Cuando el presidente cedió a sus caprichos
La semana pasada vimos algo que públicamente no era fácil de ver.
El presidente tuvo que ceder en su capricho de forzar que se hiciera en el sureste del país una inversión de Elon Musk, de entre cuatro y cinco mil millones de dólares en los próximos años, para la construcción de la tercera de las plantas productoras (fuera de EEUU) de autos eléctricos de la marca más importante del mundo Tesla.
Musk y el gobierno estatal de Nuevo León tenían acordado construirla en NL.
Ciertamente esa inversión, una de las más grandes para el país, sería muy deseada y muy bien recibida en cualquier nación del mundo, y por supuesto que le hace falta a México.
El pretexto del presidente era que la cantidad de agua requerida por la mega planta “afectaba a la población de Nuevo León”.
Algunas publicaciones del gobierno de esta entidad informaron que lo del consumo del agua requerida es menor que la de otras plantas que Tesla tiene.
Que Tesla aplicaría técnicas de re uso del agua, y que Nuevo León sí tiene agua suficiente para soportar la planta (y tal vez diría el gobernador: “y si no la tenemos, se la conseguimos”).
Este dato del agua seguramente no fue verificado por los asesores del presidente, quién obviamente se lanzó “a lo borras” para cumplir su capricho o plan, que en opinión del respetable no fue para equilibrar la inversión en el país, o proteger a los nuevoleoneses del desabasto de agua, sino para afectar al estado por los que no votamos por morena. Yo me inclino por esta última tesis.
Será el sereno, pero el presidente se enfrentó a quien tiene más poder que él en decidir dónde y cómo hacer la inversióny entiendo que Musk amagó con instalar su mega planta automotriz en otro país.
Este hombre no se anda con rodeos.
Cabe destacar que dicha inversión en México es para producir cada año un millón de autos que no usan gasolina y Nuevo León está prácticamente en la frontera con el mayor mercado de esos autos.
Esto es el futuro de la industria automotriz y del consumo energético en el mundo y esta inversión es demasiado grande para perderla por su generación de empleos (aproximadamente 7,000), por una gran derrama económica, por el desarrollo tecnológico para el mercado laboral y por los impuestos generados.
Al presidente no le quedó otra opción que cambiar de opinión (o como diría un editorialista amigo mío que es más correcto que yo: “se impuso la cordura”) y casi seguramentela planta planeada se hará en Nuevo León, aunque yo no podría apostarlo porque como sabemos coneste gobierno la palabra no tiene valor, y puede que “del plato a la boca, se cae la sopa”.
Viendo otro ángulo de este asunto, no soy experto en el tema, pero sé que el litio es el metal más liviano y que se utiliza para almacenamiento de energía en la fabricación de baterías (autos, celulares, etc.), en la producción de energía y otros.
EL LITIO.
También sé que hace aproximadamente un año, en abril de 2022, el Congreso aprobó por ley que se prohíba la entrega de concesiones a particulares para extraer litio.
Esto se manejó como un momento histórico según el gobierno, comparable a la nacionalización del petróleo y de la energía eléctrica del siglo pasado, lo cual para nada era comparable.
Cabe agregar que una de las zonas más ricas en litio está en Bacanuchi, Sonora, también en el norte del país.
Entonces atando cabos, a un año de eso, llega una mega planta de autos eléctricos cuyo básico componente son las baterías, que pudieran requerir mucho litio, y me pone a pensar ¿cuál es la conexión? No sé.
Sea cual sea la conexión, ceder el presidente a su capricho dellevar la planta de Tesla al sureste y aceptar que sea en Nuevo León, permitió a México una inversión extranjera que de perderla hubiera sido una pesada losa más sobre los fracasos y faltas de este gobierno.
Como dicen, “no hay loco que coma lumbre”.
Es irónico que por un lado el gobierno siga apostando a la energía producida por los combustibles fósiles, que son más caros y contaminantes, y por otro lado acepte la producción de autos eléctricos en esta mega planta, que va en dirección contraria al evitar la contaminación.
Tal vez lo hace porque sabe que la gran mayoría de las unidades eléctricas van a ser exportadas. Menos mal.
Finalmente, como moraleja, la firme posición de Musk de no ceder a las imposiciones de este gobierno, debiera empujar,sobre todo a los inversionistas y líderes nacionales, a enfrentarlo también con firmeza cuando atente contra el bien del país, para así evitar que el desarrollo de México dependa de una sola persona o partido político.
Si actúan como Musk, aún con las implicaciones de estar supeditados en México a este gobierno, otro gallo nos cantará.
La ciudadanía ya puso su grano de arena manifestándose repetidamente contra sus decisiones más impactantes.