¿Por qué el proyecto de hacer de México “potencia científica” se incubará en NL?
Nuevo León cuenta con la infraestructura, grandes centros de investigación y estudios como el ITESM y la UANL, así como el capital humano suficiente para cumplir este desafío, sin contar con la ventaja territorial (así la llama el geopolítico Robert D. Kaplan en su libro The Revenge of Geography, 2014), de nuestra vecindad e interacción comercial con Texas.
Sheinbaum pone como ejemplo que México alcanzará el estatus de potencia científica-tecnológica con la invención y ensamblado de un coche eléctrico 100% mexicano, llamado Olinia, que en náhuatl quiere decir “moverse”, a precios de mercado muy accesibles.
¿Por qué convendría que Olinia, orgullosamente mexicano, se ensamble en tierras nuevoleonesas?
Por dos motivos:
El primero, porque según el indicador de desarrollo tecnológico que imponen expertos demógrafos como Emmanuel Todd, las regiones con más egresados en ingenierías son los más aptos para incubar proyectos innovadores de última generación.
Proporcionalmente, nuestro estado tiene más egresados en ingeniería (16%) que la media nacional (12%).
Segundo, porque Nuevo León está a un paso de convertirse en el hub de electromovilidad más avanzado de América Latina, con la mano de obra más calificada y las cadenas de suministro mejor establecidas a nivel regional.
Las veces que he señalado estas ventajas de Nuevo León en algunos foros académicos locales, algunos me rebaten que las relaciones del gobernador Samuel García con la presidenta Claudia Sheinbaum no son las más óptimas.
¡Qué equivocados están!
Sheinbaum acaba de instruir al la SICT (Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes) que el tramo de la carretera 58 Galeana-San Roberto pase a propiedad del Estado, lo que empuja a seguir construyendo la carretera Interserrana, entre otras grandes obras como el próximo tren de pasajeros que pasará por Nuevo León.
Al hecho histórico de que, por primera vez, llega a la presidencia de México una mujer y una científica, añadamos el hecho, también histórico, de que seremos potencia científica-tecnológica, mientras otros países se obsesionan en destruirse mutuamente con guerras territoriales y religiosas.