Trump nos impone 25% de aranceles: ¿qué hacer y qué no hacer en NL?
Acompáñame a la primera sección: ¿qué no debemos hacer?
Para empezar, lo simple: no tienes por qué dejar de ir, por supuesta solidaridad patriótica, a supermercados cuya cadena sea de origen gabacho o a cafeterías como Starbucks.
No creas que los empleados de estos negocios son migrantes gringos.
Te garantizo que todos nacieron en México.
Los insumos de esas cafeterías son nacionales o latinoamericanos; los muebles los maquilaron ebanistas de aquí, las pantallas son de Taiwán y hasta las tazas de cerámica que venden son chinas.
El Freeze Latino Movement, que promueve boicots económicos para reducir el consumo en grandes cadenas norteamericanas, está en Dallas y Chicago, y sus protestas (muy legítimas y que yo apoyo 100%) van dirigidas contra las deportaciones masivas de migrantes mexicanos y apuntan a empresas que se niegan a vender productos importados de México o dejaron de contratar connacionales nuestros.
Otro contexto, otras medidas.
Segundo, si tienes un negocio en Monterrey, San Pedro o Guadalupe y es de exportación de productos o piezas a EUA, no entres en pánico.
Take it easy.
“Resiste la presión”, como dice Trump, quien para lo único que sirve es para dar consejos empresariales.
No vas a quebrar (al menos no por los nuevos aranceles).
Lo más seguro es que el tipo de cambio se deprecie esta misma semana y absorberá en gran medida la carga de los aranceles.
Estos perderán su eficacia en un santiamén.
Por otra parte, si eres dueño de una agencia de vehículos automotrices (este sector representa el 37% de las exportaciones estatales dejando una derrama de $15,289 millones de dólares en el tercer trimestre de 2024) o trabajas ahí, reflexiona lo siguiente.
La cadena de valor en tu sector es tan compleja que es imposible que se mantengan por mucho tiempo los aranceles trumpianos.
Te lo explico con el ejemplo de un simple condensador.
Lo fabrica una empresa en Carolina del Norte.
Esta la vende a otra en Ohio. De Ohio viaja a Apodaca, donde se inserta en una placa de circuito. De ahí se va a una bodega norteamericana en McAllen, Texas.
El componente parte luego a una maquiladora en Reynosa, Tamaulipas, para ensamblarla en frenos ABS.
De allí parte a una planta de Mississauga, Canadá, que produce frenos, desde donde se envía a una fábrica de Ford, empresa estadounidense, en Ontario, Canadá, para instalarse en una 4X4 que se venderá en una agencia Ford aquí en Monterrey (les recomiendo que se la compren a mi amiga Gaby Garza).
¿Cuántos años crees tú, bajita la mano, que los gringos se tarden en rehacer toda esa cadena de valor, donde ganamos todos, y fabriquen sus vehículos completamente en EUA, abandonando sus ensambladoras e inversiones en infraestructura en Canadá y México?
Ahora vamos a la segunda sección de esta columna: ¿qué hacer como nuevoleoneses ante la imposición del 25% de aranceles a productos mexicanos?
Grábate bien la respuesta: levantarnos temprano, seguir trabajando duro y leer diariamente la columna Eloy Garza Sin Censura.