¿A qué fueron a Guadalajara?
Los de a pie nunca sabremos la intención real ni los contenidos de las reuniones que sostuvieron los alcaldes y el gobernador electos de Nuevo León, que fueron a Jalisco a “aprender” de aquel modelo de gobierno y de seguridad.
Trascendió nada más que Enrique Alfaro Ramírez, el mandatario tapatío, los atendió ahora sí que "a cuerpo de rey".
¿Y eso qué nos deja a los ciudadanos de Nuevo León?
No es por xenofobia, sino que los números hablan por sí solos, porque Nuevo León ciertamente no es el paraíso de la seguridad, pero, insisto, con todo respeto ¿qué nos van a enseñar los de Jalisco, que no han podido contener la violencia ni en sus ciudades y rancherías?
Porque a leguas se ve, que si Nuevo León es un punto rojo en el mapa, Jalisco es un purpurado, en materia de seguridad y que allá, por mucho modelo que presuman, las cosas están mucho peor que acá.
Estaba mejor que los alcaldes, César Garza, Cristina Díaz, el joven Colosio y el “príncipe” sin trono, Miguel Treviño, entre otros, hubieran dicho que tenían antojo de tortas ahogadas encabezados por Samuel García, el joven gobernador electo…