Duna Parte 2 - Dune Part 2 / EUA y Canadá, 2024
La segunda parte de Duna continúa con la lucha por sobrevivir de Paul Atreides y su madre en el desértico planeta de Arrakis, luego de que la Casa Harkonen erradica la Casa Atreides para recobrar el control de la explotación de la especia melange.
A como maneja la película, el director Denis Villeneuve logra una impactante producción.
Visualmente rica y ágil, cortesía de un excelente diseño y montaje que quedan perfecto en la pantalla grande.
Y directo al grano, sinceramente no me aburrí un solo segundo de la realización y eso que soy purista y acepto solo la novela escrita por Frank Herbert en 1965 y sus subsecuentes libros de la saga.
Timothée Chalamet logra un papel muy efectivo como Paul Atreides, aunque la mera verdad hay veces que la producción lo opaca y lo hace chiquito, rebasado por la visión grandilocuente del director.
Sí se altera el material de origen de Herbert, sacando del marco de la trama demasiados detalles.
La trama es ágil, pero se eliminan muchas de las razones del porqué pasan las cosas que pasan.
Una de ellas es eliminar totalmente la importancia y el porqué se pelean por la especia melange (que jamás la mencionan por su nombre), que es aparte de ser una especia, es un narcótico poderoso que le infunde a Paul la capacidad de convertirse en un dios (en la película, minimizado), y ver que ciertos elementos del futuro que visualiza jamás podrán ser alteradas por más caminos que existan.
Paul ve a los Fremen esperando al mesias, al Kwisatz Haderach que los llevará por el camino a imponerse en una cruzada de conquista galáctica.
Y ellos, controlando la especia, no habrá mentats, navegantes o legión de sardaukar que pueda oponerse a ellos.
Otro detalle puesto a un lado es que el melange es lo que crea a estos entes: los mentants que sustituyen computadoras, los navegantes severamente mutados para lograr viajes en el espacio y los sardaukar que pelean en trajes con atmosfera rica en melange que los hace imparables.
Todo el ambiente político es eliminado: lo que trama la Casa Harkonen en paralelo con el gremio de los navegantes, las Bene Gesserit (la ambición de Jessica interpretada por Rebecca Ferguson, por convertirse en Honor Matre es eliminado) y las Casas quieren que el emperador imponga paz (nunca dicen su nombre, Emperador Padishah Shaddam IV).
Muchas escenas de gente caminando por el desierto para culminar en batallas campales, y luego pasar a dos tres parlamentos, para otra vez a caminar por el desierto para enfrentar una batalla más...
Los efectos especiales digitales son los que mandan aquí sobre los personajes.
Igualmente, pasa a montajes muy bien coreografiados, con muy buen “timing” que hace efectivo definirlos como espectaculares.
Lo que sí se impone en parte es la visión de David Lynch y su Duna de 1984 (filmada en México).
El Baron Harkonnen (Stellan Skarsgard) flotando por los aires y por el lado malo de la versión de los ochentas, no le queda más remedio a Villeneuve que usar igual de mal la presencia de la princesa Irulan (Florence Pugh) solo como narradora para poner sobre la mesa muchos detalles, explicar y recortar otros.
Igual e interesante es que esta versión mantiene la visión de Herbert de los Fremen con mucha raíz musulmana.
Fanáticos por una creencia que fue insertada en su sociedad por la hermandad Bene Gesserit y manipulados por generaciones por ellas mismas, esperando que su manipulación genética diera a luz al “mesias” para ellas tomar el control de la galaxia.
Esto es la raíz de la versión que quería hacer Alejandro Jodorowsky a principios de los 80.
Una película totalmente contra el control de un producto por un oligopolio; antirreligiosa, donde la humanidad es manipulada con base en mentiras, y cómo una persona puede usar esa mentira para cobrar venganza y tomar todo el poder en sus manos.
Por ende, vemos al personaje de Chani (Zendaya, que a mí en lo personal no me convence en sus papeles), vista como la mujer ruda que no cree en Paul Atreides cuando comienza a montar una cruzada con base en una mentira para su propósito.
Con todo el poder en manos de uno para vengarse, justificando que al final todo se arreglará.
Y en teoría vamos a ver ya una secuela, no sé si Dios Emperador de Duna o Los Hijos de Duna, pero esto, si lo sigue dirigiendo Villenueve, va a ser interesante apreciarlo.