¿Se voló la barda la Profeco poniendo lonas en las gasolineras caras de NL?
Algunas estaciones, que incluso están a tiro de piedra de la Terminal de Despacho de Cadereyta, cobran precios exorbitantes sin compadecerse del cliente.
El titular de la Profeco en nuestro estado, Iván Escalante Ruiz, recibió la encomienda de sus jefes federales de combatir los precios altos de las gasolineras, colgando lonas con la leyenda:
“No cargues aquí, se vuelan la barda”.
Más allá de que la decoración exterior no equivale a una sanción, la especulación de combustible se combate con la simple competencia comercial.
Así de fácil.
Bien lo decía el más grande libertario, Murray Rothbard:
“Deja que en estos casos opere libremente la oferta y la demanda, porque es lo moralmente correcto y lo prácticamente eficiente”.
El diablo está en favorecer el sofocante monopolio, no en abrirse a la libre competencia.
Si en la gasolinera que tengo al alcance de mi mano (o de mi volante) me cobran el litro más caro, me voy a la siguiente y asunto arreglado.
O si decido pagar ese excedente porque tengo prisa, quiero llegar pronto a mi casa o por mera flojera de buscar otra gasolinera más barata, soy libre de tomar esa decisión.
Es lo que en economía se conoce como “trade-off” (sacrificas unas cosas para obtener otras).
Por lo general, las gasolineras que venden el litro de gasolina más barato tienen más clientes.
No suele haber falla.
En San Pedro, corazón de la vanidad nuevoleonesa, están algunas de las gasolineras más careras.
¿Por qué?
Quizá por complejo de superioridad.
Sin embargo, aunque los precios en estas estaciones oscilan entre $25.99 y $26.50 pesos por litro, con un margen de ganancia de hasta $5.16 pesos, ese exceso lo aceptan algunos clientes.
- Ni modo.
- Allá ellos.
- Nada que reprocharles.
Si bien en tierra de comerciantes el “margen razonable” es sinónimo de “Monterrey sin contaminación” (o sea, una mera ilusión), la verdad es que es muchísimo más persuasivo el sentido común que una lona colgada por la Profeco.
Las gasolineras con “precios competitivos”, es decir, entre $22.66 y $23.99 pesos por litro, saldrán ganando sobre sus competidores.
Tendrán más ventas.
La justicia del moderado sobre el ambicioso es más abundante que el agua en Monterrey.
De nuevo, se trata de calcular oferta y demanda.
Mal hace la Profeco en Nuevo León prometiendo más vigilancia y lonas para los gasolineros cobrones.
Porque al final del día, perjudica más al consumidor que te cobren litros de gasolina sin ponerle al tanque realmente lo que pagas, que si te cobran el litro de combustible a precios considerablemente más altos que el promedio.
Lo segundo es exceso, lo primero es delito.
Y si dejamos que se cometa este delito impunemente, llenar el tanque puede convertirse para los nuevoleoneses en un deporte extremo para nuestros bolsillos.
Lo anterior no quita que, si ves una lona de la Profeco en una gasolinera, lo mejor es que te pases de largo a la siguiente estación.