Los sepultureros de México
Los consejeros prepararon el funeral y los magistrados utilizaron la pala para enterrar al México libre.
El director de la marcha fúnebre fue el magistrado Felipe de la Mata.
Preparó la partitura para que la distribución de plurinominales se hiciera por partido político y no por coalición.
El objetivo era claro: Darle a Morena y aliados un superpoder para imponer una dictadura y desaparecer a la oposición.
Cuatro magistrados aceptaron convertirse en aliados de un proyecto político que busca poner punto final a la división de poderes y al Estado de derecho.
Mónica Soto, Felipe de la Mata, Felipe Fuentes y Reyes Rodríguez decidieron leer en la Constitución de López Obrador. Justificaron su voto a favor del régimen con el argumento de que la “ley es la ley”.
Para ellos acatar la ley representó proteger los intereses del régimen.
La magistrada Janine Otalora defendió en solitario a la nación.
Nadie se atrevió a acompañarla en la guerra que hoy se libra contra el autoritarismo.
Pesó más, en los otros magistrados, la cobardía, la amenaza, la conveniencia o las tres cosas a la vez.
Si, como dijo Felipe de la Mata, no había nada qué interpretar, por qué entonces Otalora, como también hicieron cuatro consejeros del INE, votaron en contra del proyecto morenista por considerar que estaban obligados a impedir que un solo partido reformara la Constitución.
Janine Otalora tocó, en su argumentación, un punto clave:
- El traspaso de votos de Morena a sus aliados distorsiona el voto popular.
- Los tres partidos firmaron un convenio de coalición canalla.
- Es un acuerdo gansteril –permitido por la ley electoral– donde los partidos se reparten los votos de los ciudadanos como si se tratara de un botín.
Quien parecía más vocera de Palacio que presidenta del más alto tribunal electoral fue Mónica Soto.
Dedicó su ponencia a victimizarse.
Se quejó de las críticas, las amenazas y los ataques. Se la pasó justificando la votación a favor de Morena:
“No nos estamos robando el voto de la oposición”.
- ¿No? “Todos los votos valen lo mismo”
- ¿Entonces? “No se está destruyendo la democracia, ni la pluralidad”
- ¿De verdad lo cree?