¡Por ti seré!
Nadie puede negar que el estado de Veracruz tiene un significativo peso político que impactará las coyunturas electorales de la elección presidencial.
Además, transcendentalmente, coincide el cambio de gobernador en el 2024. Menuda batalla enfrentará MORENA contra ellos mismos, porque la oposición no pinta en el estado.
Tal parece que la realidad superó a la ficción y el carnaval ha sido permanente en la administración del Gobierno del Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave. Urge poner orden y progreso.
La entidad veracruzana alberga más de 8 millones de habitantes y de estos, los votantes efectivos superan los 5.5 millones en el padrón electoral. Los jarochos son una fuerza política probada que los coloca dentro de los 5 estados de la República con mayor número de sufragantes.
Es de suma importancia, elegir candidatos que conozcan las necesidades reales de cada región. No se debe imponer el amiguismo a la procuración social.
Veracruz es un estado que lo tiene todo y eso implica su segmentada diversidad cultural.
El gobernador Cuitláhuac García Jiménez, mediante los titulares de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal, Policía Estatal y Fuerza Civil ha permitido que grupos del crimen organizado intenten ganar control en el sur del estado.
Esto ha dado como resultado, violentos enfrentamientos entre células del Cártel del Noreste y el Cártel Jalisco Nueva Generación, principalmente.
No digo que el actual gobernador sea responsable de que llegaran, Fidel Herrera Beltrán les abrió la puerta, pero García Jiménez debió controlar con mano dura y no pudo (quiso).
Esa necesidad de retomar la paz en Veracruz es imperiosa. Se ha avanzado en muchos rubros durante estos cuatro años de gobierno de la 4T en el estado pero poco se ha conseguido en el control de la criminalidad.
Hay que restablecer el orden para que progresemos confiadamente. Esta responsabilidad recaerá ampliamente en la siguiente gobernadora.
Rocío Nahle García debe dar un paso adelante y confirmarse como la candidata más apta para gobernadora de Veracruz. Tiene el carácter y la fuerza que se requieren para dirigir desde el Palacio de la calle Juan de la Luz Enríquez.
Ella no se deja, sabe lo que quiere y lo consigue.
Sus logros en la Secretaría de Energía la respaldan. Su primer gran reto fue negociar ante la OPEP en 2020, la producción petrolera mundial. La criticaron por levantarse de la mesa pero finalmente consiguió el acuerdo con los 23 países de la Organización.
También construyó una refinería que contribuirá a la autosuficiencia de combustibles en el país.
Estas acciones integran un elemento valiosísimo: salvaguardar nuestra soberanía como Nación.
Si eso ha hecho por México, ¡Confiemos en todo lo bueno que hará por Veracruz!
Hay prueba de que tiene fuerza para enfrentar a los criminales. Le respondió con mucho aplomo a uno que vive escondido en España. A Felipe Calderón le dijo: “Para su conocimiento el Sr. Quintanilla no es dueño ni socio de la empresa que usted menciona. Ya entregué en el senado al representante de su partido (PAN) el acta constitutiva de Huerta Madre. Ni familiares ni amigos están en el proyecto. ¡Esa refinería que yo SÍ pude hacer!”.
Es tiempo de que el estado de Veracruz sea gobernado por una mujer. Dejen de rasgarse las vestiduras los que reclaman que Nahle no nació en la entidad. ¡Supérenlo!
El actual gobernador panista de Querétaro nació en Orizaba, Veracruz y jamás he escuchado al senador Julen Rementería despotricar al respecto.
Estoy seguro que Rocío Nahle escogió como paisanos a los veracruzanos porque su corazón es huasteco, totonaco, tuxtleño, porteño, montuno, olmeca y mucho más.