Viajes y Cultura

El lenguaje de la música de hoy

Por Víctor Orduña.
Por lo general, nuestro subconsciente no procesa información mientras escuchamos de nuestra música favorita.

Entonces, ¿qué sucede? Lo que ocurre es que los ritmos y sonidos de un tema musical, son lo que generalmente percibimos y hasta hacen que la tararemos, sin eso significar que estamos entendiendo lo que dice.  

Un “chavo ruco” lo entenderá muy bien de esta manera:

Trasladémonos a los hermosos años 80s... Estás en secundaria y tienes un baile de XV años de alguna amiga. Después de bailar con la chica que te gusta temas como “Beat it” y “Never gonna give you up”, de pronto comienzan las canciones románticas, llamadas en aquellos tiempos “Las calmadas”, donde seguramente entre algunos temas escucharás el de “Hotel California”, que al estarlo bailando con esa chica que te gusta, sentirás que fue hecho para ti, ¿cierto?.

Pues el tema musical no es lo que uno pensaba que era.

En realidad, dicha canción habla del cielo, el infierno y la bestia.

Y sé que dirás “eso ya lo sabía”, pero la verdad es que eso no lo sabíamos cuando la bailábamos, siendo para nosotros una canción puramente romántica. 

¿Por qué poner este ejemplo? Muy sencillo, porque he visto, que, en primarias y secundarias, los mismos maestros a la hora del recreo o antes de entrar a clases, ponen en los altavoces música que está de moda, haciéndolo de buena fe, claro está. Sin embargo, pocos maestros se ponen a escuchar sus letras antes, que en muchas ocasiones son espantosas y vulgares, siendo el género del reggaeton un buen ejemplo de lo anterior, ya que está lleno de groserías en sus letras.

Regresando al caso de “Hotel California”, dicho tema está en inglés y quizás por esa razón ni atención le poníamos hace años, sin embargo, ahora mucha de la música de moda está en español y sus mensajes están llegando a nuestros hijas e hijos.

Importante también es que mientras hacemos énfasis en el respeto y derechos de la mujer, nos contradecimos con la comunicación que manejamos.

Por un lado, mucha de la música que se escucha contiene mensajes opuestos a los valores que fomentamos, y aunque parezca mentira, nosotros mismos permitimos que nuestras hijas e hijos sigan escuchando dicha música. Existen los derechos a la libre expresión, claro, pero está en nosotros como padres, fomentar su consumo.

Debemos tomar este tema con seriedad, ya que los valores empiezan en nuestra casa.

Los exhorto a que no solo cuidemos lo que ven nuestros hijos, sino también lo que escuchan.