¿De qué nos hablan los muertos?
“Todas las sociedades humanas comienzan y terminan con el intercambio verbal...
Empezamos escuchando a la gente que nos rodea y así comenzamos a hablar con ellos y con nosotros mismos. Pronto, el círculo se ensancha y abarca no sólo a los vivos sino a los muertos”, decía el escritor y poeta Octavio Paz.
Las principales causas de defunción en los años 30s eran por enfermedades transmisibles, como parásitos e infecciones en el aparato digestivo o respiratorio. No había condiciones adecuadas de salud.
Según datos del INEGI, del 1960 al 2000 disminuyeron las enfermedades transmisibles, pero aumentaron las muertes ocasionadas por el cáncer, los accidentes y especialmente por situaciones derivadas de la violencia.
Según la Organización Mundial de la Salud, hay alimentos procesados que provocan cáncer, como los embutidos de jamón, salchicha, esos a los que recurrimos con frecuencia por tener una vida agitada, siempre con prisa.
Dormir con el teléfono puede causar cáncer; lo mismo el consumo excesivo de tabaco, alcohol, la radiación solar, la contaminación ambiental, el virus del papiloma humano, la combustión de carbón.
Tenemos una gran cantidad de enfermedades contemporáneas que están ligadas a nuestro egoísmo.
El querer poseer objetos materiales ha llevado a muchos a matar con arma de fuego; pero también hay asesinos silenciosos, que permite que sus fábricas contaminen el ambiente; están los que venden drogas o productos cancerígenos.
A partir del 2005, las enfermedades del corazón, tumores malignos y Diabetes Mellitus se convirtieron en la principal causa de mortalidad, y ya para el 2021 encabezan la lista el COVID, enfermedades del corazón y diabetes.
La vida se volvió más sedentaria: pasamos gran parte de la existencia frente a la computadora.
En el año 2021, se registró un promedio de 91 asesinatos diarios.
La media de 2022 fue de 85, de acuerdo con las estadísticas presentadas por la secretaría de Seguridad del país, Rosa Icela Rodríguez.
En promedio han muerto del 2018 a 2022, fue de 2 mil 800 mujeres por año.
Las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública indican que los estados donde se registran más feminicidios por cada 100 mil mujeres son: Oaxaca, Morelos, Colima, Quintana Roo, Durango, Nuevo León, Nayarit y Tabasco, según el último reporte del mes de febrero.
Hay un desprecio por la vida por parte de quienes de manera egoísta realizan su fortuna envenenando jóvenes con drogas, y luego buscan cooptarlos para que sean sus distribuidores.
Las estadísticas del INEGI revelan que de enero a diciembre de 2021 se registraron 35,625 homicidios en México; es decir, 28 homicidios por cada 100.000 habitantes a nivel nacional.
La principal causa fue agresión con arma de fuego. Sin embargo, en 2022, se tiene registro de 30.968 fallecimientos, es decir 7,1% menos que el año anterior.
El tema de la muerte siempre ha estado presente; entre filósofos, poetas, artistas, escritores.
El filósofo Friedrich Nietzsche, hablaba de saber "morir a tiempo", frase que solo puedo aplicar pensando en todo lo malo, lo que hace daño.
Otra frase impactante del mismo autor sucede en su libro titulado Así habló Zaratustra. El personaje principal, al bajar de la montaña donde estuvo reflexionando sobre cómo encontrar al superhombre, se topa con un monje que canturreaba feliz, y al seguir su camino dice a sus adentros: "pobre hombre no sabe que Dios ha muerto".
Dios NO ha muerto, para quienes creemos en él, pero no ha podido sobrevivir en el corazón de aquellos que no tienen miedo a matar.
Es evidente que hay un gran ateísmo creciente, de quienes desdeñan la vida. Mueren y matan con facilidad.
El escritor y poeta Octavio Paz afirmaba: " Nuestra muerte ilumina nuestra vida. Si nuestra muerte carece de sentido, tampoco lo tuvo nuestra vida".
"Si la muerte nos traiciona y morimos de mala manera, todos se lamentan: hay que morir como se vive..." "Dime cómo mueres y te diré quién eres. “
Morimos a diario un poco y junto con nosotros, algunos sueños…
Pero dime, ¿a ti de qué te hablan nuestros muertos? Quizá podamos aprender una lección de vida.