El Papa Francisco
Juan Pablo II me bendijo cuando estaba embarazada de mi hija mayor.
Años después, mi esposo y yo tuvimos el privilegio de asistir a una audiencia. Recordó su viaje a México y su devoción por la Virgen de Guadalupe.
La elección del cardenal jesuita Jorge Bergoglio como el Papa Francisco tuvo un hondo significado.
Estudié con los jesuitas en la Universidad Iberoamericana y luego en la Pontificia Universidad Gregoriana en Roma.
La rigurosidad en el pensamiento, la lógica, el discernimiento, la disciplina para el estudio y el compromiso social, me marcaron.
Durante mi estancia como embajadora de México ante Turquía tuve la oportunidad de que el Patriarca de la Iglesia Ortodoxa de Constantinopla, Bartolomé, me narrara su diálogo con el Papa Francisco.
Ambos propician el ecumenismo y están comprometidos con el cuidado del medio ambiente
El Patriarca Bartolomé considera que la relación del hombre con Dios y la naturaleza es fundamental y busca enfatizar la sacralidad de la creación.
El Papa Francisco en sus dos encíclicas Laudato Si de 2015 y Laudato Deum de 2023, puso al centro de la reflexión y la acción:
- El cuidado de la Casa Común, la Tierra.
- El abuso que hemos hecho de los recursos naturales.
- El compromiso en el combate al cambio climático e invitó a una “conversión ecológica”.
El Papa jesuita tomó el nombre de Francisco por San Francisco de Asís.
Nombró a un sacerdote franciscano mexicano, el Padre Rubén Tierrablanca, obispo de Estambul, quien murió ejerciendo su responsabilidad durante la pandemia de COVID
El padre Rubén, querido por todos los mexicanos y su grey, era un hombre excepcional y así lo reconoció el Papa. Le encargó una tarea nada fácil: el diálogo ecuménico en esa maravillosa ciudad, crisol de religiones que es Estambul.
Durante mi gestión como Representante Permanente ante los organismos internacionales con sede en Roma, la organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos, tuve oportunidad de escuchar a Su Santidad varias veces.
Defensor del medio ambiente, de la lucha contra la pobreza y el hambre, objetivo de esas agencias, de los más vulnerables, de los migrantes, donó una escultura de Aydin, el niño sirio que murió ahogado en el Mar Egeo que ahora se encuentra en el vestíbulo de la FAO.
Antes de partir como embajadora de México ante el gobierno de los Estados Unidos, en 2018, pedí una audiencia con el Papa Francisco.
Tuve la oportunidad de recibir la bendición y las oraciones del Papa Francisco para mi nueva y difícil misión.
Al decirle que iba a EU a representar a México, soltó una suave risa y me dijo “Vaya tarea”.
Le pedí trabajar cercana a la Iglesia católica en EU para defender a los migrantes, ya atacados desde entonces por el presidente Trump.
El Papa Francisco no ha dejado de defenderlos y los ha encomendado a la Virgen de Guadalupe.