Al gobierno se le exige, no se le aplaude

He sido crítico, activista y promotor de innumerables acciones de la vida pública nacional y local.

Desde el año 1969 he participado en política, lo he hecho desde adentro de las entrañas del poder, así como la mayoría de las veces fuera del poder pero siempre teniendo como objetivo fundamental el bien común y servir a la comunidad.

No tengo la menor duda de que me he equivocado, pero también he acertado.

Mucho se ha escrito y se ha estudiado sobre el ejercicio del PODER POLITICO. La definición más común es:

“La lógica del ejercicio de las funciones por parte de las personas que ocupan un cargo un cargo representativo dentro del gobierno.

Generalmente, este influye en el comportamiento, ya sea en pensamiento o en el actuar de una sociedad”.

En lo personal, solo añadiría que el funcionario público debe servir a la comunidad y siempre buscar el bien común.
Son puestos con una temporalidad y retribuidos con recursos públicos, por ello deben rendir cuentas y siempre respetar la ley.

Con motivo del 3er informe del presidente AMLO, he escuchado y leído múltiples voces en contra y también a favor, dentro de un contexto subjetivo y de confrontación, alimentado por el mismo titular del poder ejecutivo.

La fuente de esta confrontación es el descontento de la gente ante un sistema político rebasado y obsoleto, cuya semilla fue sembrada y alentada por los pésimos gobiernos del PRI-PAN.

La ciudadanía se cansó y voto por quien ofrecía un cambio total, dando prioridad a los pobres, combate a la corrupción, a la impunidad, al derroche de los funcionarios públicos, así como acabar con el sistema neoliberal y conservador que tanto habían dañado y lacerado a la sociedad, principalmente a los más necesitados.

AMLO aprovechó el resentimiento social y, después de 18 años de campaña política, logró un triunfo electoral legitimo con 30 millones de votos a su favor, así como la mayoría en el Poder Legislativo, lo cual le permite gobernar sin contra pesos, provocando una hegemonía partido-gobierno que rompe el respeto a la división de poderes.

Situación equiparable a los gobiernos del PRI del siglo pasado, hasta la elección de 1997, donde la oposición tuvo suficientes votos para tener una Cámara de Diputados sin mayoría de ningún partido político, lo cual permitió un equilibrio de fuerzas políticas y la necesidad de diálogos, alianzas y arreglos que en muchos casos acabaron en componendas de corrupción y compra de favores, no se vivió una época totalmente aseada, sin embargo, había división y respeto a los poderes de la nación.

Afortunadamente, en las elecciones del 6 de junio, Morena y sus aliados perdieron la mayoría calificada, lo cual les obliga a dialogar y llegar acuerdos con la oposición.

Como decía en líneas anteriores: He sido crítico, activista y promotor de innumerables acciones de la vida pública nacional y local.

En el sexenio de Luis Echeverría (1970-76), critiqué y combatí las invasiones de tierras agrícolas privadas, la Ley de Asentamientos Humanos que pretendía expropiar la propiedad privada, el pésimo manejo de las finanzas públicas que provocaron la devaluación del peso. 

Después más de 20 años de estabilidad económica, fui parte activa de la famosa reunión de Los Encapuchados de Chipinque que nos opusimos abiertamente al gobierno de Echeverría.

En el sexenio de José López Portillo (1976-1982), también participé en luchas contra el despendio, corrupción y la nacionalización de la banca, ya que el ejecutivo había violado la Constitución, al firmar el decreto de expropiación sin tener facultades, aunque el Congreso le avaló y solapó ese grotesco acto inconstitucional.

Fui muy crítico en el manejo de los excedentes de ingresos del petróleo y el desaseo de las finanzas públicas que nos llevaron una crisis económica sin precedentes.

Durante el gobierno de Miguel de la Madrid (1982-1988), tuve una intensa participación en defensa de la propiedad privada y libertad empresarial, ya que durante este sexenio se ejecutó una política económica de control de precios, desbasto de productos y nacionalización del aparato productivo, con la excusa de reestructurar la economía nacional que había quedado en bancarrota debido al pésimo gobierno de López Portillo.

Con el gobierno de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), tuve la oportunidad de apoyar y coordinar la campaña de Manuel Clouthier a la presidencia de la Republica, así como la lucha post electoral, junto con Cuauhtémoc Cárdenas, Rosario Ibarra y muchos mas políticos que iniciamos movimientos, acciones y propuestas para ciudadanizar los órganos electorales, que hasta ese entonces manejaba el gobierno de PRI a su antojo.

No había democracia, había represión, se logró la constitución del Instituto Federal Electoral.

También hice un estudio donde demostré que el manejo de los Petrobonos era errado y no tenía sustento financiero lo cual quedó demostrado con la devaluación de diciembre de 1994 y la crisis económica que sufrimos por años.

Con satisfacción comparto la crítica publica que hice al gobierno de Salinas por el asesinato de estado que se cometió en la persona de Luis Donaldo Colosio candidato del PRI a la Presidencia de la República.

Bajo el régimen de Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000), participé intensamente en la ciudadanización de la Comisión Estatal Electoral de NL, iniciativa que logré con la participación de PT, PRD, PRI y PAN, contando con el apoyo y la anuencia del presidente Zedillo y el Gobernador Sócrates Rizzo, con quien hice gestiones durante muchos meses. Participé en varios foros que analizamos el manejo del FOBAPROA y señalé que su operatividad abría la puerta a la corrupción, situación que se dio.

Con la llegada del nuevo siglo y gobierno de Vicente Fox (2000-2006) le critiqué personalmente tres decisiones que estaban afectando a su gobierno que habría despertado una gran expectativa de cambio, las cuales fueron:

  1. Haber dejado en puestos claves a funcionarios del PRI
  2. Haber cancelado el proyecto del aeropuerto de Texcoco
  3. Haber promovido el desafuero de AMLO en el 2003, evento que no prospero

Con Felipe Calderón (2006-2012), estuve de acuerdo con la iniciativa de combatir al crimen organizado, pero no coincidí con la estrategia; máxime que había una tremenda corrupción en los mandos policiacos, incapacidad, filtración en las policías estatales y municipales, así como un Poder Judicial inoperante y corrupto.

Participé y organicé marchas multitudinarias contra la violencia en Monterrey, DF y otras ciudades. Le critique públicamente que haya nombrado como subsecretario de Educación Publica al yerno de Elba Esther Gordillo.

En el sexenio de Enrique Peña Nieto (2012-2018), fui crítico constante contra la corrupción y la impunidad de este régimen, así como el fallido combate al crimen organizado, públicamente dije que Elba Esther Gordillo había sido detenida por traición al sistema PRI gobierno, pero no por corrupta. 

Al final de su gobierno, escribí muchos artículos dedicados a su falta de oficio político en la designación de candidatos a gobernadores y sobre todo la nominación o dedazo de su candidato a la Presidencia de la Republica, lo cual se demostró en el fracaso de las elecciones del 2018, ya que José Antonio Meade quedó en tercer lugar debajo de AMLO y Anaya.

Ahora con AMLO (2018-2024), a pesar que obtuvo un triunfo contundente y legítimo, su actitud ha rebasado y anulado su oferta política, está abusando de la hegemonía partido-gobierno, no respeta la división de poderes, ha usado su investidura para confrontar a la sociedad mexicana y ha continuado siendo un presidente activista en lugar de ser un presidente estadista.

Lo he criticado, le he reconocido cuando ha tomado buenas decisiones, pero como ciudadano libre y haciendo uso de mis derechos constitucionales seguiré expresando mi opinión, defendiendo las libertades de todos los mexicanos que aspiramos en vivir en paz, armonía, respetando la ley y la democracia como forma de vida

Irá viniendo, iremos viendo cómo la ciudadanía sigue levantando la voz y defendiendo nuestras libertades, y exigiendo al gobierno ser incluyente y no provocando división.

Raúl Monter Ortega

Coordinador de Campañas Electorales a nivel Federal, Estatal y Municipal. Editorialista, observador y activista de la vida política nacional. Promotor de las libertades constitucionales de los mexicanos. Catedrático y vicerrector de la Escuela Superior de Procesos Electorales.