La insultante pensión de Gurría
Se requiere ser muy soberbio para suponer que los mexicanos van a votar por quien abusó del cargo público para su beneficio personal.
Es un insulto a los trabajadores que un político reciba una pensión el doble de lo establecido por la ley.
José Ángel Gurría recibió desde 1994 hasta mayo de 2020 un total de 23 millones 84 mil 426 pesos con 23 centavos.
La pensión fue aprobada en 1994 por el Consejo de Administración de Nacional Financiera cuando Gurría renunció como director general de la banca del gobierno, tal como lo informó hace una semana el presidente López Obrador.
“La trayectoria política de Gurría está manchada por la exorbitante pensión que solicitó y obtuvo cuando fue director general de Nacional Financiera (Nafinsa).
“La Unidad de Transparencia de Nacional Financiera, en el oficio UT-147/2020 de fecha 11 de junio de 2020, dio respuesta a una solicitud de acceso a la información que planteaba:
“Solicito copia simple sin costo, por internet, de las cantidades pagadas a José Ángel Gurría Treviño como pensionado vitalicio de Nacional Financiera a partir de 1994, conforme al oficio adjunto de Nafin del 14 de abril de 1994 en el que se le concedió ese privilegio por haber cumplido 43 años de edad”.
“Así pues, este personaje que proclamó que el régimen salinista, instaurador del neoliberalismo, se afianzaría en el poder durante varios sexenios, actualmente recibe una pensión mensual, solo por Nafinsa, de más de $94,000 netos.
“En 1994, la ‘Gurripensión’ para el modesto funcionario fue de apenas 238 mil pesos pero se fue incrementando en los últimos 26 años, hasta llegar a la cifra de un millón 132 mil pesos en 2019.
“Pobrecito Gurría, se va a quedar sin chamba el año próximo cuando deje la OCDE. No va a tener de qué vivir con su magra pensión. Habrá que tener compasión por el priista.
“El neoliberalismo se acabó. Es hora de que la Cuarta Transformación ponga fin a este abuso de Gurría”.
Y finalmente se acabó la insultante pensión de Gurría y el sueño de ser presidente.
Posdata
Positiva la reciente salida de Moisés Poblanno Silva, ex titular de la Unidad de Administración y Finanzas de la SRE, zafio colaborador de Ebrard que hizo mucho daño al Servicio Exterior Mexicano por su negligencia y partidismo.
En reciente columna escribí:
“Es una falta de ética del presidente del Comité de Ética (Poblanno) hacer proselitismo político. ¿Quién va a sancionar a Poblanno? Seguramente, nadie. Esperamos que sí haya cambios de fondo con la llegada de Alicia Bárcena”.
Al menos, fue un cambio alentador el nombramiento del contador público Israel Soberanis Nogueda, funcionario respetable, como nuevo titular de la UAF.
Dentro de la SRE y en embajadas y consulados hay todavía cientos de amigos de Ebrard incrustados en la nómina.
Hay desde ministros hasta terceros secretarios, sin tener la capacidad y el mérito para el desempeño de sus funciones.
Urge limpiar la casa y rescatar al SEM, sobre todo al personal local, por ser el más vulnerable.
Se DETONA aquí este artículo publicado en Milenio, con autorización de su autor.