusión y la tolerancia que tanto urge infundir en la sociedad mexicana...