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¿Será que veremos los meses más delirantes de López Obrador?

Como buen tirano populista, López nunca se imaginó que llegaría el momento de abandonar el poder, y es obvio que va a intentar conservar toda la autoridad, incluso para que la nueva presidenta se someta a sus órdenes. López, un gobernante autoritario que no soporta los contrapesos, ahora se enfrenta a la incómoda realidad de que su principal contrapeso va a ser Claudia Sheinbaum, porque ella es la que va a tener los micrófonos, las cámaras, la atención, y la autoridad oficial. ¿Será esto el preludio de una confrontación entre los dos? Ya lo veremos. Mientras tanto, la confianza en México sigue deteriorándose, y el peso sigue perdiendo valor.