Jacob Frey vs. Trump: La libertad de decidir
Cuando escuchamos la palabra "libertad", nos imaginamos hacer lo que nos dé la gana, sin reglas ni consecuencias.
Pero la verdad es que la libertad real no es solo hacer lo que te plazca, sino elegir lo correcto, incluso cuando cuesta.
Y ahí es donde entra Jacob Frey, el alcalde de Minneapolis, quien acaba de hacer algo que pocos políticos se atreven: plantarle cara a Trump y negarse a colaborar con sus políticas migratorias inhumanas.
Esto no es solo una movida política; es un recordatorio de que la valentía tiene un precio y que la libertad sin responsabilidad es solo egoísmo disfrazado.
Libre de… Libre para
En el programa de Alcohólicos Anónimos, el 30 de enero se reflexiona sobre la idea de la libertad en dos partes:
- Libre de lo que te controla (miedo, adicciones, injusticia).
- Libre para decidir quién eres y qué defiendes.
Y este concepto aplica perfecto aquí.
Minneapolis, con Frey al mando, decidió que sería libre de ser un títere del gobierno federal en las deportaciones.
Pero más importante aún, decidió que sería libre para ser una ciudad refugio, para actuar con humanidad y para mantenerse firme en sus valores.
Porque la libertad no es solo sacudirse lo malo, sino usarla para hacer algo significativo.
Tener principios no es gratis
Piénsalo así: imagina que trabajas en una empresa y tu jefe te dice que despidas a personas solo porque "no encajan con la nueva visión".
Sabes que está mal, pero si te niegas, puedes meterte en problemas, incluso llegar a ser tú el desempleado.
Esa es la encrucijada de Frey.
Decir “no” a una orden injusta siempre trae consecuencias.
Al negarse a colaborar con las deportaciones, está arriesgando financiamiento federal, ganándose enemigos en Washington y básicamente metiéndose en la boca del lobo.
Pero como dice la reflexión de AA, la verdadera libertad no es hacer lo que más nos conviene, sino hacer lo correcto, aunque duela.
La nueva libertad: No es hacer lo que quieras, es hacer lo que debes
Frey nos recuerda que hay dos formas de usar la libertad:
- La vieja libertad, la que nos dice que podemos hacer lo que queramos sin pensar en nadie más.
- La nueva libertad, la que nos reta a tomar decisiones difíciles, pero correctas, incluso si vienen con factura incluida.
Porque en un mundo donde muchos prefieren evitar problemas, Frey eligió liberarse del miedo y tomar una decisión que realmente lo hace libre: la de ponerse del lado de quienes más lo necesitan.
Moraleja: La libertad real se prueba en los momentos incómodos
Ser libre no es solo hacer lo que te da la gana.
También es tener los pantalones (o la falda, o lo que uses) para decir "esto no está bien" y actuar en consecuencia.
Si solo usamos nuestra libertad para comodidad y conveniencia, estamos desperdiciando su verdadero propósito.
Pero cuando la usamos para defender algo que vale la pena, nos volvemos realmente libres.