Dicen que los noruegos nacen con los esquíes puestos, por eso no saben bailar

Ronny Kvist Sorli, noruego de nacimiento, DETONA que el frío no existe... solamente la ropa inadecuada. Esto, a propósito de su compatriota Karen Kyllesø, de 21 años, la persona más joven en llegar sola al Polo Sur.

Pero siempre hay alguien que quiere hacer un poco más, estirar la cuerda o la liga un poco extra. 

El lunes 13 de enero de este 2025 vimos otro ejemplo de eso.

La noruega Karen Kyllesø fue la mujer más joven de la historia en llegar al polo sur sola, con sus 21 años en la madre tierra.

Esta hazaña la logró después de 54 días esquiando más de 1,130 kilómetros, atravesando vientos y tormentas de fuerza inauditas y temperaturas de hasta 40 grados centígrados bajo 0.

Esa es la misma distancia de Mcallen, TX hasta la ciudad de Oaxaca.  

Ella llevó solamente sus esquíes, bastones y su trineo con comida para 60 días, subiendo y bajando las montañas en su camino que suma más de 3 mil metros de desnivel. Sin apoyo y sin abastecimientos durante todo el camino.

Ella sigue las huellas de varios compatriotas que han hecho lo mismo.

EL primero fue Roald Amundsen que tenía una carrera contra el británico Robert F. Scott en llegar primero al polo sur. 

Roald llegó primero el 14 de diciembre 1911, y lo logró 5 semana antes de su rival inglés. 

Hay varias mujeres que han hecho lo mismo. La noruega Liv Arnesen fue la primera mujer de la historia en llegar.

Eso fue en 1994, también sin apoyo ni entregas de comida en el camino. Ella lo hizo en 50 días.

Luego en 2016, la sueca Johanna Davidsson lo hizo en 38 días, que la convirtió en la mujer más rápida en hacer la travesía.

Hege Victoria Dybdalsbakk, también noruega, a sus 41 años, intentó fijar un nuevo record mundial: hacer la ruta en menos de 30 días.

No lo logró; lo hizo en 33 días y llegó un día después de Karen, el 14 de enero este año.

No solamente al Polo Sur han llegado los expedicionarios. También al Polo Norte. 

Cien años después andan discutiendo todavía quién llegó primero al polo Norte.

Muchos dicen que fue el norteamericano Robert Edwin Peary en 1909.

Pero un año antes, el 22 de abril 1908, Frederick A. Cook reclamó que había llegado, pero nadie lo creía.

Por eso quedó Pearly como el primer hombre de la historia en conquistar el Polo Norte.

Sus reclamos fueron amplia y extensamente discutidos. 

En 1926, Richard E. Byrd que había llegado en avión y circulado el Polo Norte por 14 minutosn, en un Fokker Tri-motor.

Pero en 1928 su compañero Floyd Bennet contó que no habían llegado.

Entonces el único que podía confirmar que había estado allá fue el mismo Roald Amundsen en 1926 y que abrió el paso del noreste también, dos años antes de su fallecimiento. 

La historia no termina ahí. 

Kristin Harila, nacida al norte de Noruega, en 1983 fue la primera en llegar a subir las 14 montañas más altas del mundo en solo 92 días y también la mujer más rápida en subir Everest. Lo hizo solamente en 8 horas.

Por qué que tantos exploradores de Noruega van a los Polos?

No, ¡pues quien sabe!

Pero si analizamos un poco más cómo crecimos, porque yo también nací en Noruega, desde bebés estamos expuestos al frío.
Tienes que aprender como vestirte para mitigar el frío.

La mayor parte del año las temperaturas son de un digito o abajo de la línea mágica de congelación, aun en el verano en ciertas partes.

Te vas acostumbrando desde muy chiquito.

Una vez que sabes caminar es hora de aprender a esquiar.

No es opción, es casi obligatorio. Lo pongo así porque en el kinder hay salidas para esquiar con los compañeros, igual en las escuelas, y las actividades los fines de semana, por eso son muy seguidas las salidas a cabaña, para esquiar más.

Eso sumado al hecho de que el deporte es una actividad natural en Noruega.

Se crea la combinación perfecta para adquirir el gusto por lo incómodo, dirían algunos. 

Tiempos de incomodidades crean tiempos de comodidades. 

Eso debe ser una enseñanza para todos.

No muchos regios hacen ejercicio y para nosotros los “mortales”, se siente muy bien después de haber terminado un un recorrido largo, tal vez una vuelta al parque, una subida al Cerro de la Silla o Chipinque.

El cuerpo nos bombea dopamina, serotonina y endorfinas.

Imagínate como se sentirían estos exploradores después de sus hazañas. 

Entonces ¡a sacar las botas y la mochila!
Ronny Kvist Sorli

Nació en Oslo, Noruega y vive en Monterrey. Tiene 20 años de experiencia en programación con los lenguajes más avanzados de ASP, NET, C#, SQL, soluciones web, arquitectura y ERP. Trabajó para Cisco Y Nortel. Es montañista consumado y entre sus alforjas se encuentra la cumbre más alta de América: el Aconcagua y una increíble expedición a Groenlandia, de la que dará cuenta en un próximo artículo.