El paquete económico 2025

Marco Pérez DETONA: El pasado viernes, el Ejecutivo Federal presentó en tiempo y forma al Congreso de la Unión, el paquete económico para el año que entra, el cual analizo a continuación.

Como ya es costumbre, la Secretaría de Hacienda se mantiene muy optimista en materia de crecimiento de la economía, y contrario a las proyecciones generalizadas, en el sentido de que la economía crecerá alrededor de un 1% en términos reales en 2025, el Gobierno Federal estima un crecimiento de entre el 2% y el 3% real para el año que entra, por lo que su estimación es dos y tres veces superior a la del consenso de analistas, una discrepancia enorme que es difícil de sustentar con datos duros.

Con esta (más que optimista) proyección de crecimiento del PIB que estima la Secretaría de Hacienda, el crecimiento económico en 2025 sería incluso superior al que se está registrando en este año, cuando nadie espera que la economía repunte el año que entra, sino que siga con su tenencia de un menor crecimiento, con probabilidades, incluso, de que entre en recesión.

El problema con este generoso e improbable crecimiento de la economía, es que se utiliza para proyectar variables como los ingresos tributarios, y conduce a estimaciones demasiado optimistas en la recaudación de impuestos, por lo que proyectan que los ingresos tributarios crecerán 3% en términos reales en 2025, apuntalados precisamente por este crecimiento del PIB, y en menor medida, por una mayor fiscalización, sin embargo, si la economía crece solo un 1%, menos de la mitad de lo que ellos esperan, la recaudación tributaria no proporcionará los ingresos que proyectan.

Esta desviación afecta también la estimación del déficit que proponen para 2025, lo que hace poco creíble la reducción del déficit presupuestal que plantea el paquete económico.

Adicionalmente, Hacienda proyecta que los ingresos petroleros para 2025 habrán de crecer, pasando del 3.1% al 3.2% del PIB, sin embargo, estima que el precio del petróleo mexicano se reducirá en casi 20%, pasando de $70.7 dólares por barril en promedio en 2024, a $57.8 dólares por barril en 2025, una caída de casi $13 dólares, mientras que la extracción solo la proyectan 4% superior, por lo que es totalmente incongruente e inconsistente esta proyección de mayores ingresos petroleros para el año que entra, y se suma a la proyección inconsistente de ingresos tributarios, que descalifican, de salida, las estimaciones de ingresos y de déficit que incluyen para el año que entra.

En materia de gasto, hay al menos dos variables macroeconómicas con estimaciones también optimistas, una es la tasa de interés, y la otra es el tipo de cambio, las cuales tienen particular relevancia para proyectar los pagos de intereses de la deuda pública, tanto interna como externa.

La tasa de interés la proyectan con una reducción de 200 puntos base (2 por ciento) y bajaría en 2025 en el equivalente a un 20%, mientras que el tipo de cambio lo proyectan con una apreciación y pasaría de $19.7 pesos por dólar al cierre de 2024, a $18.5 a finales de 2025, como un 5% de apreciación del peso.

Estas proyecciones coadyuvan a estimar un menor pago de intereses de la deuda para 2025, los cuales solo aumentarían en 0.2 puntos como proporción del PIB, pero de no materializarse, el pago de los intereses de la deuda sería mayor, y por ende, aumentaría el déficit.

De tal suerte, los parámetros macro que se han utilizado para calcular el ingreso-gasto 2025, y consecuentemente el déficit, son demasiado optimistas y carecen de credibilidad, por lo que de salida, se descarta que el déficit se vaya a reducir en dos puntos del PIB, y baje del 5.9% que estiman cerrará 2024, al 3.9% que se propone para 2025.

En pesos de 2025, la reducción al déficit la estiman en $594.4 mmp, pero el 70% de esa reducción se consigue por mayores ingresos proyectados ($415.0 mmp) y solo 30% del ajuste ($179.4 mmp) proviene de recortes al gasto, lo que pone de manifiesto que optaron por inflar ingresos, para maquillar el recorte al déficit, que por cierto, se redujo de 3 puntos del PIB prometidos, a solo 2, con altas probabilidades de que no lleguen ni a 1, en el mejor de los casos.

Marco Pérez

Economista especialista en finanzas públicas, Socio Director de Econometría Aplicada SC, Conferencista y Catedrático a nivel doctorado.