¿Quién mató al periodismo?
No lo cursaron en las universidades.
Tampoco en cursillos por correspondencia. Ni los empíricos en las mesas de redacción. A donde se llegaba como aprendiz, chalán, recortando teletipos, en las goteras del archivo fotográfico.
A nuestro periodismo impreso, cuarto poder social, lo fueron eliminando los dictadores, los hacendados, los hijos del ciudadano Kane.
La pléyade de actores serviles. A quienes los gobernantes llamaban a sus teléfonos rojos y les imponían los encabezados.
Los cañonazos financieros, para la compra de publicidad disfrazada de publirreportaje.
Del cochupo en sobres, durante las giras presidenciales. Nada como la fuente oficial. En los tres órdenes de gobierno.
Se llenó la barra noticiosa de mujeres voluptuosas y de...
...hombres de sexualidad flexible.
Cuatro horas de repetición anquilosada. Resulta inexplicable y tortuosa.
Al periodismo real lo condenaron a desaparecer los dueños de los cabezales. De los grupos informativos. Con sus estrellas subvencionadas. Atracadores con charola de clave 20.
Los estudiantes de la carrera de periodismo desconocen los 15 minutos de fama.
Sus aspiraciones son el trending topic del día.
Aspiran a crear contenido tendencioso y falto de ética.
A desfilar por la alfombra roja de las celebridades.
A mejorar las cuentas del banco y la de sus verdaderos amos.
Los juniors del negocio más antiguo del mundo.