No Hables con Extraños (Speak No Evil / EUA, 2024)
El drama de suspenso No Hables con Extraños describe la siniestra odisea que vive la pareja de Ben y Louise Dalton (Scoot McNairy y Mackenzie Davis) al conocer en Italia al matrimonio de Paddy y Ciara (James McAvoy y Aisling Franciosi) y aceptar una invitación a pasar el fin de semana con ellos en Irlanda.
Lo que es una costumbre de ampliar amistades en viajes, conocer gente de otros lados aquí toma un giro a un pronóstico reservado y lo que resulta es ver a la pareja vivir una metáfora de su arruinada vida llevada a un infierno terrenal.
El filme está basado en la película del mismo nombre de 2022 originaria de Dinamarca y Holanda y en si todo corre igual con sustanciales cambios conforme se dirige al clímax.
La versión actual es un caos personal llevado a la pantalla grande mediante la furia imparable que esconde Paddy y que uno como espectador ya captó desde un principio:
Algo anda mal con la pareja loca y claro que algo va a pasar mal
Pero todo se resume a que la pareja de Ben y Louise solitos se meten a la boca del lobo y solitos comenzarán a cavar su tumba y arrastrar a su hija Agnes con ellos.
La idea es si ellos van a poder salir del pozo por su propia mano o van a sucumbir en el camino que ellos pavimentaron y recorrieron en su Tesla hasta el fin del mundo.
Sí, igual que la original, está película dirigida por James Watkins (director de La Dama de Negro en el 2012) presenta a una pareja que ya no tiene para más.
Marido inútil, esposa impedida para tomar decisiones de su matrimonio, Etc.
Lo malo es que el guion trabajado por el director Watkins toma el escrito original y lo amplifica y exagera a la máxima expresión con eventos que desde un principio uno dice “qué onda… vámonos”.
Pero falta la sutileza que la pareja está ahí porque vive las “patadas de ahogados” de su triste existencia y la opción es “nos quedamos” porque ese es su destino.
McAvoy está muy bien, un par de rayitas arriba de Fedja van Huet de la original, pero le dan algo más que desarrollar y razones de más por qué sucede lo que sucede.
Casi de repente lanzan un diplomado completo y estudio que nadie pide de los personajes que hasta eso ya es entendible y si hay un cambio en el final es precisamente porque de la nada surge el villano parlanchín que pierde tiempo de más y obvio, los tontos se hacen listos y los listos se ponen de pechito para que los maten.
No Hables con Extraños no pasa de ser un thriller interesante y atractivo para los que ven el género con buen ojo.
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