Un capitán con firmeza
Quienes de alguna manera hemos tenido la oportunidad de conocer al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, directa o indirectamente, sabemos que es un capitán que toma decisiones con firmeza y en apego a sus convicciones, además de que es un político con una gran visión estratégica de sus proyectos y de sus ideales que no mueve una pieza sin saber el impacto que tendrá y el rumbo que llevará, calculador, excelente comunicador y hombre de ideas claras.
Por ello el lunes, muchas horas antes de que se anunciara el relevo de Santiago Nieto en la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), para ser precisos al término de la mañanera del lunes, en un análisis de contenido, leyendo el mensaje del presidente, era de suponerse que la estancia del queretano estaba llegando a su fin, tras las notas después de su boda del fin de semana que destaparon una serie de hechos que ponía en entredicho la bandera de la austeridad republicana de López Obrador.
“Bueno, pues que es un asunto escandaloso, en efecto. Aun cuando se trata de un acto privado, pues los asuntos públicos en México son cada vez más públicos o se sabe más de asuntos o eventos privados. Antes no se conocía nada, había mucha ostentación, mucho derroche, pero todo se silenciaba; ahora no, por eso hay que recomendarles a los servidores públicos que actúen con moderación, con austeridad y que sigan el ejemplo de Juárez, que decía que el servidor público debía aprender a vivir en la justa medianía”, enfatizó el presidente cuando le preguntaron inevitablemente sobre lo ocurrido el fin de semana en Guatemala.
Y por si fuera poco el primer mandatario del país negó que hubiera hablado hasta ese momento con Santiago Nieto y aunque dijo que sí lo invitaron a la boda, se disculpó, además de asumir que los amiguismos pueden interferir con las relaciones de los servidores públicos, por lo que expresó:
“Yo por eso no voy a eventos sociales”
En realidad, en un análisis medianamente objetivo, el escándalo no fue la boda Nieto-Humphrey...
...Que si bien pudo no haber sido secreta como ellos hubieran deseado, podría justificarse con los ingresos de ambos, aunque hubiera sido calificada de suntuosa, pero sin ninguna ilegalidad.
La verdadera crisis ante la opinión pública ocurrió al trascender que Paola Félix Díaz, en ese momento aún secretaria de turismo de la Ciudad de México, viajaba en vuelo privado en un avión de Juan Francisco Ealy Ortiz, dueño del periódico El Universal (calificado por el presidente como enemigo del régimen)l, en cuyo interior estaban otras personas y varios sobres de dinero en efectivo sin declarar por el monto de 35 mil dólares, el fin de semana que la funcionaria tenía el evento mas importante del año en la capital, la realización del Gran Premio de México.
De inmediato vino la renuncia y relevo de la ex servidora pública capitalina; se iniciaron las investigaciones sobre la procedencia y destino del dinero, se puso en la lupa la boda que, quienes no sabían, se enteraron porque los que iban a bordo de ese avión eran invitados a la celebración matrimonial, comenzando así una gran crisis política y mediática de dimensiones mayúsculas para la 4T.
“Antes de que pudiera afectarse al proyecto, por las críticas derivadas de actos de terceros relacionados con un evento personal y transparente, preferí presentar mi renuncia como titular de la #UIF. Mi lealtad es con el Presidente @lopezobrador_ . Mi amor para @C_Humphrey_J”, publicó Nieto Castillo en su cuenta de Twitter, reconociendo la crisis que podría venirse y conociendo como piensa y actúa el presidente de México.
Seguramente el extitular de la UIF y su esposa al planear su boda, con toda la discreción del caso, incluyendo pedirles confidencialidad a sus invitados, jamás imaginaron que la cloaca se destaparía y les afectaría por la irresponsabilidad de una persona que tomo varias decisiones equivocadas a los ojos y criterios de la 4T.
Félix Díaz en ese viaje, en primer lugar decidió que asistir a un evento social privado era más importante que estar en su cargo el fin de semana más turístico del año en la capital, con la realización del Gran Premio de México.
Por si fuera poco, decidió viajar en un avión privado contrario a los usos y costumbres de la austeridad republicana de la 4T, además de que la aeronave es propiedad del dueño de un periódico catalogado como enemigo de López Obrador, que independientemente de ello, el sólo hecho de viajar juntos hace que la opinión pública piense en claros conflictos de intereses como sucedían en el pasado con el PAN y el PRI, en un régimen que se dice diferente a los pasados.
La cereza en el pastel de ese viaje de la ex titular del turismo capitalino, sin hacer un análisis de las personas que viajaban con ella, lo constituyeron los 35 mil dólares encontrados sin declarar en el interior del avión y que hoy no se sabe a ciencia cierta de quien eran y para qué los llevaban.
Todo ello ni Nieto Castillo ni su esposa podrían haber prevenido y nunca hubieran imaginado que, como dice el tuit del ex servidor, “actos de terceros relacionados con un evento personal”, hubieran terminado con la renuncia del queretano y el capital político y de servidor público que se había ganado en la 4T y que ahora tendrá que reconstruir o reinventarse.
Está claro que Nieto Castillo sabe a la perfección que López Obrador es un capitán de mano firme y por ello sin dejar pasar más tiempo, presentó su renuncia para evitar que la crisis fuera mayor, aunque aún hay mucho por investigar en el viaje de esa aeronave, además de otras consecuencias secundarias que seguramente aún habremos de conocer después de lo ocurrido.
Y para el presidente de México, quien no hubiera querido que esta crisis existiera un día antes de su intervención en la ONU en materia de seguridad, el relevo expedito en la UIF lo vuelve a ubicar como un hombre de convicciones firmes y congruentes con lo que pregona, un capitán con firmeza que sabe cómo, cuándo y por qué tomar decisiones.
Recordé una anécdota personal de mi experiencia por la 4T, de la que me sentí honrado de ser parte casi dos años, cuando en un tema de todos conocido y que no vale la pena recordar, solo me vino a la mente lo que la entonces secretaria de Gobernación me comentó después de informar al presidente del incidente.
“Hablé con el presidente sobre lo ocurrido y el contexto en el que se dio, no me dijo nada ni me pidió que te solicitara la renuncia, sólo me dijo cuando caminaba: hay quienes aún no entienden que las cosas están cambiando”, me compartió la secretaria en ese momento, al dejarme claro que la decisión sería mía.
En ese momento yo le dije a la secretaria que, como estratega de comunicación, en el manejo de crisis hay algo que se llama control de daños y que en ese caso mi renuncia sería esa herramienta, para despresurizar las críticas hacia ella. El resto es historia.
Y sí, Nieto Castillo supo leer el mensaje entre líneas del presidente en la mañanera y por ello tomó la decisión de hacerse a un lado y no lastimar más la imagen de la 4T.
¿Qué seguirá para él? Reinventarse seguramente. ¿Cómo quedó el presidente? Como un líder de mano firme. ¿Y de Félix Diaz y el avión? Seguramente muchos capítulos por escribirse aún.