Ante el poder, hablan los poetas

Rogelio Ríos Herrrán DETONA: Puedo decir que he vivido los suficientes años como para darme cuenta de que el lenguaje es lo que da claridad o confusión ante el mundo. 

Siguiendo a Octavio Paz, quien expresaba que cada lenguaje es una concepción del mundo, cada uno de nosotros tiene una forma particular e irrepetible de apreciar y entender la realidad que vivimos. 

En esta época en la que México está sumido en una guerra cultural, el lenguaje del poder es deliberadamente simplificador y polarizante, excluyente y autoritario, porque así conviene a sus intereses. 

Ante la confusión que provoca la posverdad, las realidades alternas, la negación de la ciencia y el desprecio a la inteligencia y la cultura, el populismo mexicano del Movimiento de Renegación Nacional (Morena) sobrevive y prospera. 

¿Qué pueden hacer los ciudadanos que no sea resistir con el pensamiento y un lenguaje libre de ataduras ante el autoritarismo de las palabras? ¿Cuál es el canon de la resistencia intelectual? 

Me vinieron de golpe estas reflexiones, tan de golpe, que no tuve más remedio que escribirlas para ustedes. Pensar es resistir en todo momento y en cada lugar: la imaginación nunca es prisionera del poder. 

Uno de los invitados al Encuentro Internacional de Escritores de Conarte (celebrado en Monterrey el 20-22 de noviembre), mi estimado amigo y poeta Indran Amirthanayagan, trajo una propuesta literaria muy interesante, “El Canon Migrante”, en la cual se avoca a la defensa de la literatura escrita por los pueblos oprimidos. 

Sobre su ponencia comentaré en otra ocasión

Ahora, quiero relatarles el encuentro que tuve con Indran antes del inicio del evento y cómo me recordó que los poetas son quienes nos abren los ojos al mundo en los momentos en que la venda en la mirada se siente pesada. 

Encontré a Indran en el Hotel Ancira, en el centro de Monterrey, y cruzamos apenas la calle Hidalgo para llegar a El Cafelito y sentarnos a rememorar encuentros pasados, vivencias familiares y planes para el futuro. 

Siempre es grato reencontrar a un amigo después que el tiempo y la distancia separan, más de lo que uno quisiera, a quienes apreciamos y queremos. 

Luego, caminamos rumbo a la Plaza Hidalgo, apenas a media cuadra.

Nos sentamos a platicar en una banca sobre qué implica escribir, traducir y editar en la era de la inteligencia artificial, cuáles son los límites de la honestidad intelectual y otros temas. 

En la tarde espléndida y entre las aves que cruzaban de un árbol a otro ante la vista marcial del antiguo palacio de gobierno, nos confundieron los cantos de algunos pájaros por su belleza. Yo pensaba que sonaba el tono de su aparato celular y él que se trataba del mío. 

No era ningún teléfono celular, sino las aves que cantaban libremente a nuestro alrededor

Sin restricciones, sin otro plan o propósito que hacer lo que su naturaleza les dictaba. Por el puro gusto de ser. 

Así son los poetas, pensé. Cantan libremente, en cada lugar y ante cada persona, para que quien los escuche recuerde que la libertad es indestructible y la felicidad está siempre a la mano, incluso bajo la adversidad y los días oscuros que vivimos en México. 

De su libro “En busca de posada” (Lima, Perú: Apogeo Editorial, 2019), tomo de Indran estos versos para sustentar lo que afirmo:

... y yo, el conductor del autobús/ por las carreteras sinuosas de la noche/ dedicado a observar el camino/ y poner atención a mis herramientas/ al volante, a los cambios y a mi tarea/ Alguien debe ser el capitán, el poeta/ A cada uno su fantasía, sentado ante/ el verbo, esperando la carne y la sangre.
¿Por qué el autoritarismo desprecia a la literatura?

Son los escritores y poetas los que, volando y cantando en todas plazas del mundo, desde Moscú a Monterrey, quitan los vendajes de los ojos y nos dejan ver y respirar la libertad del pensamiento ante la opresión. 

  • “En los pueblos
  • diversos de los países modernos
  • hay lectores que se alegran
  • con aquellas metáforas de amor
  • de la guerra, de la búsqueda
  • de armonía en el encuentro
  • de dos ríos, que tuve la fortuna
  • de sacar del fogón que siempre
  • ilumina la noche”.

(Poema “En resumidas cuentas”).

Gracias, Indran, por atizar el fogón.  Ante el poder, hablan los poetas. 
Rogelio Ríos Herrán

Egresado de la Licenciatura en Relaciones Internacionales por El Colegio de México (1981)  y desde 1994 se ligó a los medios de comunicación como comentarista y productor en Radio Nuevo León y la televisión pública y colaborador y columnista en periódicos en Nuevo León y Arizona y Georgia, en Estados Unidos. Durante más de 18 años se desempeñó como editor de opinión en el periódico El Norte (Grupo Reforma), en donde además durante 15 años fue un editorialista regular con análisis sobre coyuntura de política internacional, Estados Unidos y asuntos mexicanos. Desde 2019 y hasta 2021 colaboró en Grupo Visión de Atlanta, Georgia, y condujo el programa radial Un Café Con Atlanta.