Jorge Bucay DETONA este cuento y nos recuerda el barrio donde él nació.

Esta es la historia de un hombre que vivía en los portales, en los zaguanes de una ciudad.

No tenía casa y sobrevivía con las monedas que la gente le regalaba, a cambio de las respuestas que daba a sus preguntas.

Un día pasó el rey por donde él estaba y preguntó a sus escoltas quién era aquella persona.

Le respondieron que se llamaba Latif y así de pobre como lo veía, vivía.

- "¿Y cómo puede vivir este hombre así, sin nada más de lo que trae puesto y en éstas condiciones?", preguntó de nuevo el rey.

Sus escoltas le respondieron que sobrevivía contestando las preguntas que la gente le hacía y era tan certero, tan claro, con tanto sentido común y tan sencillo en lo que decía, que nunca le faltaba una moneda para comer.

Entonces el rey se le acercó a Latif y le dijo:

- "¿Te puedo hacer una pregunta y a cambio te daré una moneda?"

Latif le respondió que sí, siempre y cuando su respuesta le satisfaciera.

El rey preguntó y el hombre sentado en el zaguán, respondió.

Había tanta sabiduría en su respuesta, que el rey no solo le dio una moneda, sino que le agradeció por lo que acaba de decirle.

A los pocos pasos se detuvo, se acercó de nuevo a Latif y le preguntó:

- "¿Sabes quién soy?"

- "Sí majestad, sé quién es usted", le contestó.

Entonces el rey le dijo:

- "Necesito de alguien sabio como tú que me ayude a gobernar este país con sabiduría y justicia. Ven conmigo al palacio y ayúdame a lograr eso".

Latif se resistió.

Él quería seguir viviendo como hasta ese momento lo hacía.

Pero el rey insistió y finalmente, Latif aceptó.

Fueron tan acertados los consejos que le daba al monarca, que lo trataba con tal deferencia que lo llamaba su hermano.

Mientras eso sucedía, los asesores del rey comenzaron a sentirse amenazados ante la influencia que el recién llegado se ganaba día a día.

Entonces confabularon contra él y fueron a decirle al rey que Latif conspiraba en contra suya.

El monarca, que era un hombre de acción, fue a buscarlo a donde los asesores le decían que estaba su amigo, su hermano, en el ala opuesta del palacio.

De un golpe tumbó la puerta y Latif estaba ahí, en un salón donde solo había una túnica raída, un plato de madera, una cuchara y un bastón.

Nadie más estaba con él.

El rey le preguntó, sorprendido pues en ese lugar no veía a ningún conspirador:

- "¿Qué haces en este lugar?"

Y Latif le respondió:

- "Todos los días vengo aquí porque tengo mucho miedo de olvidarme de dónde vengo. Usted ha sido tan bueno conmigo que me regala monedas todos los días. No tengo que gastarlas en comida porque su gente me da la más sabrosa que he comido en mi vida y entonces, se las doy a los pobres porque ellos no tienen nada, como nada tenía yo antes de llegar aquí al palacio."

<h5 class="handdrawn subtitle">Yo nací en una casa que estaba a 50 metros del basurero municipal de Buenos Aires</h5>

El barrio de La Floresta olía a basura y al humo que despedía cuando la quemaban.

<h6 class="subtitle underlined">Yo, como Latif, tengo mucho miedo de olvidarme de donde vengo...</h6>

<h5 class="subtitle handdrawn">NOTA DEL EDITOR:</h5>

<ul>
	<li>Latif es un nombre de origen árabe. Su significado se relaciona con bondad, amabilidad&nbsp;y generosidad.</li>
	<li>Esta palabra proviene del término latuf, que significa suave, delicado y amable.</li>
	<li>En la cultura islámica, Latif es uno de los 99 nombres de Allah, y se le atribuye el significado de «el más amable y gentil».</li>
</ul>

Opinión

Tengo mucho miedo de olvidarme de dónde vengo

Jorge Bucay DETONA hoy un cuento sobre la empatía.

Un hombre que viajaba mucho y había vivido muchísimas experiencias contó una vez esta historia, sobre algo extraño que le sucedió:

De entre todos los países que había visitado, recordaba de forma especial&nbsp;el País de las cucharas largas.

Había llegado ahí de casualidad.

En realidad iba a Uvilandia Parais, pero en un cruce de caminos, torció hacia el País de las cucharas largas.

Al final del camino, se encontró con una casa enorme, que estaba dividida en dos pabellones:

Uno al oeste y otro al este. Aparcó el coche y salió.&nbsp;

Delante de la casa&nbsp;había un cartel que decía: "País de las cucharas largas".

En la casa solo había dos habitaciones: una negra y otra blanca.

Un largo pasillo conducía hasta ellas.

A la derecha se encontraba la negra y a la izquierda, la blanca.

<h4>¿Qué había en la habitación negra</h4>

Primero torció hacia la habitación negra.&nbsp;Pero de pronto, y antes de llegar a una puerta muy alta,&nbsp;<a href="https://tucuentofavorito.com/la-madre-triste-una-poesia-para-usar-como-cancion-de-cuna-para-bebes/">escuchó algunos quejidos</a>&nbsp;y gritos lastimeros: ‘¡Ayyyyy!- gritaban desde el otro lado de la puerta.

Los quejidos y gritos de dolor le hicieron dudar, pero siguió adelante, y al entrar,&nbsp;se encontró una mesa muy larga, con cientos de personas alrededor.&nbsp;

El centro de la mesa estaba lleno de fantásticos manjares,&nbsp;<a href="https://tucuentofavorito.com/se-mato-un-tomate-poesia-muy-divertida-para-ninos/">los platos más suculentos</a>&nbsp;y apetecibles.

Pero, aunque cada uno tenía una cuchara con el mango muy largo atada a la mano,&nbsp;todos se morían de hambre.&nbsp;

¿La razón?

Tenían unas cucharas cuyo mango era el doble de la longitud del brazo.

Todos alcanzaban a la comida, pero luego no podían llevársela a la boca.

La situación era desesperante, y&nbsp;los gritos de angustia y hambre de las personas, le hicieron alejarse a grandes zancadas de allí.

<h4>La habitación blanca</h4>

Entonces fue a visitar la habitación blanca, justo al lado opuesto.

Lo primero que le llamó la atención al avanzar por el largo pasillo fue el silencio.

No escuchaba gritos ni lamentaciones.&nbsp;

¡Cuál fue su sorpresa al entrar y ver, igual que en la otra sala,&nbsp;una enorme mesa con manjares en el centro!

Todos tenían la misma cuchara larga atada a las manos.

Sin embargo,&nbsp;no morían de hambre,&nbsp;porque cada uno tomaba el alimento del centro y<a href="https://tucuentofavorito.com/el-sultan-y-la-palmera-cuento-africano-sobre-la-generosidad/">&nbsp;le daba de comer</a>&nbsp;a la persona que tenía enfrente.&nbsp;

De esa forma todos podían comer.

El hombre dio media vuelta y volvió a su coche. Ahora sí, de camino a Parais…

<hr />

<h5 class="handdrawn subtitle">Reflexiones del Editor sobre este cuento de Bucay:</h5>

¿Imaginas un mundo que prefiere morir de hambre antes de ayudar al menos a no morir al otro?

<h5 class="handdrawn subtitle">Ese mundo tan egoísta existe, muy a nuestro pesar</h5>

<h5 class="handdrawn subtitle">Bucay&nbsp;plantea el dilema entre dos posibles mundos:</h5>

<ul>
	<li>Uno, donde las personas solo piensan en ellas&nbsp;y son incapaces de fijarse en las necesidades de los otros. Un mundo en donde impera el egoísmo.</li>
	<li>Ese mundo es el que representa la sala negra, donde las personas, a pesar de tener abudante&nbsp;comida, morían de hambre, cegadas por su egocentrismo.</li>
	<li>Solo sabían quejarse, sin buscar una solución, sin encontrar salida.</li>
	<li>Simplemente, se dejaban morir.</li>
</ul>

<ul>
	<li>Otro mundo en donde todos colaboran&nbsp;y unos ayudan a los otros, con lo que al final todos salen beneficiados.</li>
	<li>En la sala blanca, la empatía movía a todos los comensales a ayudar a la persona que tenían enfrente.</li>
	<li>De esta forma, al final ellos también recibían ayuda, y nadie moría de hambre.<a href="https://tucuentofavorito.com/los-musicos-de-bremen-cuento-para-ninos-de-los-hermanos-grimm/">&nbsp;El trabajo en equipo</a>, que es un trabajo solidario, al final obtiene mejores resultados.</li>
	<li>Más aún si se mueven por un sentimiento de empatía hacia el otro.</li>
</ul>

<h5 class="handdrawn subtitle">¿Te das cuenta? La única forma de sobrevivir es pensar en el otro</h5>

En nuestras manos está, porque al final, la decisión sobre qué mundo queremos la tenemos que tomar cada día cada uno de nosotros.

El país de las cucharas largas

Jorge Bucay DETONA cómo aprender a quererse y el impacto que la autoestima tiene en las relaciones con los demás.

<h5 class="handdrawn subtitle">Lo más importante es uno mismo</h5>

Cuando yo me muero, nadie más muere conmigo

Recurro a los cuentos porque las palabras&nbsp;no bastan. Están dirigidas a tu mente y tu mente es intelecto puro.

Con que entiendas, no alcanzas, hace falta comprender.

El cuento es como un puente que&nbsp;salta de tu cerebro hasta alcanzar tu parte más emocional.

Con imágenes, consigue transmitir mucho más brevemente una emoción y te hace comprender.

Según el&nbsp;psicoanálisis,&nbsp;no te das cuenta de lo que te ocurre a causa de la represión que tú mismo ejerces para no darte cuenta.

<h5 class="handdrawn subtitle">Cuando era joven, yo estaba muy enojado con el psicoanálisis</h5>

Lo acusé de anacrónico y de estar atado a viejos esquemas. Ahora me parece que era necesario enojarse con él para poder dejarlo.

Creo que, si soy gestáltico, es simplemente porque como terapeuta no sirvo para ejercer el psicoanálisis.&nbsp;

<ul>
	<li>Para&nbsp;la gestalt&nbsp;las situaciones inconclusas se resuelven tratándolas desde el presente.</li>
	<li>Para el psicoanálisis, todo se deriva de una situación del pasado que yo estoy simbolizando.</li>
	<li>Para un conductista, se trata de aprender la conducta correcta.</li>
	<li>Para el cognitivo, habría que cambiar los falsos conceptos que conforman mi conciencia.</li>
</ul>

Pero, en última instancia,&nbsp;todas las terapias conducen al mismo lugar: mejorar la calidad de vida&nbsp;de la persona y hacer de ella un individuo más auténtico.

Amarnos con defectos es el gran desafío

Mis libros respiran una apología del egoísmo como secreto del bienestar.

Intento olvidar los tópicos para que mis libros induzcan a pensar.

Cuento que quizás el amor no sea para tanto; que&nbsp;el egoísmo no es tan malo, que la solidaridad es algo a explorar para descubrir...

El egoísmo es una postura personal que tiene mala prensa, pero si lo entendemos como un&nbsp;profundo amor por uno mismo,&nbsp;es bueno.

<h5 class="handdrawn subtitle">Tenerme en cuenta constituye una condición indispensable para no excluirme del mundo</h5>

También es una&nbsp;condición indispensable para hacerme cargo de mí mismo.

Y, sobre todo,&nbsp;me libera a mí de ti,&nbsp;porque ahora no solo no quiero depender de ti porque soy auto dependiente, sino que no permito que tú dependas de mí.

Este egoísmo, bueno para mí, también lo es para ti.

Cuando me dices: "Oh, amor mío, vivo por ti...", yo digo: "Por mí, no. Vive por ti, que por mí ya vivo yo".

si yo no tuviera la capacidad de poner límites, ¿cómo haría para poder decir que no? ¿Cómo haría para encontrar lo que quiero?

la autoestima tiene que ver con un axioma: "Yo me trato como fui tratado" y "te trato como me trataron".

Si fui tratado amorosamente, quizás tenga conmigo una relación amorosa.

Si yo he tenido la suerte de tener padres que, sabiéndose valiosos, me valoraban, posiblemente yo me sienta valioso.

Pero si mis padres estaban distraídos o trabajaban mucho o tenían problemas con su propia autoestima, mi autoestima puede estar en jaque.

Una buena autoestima depende de que alguien valioso para ti te haya dicho alguna vez: "Tú vales mucho".&nbsp;

Amarnos con nuestros defectos es el gran desafío.

Acá estoy yo, si necesitas algún ejemplo de ello.

Escribo lo que me pasa. A veces veo que soy demasiado pasota y antes me peleaba mucho con eso. Pero hay que aceptar las limitaciones.

Todos los contenidos que escondes, los pones en un barril que tiene todo lo que te avergüenza. Pero, como te avergüenza, tienes el barril escondido bajo el agua y lo presionas con una mano para que no aparezca

Cuando alguien te dice "vamos a jugar", tú dices: "Me encantaría".

Y, cuando vas a jugar, te das cuenta de que has soltado el barril y de que éste ha subido y va a quedar al descubierto.

Entonces vas corriendo y lo empujas con la mano para sumergirlo de nuevo.

La energía que usas en esconder el barril no la puedes usar en otras cosas.

El primer paso para soltar el lastre del barril es entender que no se trata de esconderlo más hondo ni de ponerle más piedras para enterrarlo, sino de dejarlo salir a la superficie.

El segundo camino es creerse lo bastante valioso como para decirse: "Seré capaz de quererme sea cual sea el contenido del barril". Así actúa la terapia.

Un terapeuta es alguien que puede quererte y aceptarte sea cual sea el contenido del barril.

Tu terapeuta te muestra que puedes aceptarte aunque el barril tenga un contenido horrible.

Te enseña que, en realidad, el contenido de ese barril que te asusta no tiene tanta importancia como para paralizarte.

Después, aún te queda ir a buscar fuera la misma aceptación.

<h5 class="handdrawn subtitle">El cuerpo ha perdido identidad</h5>

A la pregunta de&nbsp;¿por qué hay tan pocas personas auténticas en el mundo? esta sería mi respuesta:

Ser persona es un proceso y la mayoría se quedan en individuos, porque básicamente estamos educados para eso.

La sociedad tiene sus reticencias ante las personas, porque las personas no son buen negocio.

<h5 class="handdrawn subtitle">Es más fácil vender a los individuos que a las personas</h5>

Los individuos son muy sensibles a las modas, hacen lo que hacen todos. La persona tiene sus gustos.

El cuerpo tiene una belleza que es en sí misma valiosa, pero nosotros tratamos de esculpir todos los cuerpos para que se parezcan al mismo modelo: Anorexia, vigorexia, operaciones estéticas, botox.

Hemos abandonado la actitud personal de nuestro cuerpo para volvernos individuos con un cuerpo que debe parecerse al de los demás.

<h5 class="handdrawn subtitle">En este proceso, se ha perdido identidad</h5>

En Argentina (supongo que en México también y en todos lados), ves a varias mujeres famosas que han sido operadas por el mismo cirujano y todas acaban pareciéndose.

A veces necesitas escuchar su voz para saber de quién se trata, porque todas tienen la misma cara y a todas se les mueven las orejas cuando se ríen.&nbsp;

Cuidar el cuerpo es aceptarlo y no maltratarlo, empezando por no intoxicarlo. Empecemos por no dañarlo.

La gestalt no acepta la idea de que los síntomas de una enfermedad pueden expresar conflictos personales.

hay una mente por un lado y un cuerpo por el otro;&nbsp;para la gestalt, yo no tengo un cuerpo: soy un cuerpo.

El asmático tiene problemas respiratorios, pero también tiene problemas sociales y psíquicos.

El asma es el fenómeno global de lo que le sucede y expresión de lo que ese individuo sufre existencialmente; es decir, se trata de una manifestación física de lo le ocurre por dentro.

En gestalt se trabaja mucho con juegos de roles y dramatizaciones para descubrir de qué se están quejando los órganos enfermos.

Me parece que todo lo que lleva a darse cuenta es interesante.

Una vez un ginecólogo me envió a una paciente que sufría metrorragias (hemorragias vaginales).

<h5 class="handdrawn subtitle">Tras hablar con ella organicé una sesión para que la paciente dialogara con su útero</h5>

Se trataba del típico juego de silla vacía en el que ella iba cambiando de sitio para hablar primero como persona al útero y después desempeñaba el rol de útero para hablar desde ese papel a la persona.

En un momento de la sesión haciendo del útero, ella dijo a la persona: "Tú me tienes aquí inútilmente, yo me tomo el trabajo de ovular cada mes, de prepararme cada mes, y tú nunca me permites quedarme embarazada. ¿Para qué me tienes aquí? ¿Por qué no me sacas ya y acabarnos de una vez...?"

Al decir esto la mujer empezó a llorar.

Comprendió que en realidad estaba postergando su deseo de embarazo por miedo a crear un conflicto con su pareja.

Cuando se dio cuenta, no tuvo un hijo, pero sus hemorragias desaparecieron.&nbsp;

Dejar que el barril salga a flote, siempre ayuda a sanar.

Más tarde fue madre con otra pareja.

Cuando nos vemos aún me recuerda esa sesión...

<h5 class="handdrawn subtitle">Encontrar a "la pareja" es el problema. ¿Cómo funciona el amor entre personas autodependientes?</h5>

Para esto, va el siguiente cuento:

<ul>
	<li>Una vez, el guerrero más valeroso de la tribu se enamoró perdidamente de la hija del rey de la tribu.</li>
	<li>La pareja quería que su amor fuera eterno y por ello se fueron a ver al brujo para que les diera un conjuro y así conseguir estar juntos para siempre.</li>
	<li>Estaban tan enamorados que tenían miedo de que un día se les acabara el amor.</li>
	<li>Habían visto que esto sucedía a menudo a otras parejas.</li>
	<li>El brujo les dijo que había un conjuro para conseguir lo que querían, pero que requería mucho trabajo.</li>
	<li>La pareja aseguró que no les importaba el esfuerzo y que estaban dispuestos a cualquier cosa.</li>
	<li>El brujo le encomendó a ella que fuera al monte y que trajera a un halcón.</li>
	<li>Tenía que cazarlo con sus propias manos y traerlo vivo.</li>
	<li>A él le pidió que trajera al águila más poderosa que hubiera en lo más alto de la montaña. Tenía que cazarla solo y sin ayuda y traer al ave viva.</li>
</ul>

<ul>
	<li>Cada uno se fue por su lado y trajeron esa misma noche las dos aves puestas en una bolsa.</li>
	<li>"¿Y ahora qué hacernos? ¿Las matamos y nos comemos su carne?", preguntó la pareja.</li>
	<li>"No", dijo el brujo. "¿Derramarnos su sangre y la bebemos?", preguntaron de nuevo los amantes.</li>
	<li>"No", dijo el brujo.</li>
	<li>El brujo dio a la pareja unas cuerdas hechas con cuero y mandó a atar las aves entre sí por las patas.</li>
	<li>La pareja ató las aves. "Ahora tírenlas al aire", dijo el brujo.</li>
	<li>Las aves no podían volar y cayeron al suelo enseguida.</li>
	<li>A los pocos minutos las aves empezaron a picotearse entre sí, a lastimarse y a sangrar.</li>
	<li>El brujo dijo: "Liberen a las aves".</li>
	<li>La pareja liberó a las aves y los pájaros que se habían estado peleando, en el mismo momento de ser liberados empezaron a dar vueltas en el aire como si protagonizaran una bella danza.</li>
	<li>Después se fueron volando juntos.</li>
</ul>

<h6 class="subtitle underlined">"Éste es el conjuro" -dijo el brujo-; "si queréis seguir juntos, nunca os atéis el uno al otro".</h6>

<h5 class="handdrawn subtitle">Cinco permisos básicos para ser persona:</h5>

<ol>
	<li>Me concedo a mí mismo el permiso de estar y de ser quien soy, en lugar de creer que debo esperar que otro determine dónde yo debería estar o cómo debería ser.</li>
	<li>Me concedo a mí mismo el permiso de sentir lo que siento, en vez de sentir lo que otros sentirán en mi lugar.</li>
	<li>Me concedo a mí mismo el permiso de pensar lo que pienso&nbsp;y también el derecho de decirlo, si quiero, o de callármelo, si es que así me conviene.</li>
	<li>Me concedo a mí mismo el permiso de correr los riesgos&nbsp;que yo decida correr, con la única condición de aceptar pagar yo mismo los precios de esos riesgos.</li>
	<li>Me concedo a mí mismo el permiso de buscar lo que yo creo que necesito&nbsp;del mundo, en lugar de esperar que alguien más me dé el permiso para obtenerlo.</li>
</ol>

<h5 class="handdrawn subtitle">Ahora, 12 pasos hacia adelante:</h5>

<ol>
	<li>Conócete&nbsp;a ti mismo.</li>
	<li>Sé autónomo&nbsp;(vive y obra según tus propios principios).</li>
	<li>Saluda, agasaja, sonríe&nbsp;(nadie triunfa sin ser amado).</li>
	<li>Invierte en ti&nbsp;y en tu futuro (manténte informado, pero no sobreinformado).</li>
	<li>Sé creativo&nbsp;(descarta lo preconcebido).</li>
	<li>Organiza tu tiempo y respeta el tiempo ajeno&nbsp;(cuídate de las adicciones, también la del trabajo).</li>
	<li>Aprende a vender (cuida tu imagen).</li>
	<li>Rodéate de personas adecuadas.</li>
	<li>Negocia hasta donde te conviene y&nbsp;no cedas más allá.</li>
	<li>Aprende de tus fracasos&nbsp;(o volverás a fracasar).</li>
	<li>&nbsp;Vuelve a empezar&nbsp;tantas veces como sea necesario (pide ayuda&nbsp;si no puedes solo).</li>
	<li>Nunca dudes del resultado final.</li>
</ol>

Para ser feliz hay que aprender a poner límites

Jorge Bucay DETONA este cuento: Había una vez, en un pequeño pueblo, un viejo cura párroco famoso y respetado por su sabiduría y su bondad.

Su parroquia, bastante alejada de la plaza central del pueblo, se mantenía casi ignorada y oscura durante todo el año.

Sin embargo cada diciembre, cuando se acercaba la Navidad la calle entera de la iglesia parecía adquirir luz propia.

Es verdad que el desproporcionado árbol de Navidad que el anciano armaba en el ciprés de la vereda, frente a la iglesia, irradiaba un brillo incomparable, pero no era sólo eso.

Cada ladrillo del frente del viejo edificio parecía iluminarse desde adentro y alumbrar la que hasta unas horas antes era una de las calles más oscuras del barrio.

<h5 class="handdrawn subtitle">Desde la otra punta del pueblo se veía la luminosidad que parecía expandirse desde la vieja parroquia elevándose en el cielo</h5>

Quizá por eso, quizá por la nobleza del viejo cura, hombre puro de alma y espíritu y sacerdote de fe inquebrantable, quizá por la suma de todas las cosas, la Navidad traía al pueblo un hecho que para muchos representaba su milagro navideño.

Cada año, para estas fechas, todos lo que tenían un deseo insatisfecho, una herida en el alma o la imperiosa necesidad de algo importante que no habían podido lograr iban a ver al viejo cura.

El se reunía con ellos, los escuchaba, y los convocaba para que prepararan su corazón para un milagro antes de las doce de la noche del veinticuatro de diciembre.

Cuando el día esperado llegaba y todos estaban reunidos frente a la parroquia, el cura encendía todavía algunas velas más alrededor del árbol, y luego recitaba una oración en voz muy baja… como si fuera para él mismo.

<ul>
	<li>
	<h5 class="handdrawn subtitle">Dicen… que cada Navidad Dios escuchaba las palabras del párroco cuando hablaba</h5>
	</li>
	<li>Dicen que a Dios le gustaban tanto las palabras que decía.</li>
	<li>Dicen que se fascinaba tanto con aquel árbol de Navidad iluminado de esa manera.</li>
</ul>

Dicen que disfrutaba tanto de esa reunión cada Nochebuena… que no podía resistir el pedido del cura y concedía los deseos de las personas que ahí estaban, aliviaba sus heridas y satisfacía sus necesidades.

Cuando el anciano murió, y se acercaron las navidades, la gente se dio cuenta que nadie podría reemplazar a su querido párroco.

Cuando llegó diciembre, sin embargo, decidieron de todas maneras armar el árbol de Navidad frente a la parroquia e iluminarla como lo hacía en vida el sacerdote.

Y esa Nochebuena, siguiendo la tradición que el cura había instituido, todos los que tenían necesidades y deseos insatisfechos se reunieron en la vereda y encendieron velas como habían aprendido del viejo párroco…

<h5 class="handdrawn subtitle">Se hizo un silencio</h5>

Nadie sabía lo que el viejo párroco decía cuando el árbol se iluminaba por completo…

Como no conocían las palabras, empezaron a cantar una canción, recitaron unos salmos, y al final se miraron a los ojos compartiendo en voz alta sus dolores, alegrías y temores en ese mismo lugar, alrededor del árbol.

Y dicen… que Dios disfrutó tanto de esa gente reunida alrededor del ciprés, frente a la vieja parroquia, hermanados en sus deseos… que aunque nadie dijo las palabras adecuadas, igual sintió el deseo de satisfacer a todos los que ahí estaban.

Y lo hizo.

Desde entonces cada Nochebuena en aquella parroquia, alrededor de ese árbol tan especial, algunos milagros ocurrían, posiblemente en honor o quizá (¿por qué no?) por influencia del cura párroco.

<h5 class="handdrawn subtitle">El tiempo ha pasado y de generación en generación la sabiduría se ha ido perdiendo…</h5>

<ul>
	<li>Y aquí estamos nosotros.</li>
	<li>Nosotros no sabemos cuál es el pueblo donde está la parroquia.</li>
	<li>Nunca conocimos al bondadoso anciano y mucho menos sabemos cuáles eran sus ‘mágicas’ palabras</li>
	<li>Nosotros ni siquiera sabemos cómo armar nuestro árbol de la manera en que él lo hacía…</li>
</ul>

Sin embargo, hay dos cosas que sí sabemos: sabemos esta historia, y sabemos acerca de la Navidad.

Y dicen… que Dios adora tanto este cuento… que disfruta tanto de las historias navideñas, que basta que alguien cuente esta leyenda y que alguien la escuche… para que Él, complacido, satisfaga cualquier necesidad, alivie cualquier dolor y conceda cualquier deseo a todos los que todavía, aunque sea un poco, creen en la magia de la Navidad.

<h5 class="handdrawn subtitle">¡Ojalá sea cierto!</h5>

Milagro de Navidad

Jorge Bucay DETONA: No te olvides de ser feliz. No es tu derecho, es tu obligación.

<h5 class="handdrawn subtitle">Epígrafe del director, sin la venia del autor:</h5>

Afinidades que construyen vialidades o viabilidades.&nbsp;

Demian, de Hermann Hesse, es el libro que cambió mi vida. Narra la historia de Emil Sinclair desde su niñez hasta la adolescencia.

Emil siempre ha vivido de acuerdo a la moral correcta y cree que ser bueno es su único cometido.&nbsp;

En su camino aparece Max Demian, personaje que obliga a Emil a cuestionarse de manera filosófica y crítica todas las cosas que suceden en su vida.

La novela de Hesse esboza importantes elementos psicológicos.&nbsp;

Emil aprende a aceptarse con su lado oscuro bajo la influencia de su amigo Demian.

Recargado en la pared de “mi fuerte” leí a hurtadillas el primer libro que convulsionó mi vida: “Demian”, de Hermann Hesse.

Artículo relacionado:

Estaba leyendo a Demian cuando como aspirante a entrar al periódico El Norte me pidieron una "autobiografía". Así se les llamaba entonces a los CV. Tenía 17 años y la sangre hirviente propia de la adolescencia.

Entré al periodismo de la mano de Demian. Ese libro formó el espíritu crítico que me ha ganado tantos ex amigos y unos cuantos pero muy queridos amigos.

Por muchas razones, Jorge Bucay es parte importante de mi vida.

<h5 class="handdrawn subtitle">Por cierto, el único hijo varón de Jorge se llama Demián, con acento en la "á".</h5>

<h4 class="subtitle">Ahora, paso a dar voz al autor de este artículo:</h4>

La imagen de la calesita&nbsp;de la infancia -de los caballitos o del carrusel, como se le dice en México-&nbsp; aunque remanida, nunca deja de dibujar una sonrisa en la seria expresión de mi cara.

Esa con la que transito lo cotidiano.

Hay gente que puede por un par de vueltas cerrar los ojos y soñar que vuelve a la niñez.

Hay gente que consigue saborear ese sueño como si estuviera sucediendo.

Hay gente que sabe que son solo dos vueltas y luego despierta sin tristeza sabiendo que puede, de vez en cuando, subirse a la calesita de sus sueños...

Hay gente... muy poca... que tiene eso claro y se sube contigo para disfrutar de esas dos o tres vueltas y bajarse después sin penas ni dolores.

Hay gente como vos y como yo que al pensar estas cosas nos sentimos agradecidos con la vida y con quienes son capaces de acompañarnos en algunos sueños...

Déjame valerme por mí mismo, si lo haces todo por mí nunca podré aprender.&nbsp;

<h6 class="subtitle underlined">Por si lo olvidaste, solo se aprende de los errores.</h6>

El carrusel de la vida

Nota del Director: No le pedí permiso a mi amigo Jorge Bucay para ponerle título a tan enternecedor texto como éste con el que se estrena en DETONA, para deleite de nuestra audiencia. Entonces, sin su venia…

Ella dijo:

"No llames al médico, quiero dormir tranquila, con tu mano en la mía."

Él le habló sobre el pasado, cómo se conocieron, su primer beso.

No lloraron, sonrieron.

No se arrepintieron de nada, fueron agradecidos.

Entonces ella dijo suavemente:&nbsp;"te amo para siempre" y él le devolvió sus palabras, dándole un beso suave en la frente.

Ella cerró los ojos y se durmió en paz con la mano en la suya.

El amor es lo más importante porque llegamos a este mundo sin nada más que amor y nos vamos sin nada más que amor.

Profesión, carrera, cuenta bancaria, nuestros bienes son sólo herramientas, nada más.

Todo se queda aquí.

<h6 class="subtitle underlined">Ama, como si no hubiera nada más importante en tu vida...</h6>

Jorge Bucay

Tengo mucho miedo de olvidarme de dónde vengo

El país de las cucharas largas

Para ser feliz hay que aprender a poner límites

Milagro de Navidad

El carrusel de la vida

La magia de una mano sobre la otra