Ucrania: la indiferencia mexicana

Rogelio Ríos DETONA: Con aproximadamente una quinta parte de su territorio invadido por la agresión de Rusia con el ataque del 21 de febrero de 2022 que hoy cumple tres años, me sigue sorprendiendo que el tema de Ucrania no suscite interés, salvo contadas excepciones, en México.

Me refiero no solamente al gobierno nacional morenista, sino a la percepción de la agresión armada rusa a los ucranianos entre la sociedad mexicana, la cual no sale de su parroquialismo ante el mundo.

Tres décadas después del arranque del TLCAN y después de su renovación en el TMEC en 2021, ni siquiera el concepto de pertenencia a la América del Norte como zona geográfica, económica y de identidad cultural ha permeado entre los mexicanos

Un Tratado de Libre Comercio no extendió la percepción de los mexicanos hacia el exterior, salvo en los estrechos segmentos de la población que sí tienen una visión internacional de México.

Canadá es prácticamente desconocida en México (¿alguien recuerda la fecha del día nacional canadiense?) y Estados Unidos sigue siendo “el villano” para muchos mexicanos que, sin embargo, no cesan de migrar y enviar dólares desde allá.

Entonces, ¿por qué esperar que en México haya interés por la guerra de agresión rusa a Ucrania?

¿Qué consecuencias puede tener ese conflicto europeo para nuestro país?

Me explicaría, razonablemente, cómo en la opinión pública, en general, predomina el desconocimiento y la desinformación sobre un tema geográfico alejado de México

Lo que no tiene justificación es que los gobiernos morenistas (tanto el de López Obrador como el de Sheinbaum) tengan hasta el momento una posición ambigua sobre el conflicto ucraniano: en las Naciones Unidas votaron a favor de las resoluciones de la Asamblea General que condenaban la agresión rusa a Ucrania desde 2022, pero en la práctica han exhibido su preferencia política hacia la Rusia de Vladimir Putin.

La contradicción es monumental:

Condenar formalmente a Rusia en la ONU, pero evitar cualquier muestra de solidaridad y ayuda a Ucrania (por razones de “neutralidad”), e invitar, como lo hizo López Obrador en el año 2023, a un contingente de soldados rusos a desfilar en el Zócalo de la CDMX durante el Día de la Independencia en ese año.

La embajadora de Ucrania en México, Oksana Dramaretska, expresó su reacción:

  • ¿Qué tan coherente es, Sr. López Obrador, su política de neutralidad y su condena de la agresión rusa en contra de mi país?”. 

En la Cámara de Diputados, legisladores de Morena y partidos aliados (Partido del Trabajo) formaron en 2023 un Grupo de Amistad México-Rusia con la presencia del embajador ruso en el evento.

Ucrania vive hoy momentos críticos.

La torpe diplomacia europea del Presidente Trump pretende negociar el cese del conflicto ucraniano directamente con Moscú y excluyendo a ucranianos y aliados europeos de la primera reunión con los diplomáticos rusos en Arabia Saudita.

Ante esos intentos, ¿en dónde está la voz firme de la diplomacia del gobierno nacional morenista condenando cualquier negociación sobre Ucrania que se haga a espaldas de los ucranianos y a favor de los rusos?

Además, ¿por qué persiste la indiferencia en la opinión pública de México hacia la agresión que sufren los ucranianos?

“Esto no es solamente sobre Ucrania. Es un choque de dos mundos, de dos conjuntos de valores encontrados. Si Putin gana, el mundo pierde. Quizá no hoy, quizá no mañana, pero será pronto e incuestionablemente”, publicó el periódico The Kyiv Independent en un editorial del 14 de febrero.

“Nadie más que los ucranianos quieren que esta guerra termine. Son nuestras casas las atacadas cada noche. Son nuestros amigos los asesinados en el campo de batalla. Es nuestra juventud la que ha sido arrebatada por esta guerra. Entendemos, sin embargo, que cualquier compromiso con Rusia no será el fin de la guerra”, agregó el editorial.

A pesar del grave deterioro de los valores democráticos y el estado de derecho bajo los gobiernos morenistas de López Obrador y Sheinbaum y de sus afinidades con Rusia, yo creo todavía que nuestro “conjunto de valores”, como mexicanos, es más occidental que ruso, más afín a la libertad y a la democracia liberal que al autoritarismo de Putin.

Por eso, en este momento de definiciones, la indiferencia de los mexicanos hacia Ucrania es insostenible en vista de lo que está en juego en el campo de batalla: el finde las libertades políticas en Occidente.

¿Qué vamos a hacer al respecto?

Por lo pronto, romper la indiferencia y levantar la voz desde México.

Apoyemos a Ucrania al cumplirse el tercer año de la agresión de Rusia.
Rogelio Ríos Herrán

Egresado de la Licenciatura en Relaciones Internacionales por El Colegio de México (1981)  y desde 1994 se ligó a los medios de comunicación como comentarista y productor en Radio Nuevo León y la televisión pública y colaborador y columnista en periódicos en Nuevo León y Arizona y Georgia, en Estados Unidos. Durante más de 18 años se desempeñó como editor de opinión en el periódico El Norte (Grupo Reforma), en donde además durante 15 años fue un editorialista regular con análisis sobre coyuntura de política internacional, Estados Unidos y asuntos mexicanos. Desde 2019 y hasta 2021 colaboró en Grupo Visión de Atlanta, Georgia, y condujo el programa radial Un Café Con Atlanta.