La Serofobia de Peredo
Siguió la moda de su patrón. Improvisar planes de buen gobierno. Así denomina la escalada de tonterías de la burocracia.
Ximena Peredo, quien aún duerme bien, con el amparo para no ser destituida, está usando, con inmoralidad, los recursos del estado para defenderse de una perversa campaña añeja de linchamiento.
Al periodismo le debe su visibilidad. También la impunidad con la cual ninguneaba, una vez a la semana, a los detractores del cartel noticioso de la familia Junco González.
La consigna fue, cargar de veneno cada artículo. No dar derecho de réplica.
Exiliar de cualquier evento cultural y laboral, a quien incriminó con dolo y sin contar con el rigor de la profesión comunicativa.
Por supuesto, la doctora Peredo Rodríguez jamás cursó en la academia la carrera obligatoria: su empirismo lo ofrece como lectura de bobos.
En la secretaria de Participación Ciudadana, no en Derechos Humanos o en Salud, tampoco en el Colegio de la Frontera Norte o en la UANL, se propuso construir la memoria de la lucha de la comunidad Seropositiva.
Ximena, quien un día amanece de buenas y otro momento se va de lado, en múltiples ocasiones, en tribunas y espacios conocidos, ha chocado de manera poco inteligente contra uno de los integrantes de mayor importancia histórica.
Ha sido el mismo, quien, en una carta pública, debido a su mal proceder, negarle la posibilidad de mencionarlo o a cualquiera de sus participaciones como factor de luchador social, de los reales, no de quienes se bajan de la bici y andan en camioneta último modelo.
La acusación sobre Ximena Peredo Rodríguez es por la Serofobia a su persona, a la comunidad y a la imposibilidad de la congruencia.
Avalancha de suciedad la de Ximena, la funcionaria y ex activista ponchada y caída en desgracia social.