Fuera De La Caja

A mitad del camino

Macario Schettino DETONA: Desde 2009, las democracias empezaron a derivar al populismo, los mercados se fueron cerrando y la ciencia fue invadida por la agenda identitaria, “anticapitalista” y alarmista.

Hace algún tiempo, en la incertidumbre que produjo el surgimiento de los medios masivos de información, se generalizó la preocupación por el crecimiento de movimientos obreros, dirigidos por izquierdistas que, además, tenían una retórica agresiva en contra de las tradiciones.

Las escasas noticias que llegaban del desaparecido imperio en el que estos izquierdistas gobernaban alimentaban el miedo.

Muchas personas pensaron que había que enfrentarlos, y decidieron respaldar a líderes aún más agresivos, pero a favor de las tradiciones.

El primero en llegar al poder, fanfarrón y bravucón, afortunadamente no tenía capacidad militar para afectar otros países.

Pero hubo alguien que lo admiraba, aprendió de él y que alcanzó a dirigir un país que sí tenía una poderosa maquinaria militar.

Cuando este segundo personaje amenazó con invadir a vecinos más débiles, se organizó una conferencia internacional para evitar una guerra generalizada.

En ella, lo que quedaba del viejo país líder, Reino Unido, aceptó “tirar bajo el autobús” al presidente Benes, de Checoslovaquia, quien estaba dispuesto a enfrentar a ese agresivo país, Alemania, en guerra.

Mientras Chamberlain aseguraba feliz que había logrado la paz, los cancilleres de Alemania y la Unión Soviética negociaban el pacto que se llamaría Molotov-Ribbentrop, en el que prometían no agredirse, pero se dividían Polonia y los países bálticos, a los que invadirían poco tiempo después.

Lo demás, como dicen, es historia.

Ahora, en la incertidumbre que provocan internet y las redes sociales, se ha generalizado una preocupación por el crecimiento de grupos encabezados por izquierdistas que, además, tienen una retórica agresiva en contra de las tradiciones.

En Estados Unidos le llaman a esto “ideología woke”.

Las escasas noticias que llegan de los espacios que han ocupado alimentan el miedo.

Muchas personas piensan que hay que enfrentarlos, y han decidido respaldar líderes aún más agresivos, pero que dicen estar a favor de las tradiciones.

El más conocido es Donald Trump, pero tiene muchos “dobles” en América, Asia y Europa.

Estos líderes llegan al poder apoyados por los incautos que creen que no representan un riesgo, sino la salvación frente a la gran amenaza que es “la izquierda”.

Han elegido, entonces, a personas con una gran capacidad destructiva; personalmente cobardes, pero agresivos y abusadores; profundamente deseosos de poder y riquezas, que llegan acompañados de sujetos viles, porque nadie más podría soportarlos por mucho tiempo.

  • En aquella ocasión, esto ocurrió en el centro del mundo, que ya estaba en clara decadencia.
  • Hoy también.

Entonces, sin embargo, había una reserva en otra parte, que al final logró mover la balanza a favor del viejo liberalismo y detener las dos amenazas totalitarias, de izquierda y de derecha.

Ese viejo liberalismo, que no es otra cosa que la combinación de democracia, mercado y ciencia, está nuevamente amenazado por dos visiones totalitarias, de izquierda y de derecha.

Hoy, en cambio, no parece existir esa reserva para enfrentarlos.

Conviene recordar que lo que hoy vemos no empezó ayer, sino hace ya 15 años.

Desde 2009, las democracias empezaron a derivar al populismo, los mercados se fueron cerrando y la ciencia fue invadida por la agenda identitaria, “anticapitalista” y alarmista.

Crecieron las regulaciones, se enquistaron activistas en los presupuestos públicos y se produjo un gran grupo de perdedores, la carne de cañón de los bravucones.

Ambas ideologías, la identitaria (woke) y la seudo-libertaria (Trump), son aberraciones del sistema que por más de medio siglo nos permitió el mayor avance en la historia de la humanidad.

Regresar a esa ruta, si acaso es posible, va a requerir mucho tiempo.

Por ahora, sigo pensando que estamos a la mitad del camino, aunque me sea imposible identificar todavía el destino al que nos dirigimos.
Macario Schettino

Profesor de la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey.