“Púdrete en México”

Los venezolanos son beneficiarios y víctimas del programa migratorio de EU, aceptado por nuestro país, que aquí ahora bautizamos “Púdrete en México"
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“Púdrete en México” está basado en el Título 42 de la ley de salud pública, el mismo aplicado por Trump y ahora por Biden, para expulsar sin trámite a los migrantes, con la tácita y vergonzosa aceptación de la SRE de que Estados Unidos aplique de facto sus leyes migratorias en nuestro país de manera extraterritorial.

Mientras que los gobiernos conservadores y corruptos del PRI rechazaron la aplicación en nuestro territorio de la ley Helms-Burton sobre Cuba, el gobierno progresista y honesto de Morena avaló la aplicación de los programas estadunidenses “Quédate en México” y “Púdrete en México” en nuestro propio territorio.

MÉXICO, LA SALA DE ESPERA DE EEUU

Estados Unidos beneficiará a 24 mil venezolanos con visas si ingresan por la vía aérea, mientras que México aceptó “de manera paralela” la deportación a nuestro país de igual número de venezolanos, degradando a nuestro País en la gran sala de espera del Servicio de Inmigración de EU.

Marcelo Ebrard, inescrupuloso negociador lo mismo con el gobierno de Trump que con el de Biden, otra vez cedió a los intereses estadunidenses a cambio de nada para México, pero con el propósito personal de agradar a Estados Unidos en su obsesión por ser Presidente de la República, y para ello utiliza a los migrantes como moneda de cambio, sin importarle demasiado la soberanía nacional ni la dignidad humana.

Joe Biden, cuya popularidad está en el punto más bajo con 40% de aprobación, podría perder el control de ambas cámaras en las elecciones intermedias del 8 de noviembre.

Necesita frenar la migración indocumentada por ser un factor electoral importante (después de la economía y la inflación) y para ello depende de México.  

Primero, en noviembre de 2018 en Houston, el entonces canciller designado Ebrard aceptó la propuesta de Pompeo de recibir en México a miles de solicitantes de asilo centroamericanos en espera del trámite, supuestamente a cambio de obtener 10 mil millones de dólares de ayuda al desarrollo en el sur de México y Centroamérica, imaginaria cooperación que el canciller informó al crédulo presidente AMLO como apoyo de EU a sus caros programas Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro, pero Trump nunca les dio un dólar.

Ahora, el 12 de octubre pasado, durante la visita de Ebrard a Washington, el Departamento de Seguridad Nacional anunció la deportación a México de los venezolanos que ingresen sin permiso a Estados Unidos y la responsabilidad de México de aceptarlos, sin prever nuestro gobierno las consecuencias económicas, sociales y humanitarias en las ciudades mexicanas.

¿QUERÍAN CACAHUATES? BUENO, AHÍ LOS TIENEN

Un funcionario de tercer nivel de la SRE, por instrucciones de Ebrard, negoció recibir a más de 25 mil venezolanos a cambio de cacahuates: unas visas para Haití y Centroamérica.

Cerca de 30 mil venezolanos ya arribaron la semana pasada al territorio mexicano, mientras que los refugios de Tijuana y de otras ciudades ya están totalmente saturados para alojar a las 25 mil personas que se espera sean deportadas en los próximos días.

Mientras Ebrard celebra el resultado de su visita a Washington en Tik Tok, red favorita de presuntos votantes jóvenes, los venezolanos se pudren en México entre el abandono y la desesperación, país que alguna vez fue el paraíso del asilo.

Se reproduce el texto publicado en Milenio, con autorización del autor.

Agustín Gutiérrez Canet

Periodista y Embajador de México en retiro. Licenciado en comunicación por la Universidad Iberoamericana. Diplomático de carrera, representó a México como embajador en Rumania (2013-2016), en Finlandia, concurrente en Estonia (2008-2013) y en Irlanda (1995-1996). Fue cónsul general en Hong Kong y en Macao (1991-1995), ministro y jefe de cancillería en España (1989-1991), consejero en Italia (1985-1986) y representante alterno ante la FAO en Roma (1986-1987). En la Secretaría de Relaciones Exteriores fue director general de Comunicación Social (1982- 1985) y subdirector general de Prensa Extranjera (1980-1982). De 2003 a 2005 fue coordinador de Información Internacional en la Presidencia de la República y director del Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad Iberoamericana (1998-2002).