El caso de Sealand y la inclusión
Quise subirme al tren de este verano en Monterrey y llevar a Sebastián a Sealand, el acuario que recién abrió.
Contacté a Sealand por what’s app y les pregunté si contaban con alguna opción para que Sebastián y yo visitáramos el acuario.
Me dijeron que no
Les expliqué que por mi discapacidad visual, lo que yo requería era un guía que nos acompañara durante el recorrido.
Me reiteraron la negativa, explicando que los guías están ahí, pero que no son exclusivos para una persona.
Fue frustrante. Como persona con discapacidad, a lo que aspiro es a la autonomía
Mi deseo era llevar a Sebastián, como cualquier otro papá, al acuario, sin ayuda de algún amigo o familiar.
Otro factor que me frustró fue el tipo de respuesta. Un “no” contundente, seguido de una respuesta de manual: “nuestros guías apoyan a todos nuestros visitantes pero no pueden atender a una persona en particular”.
Decidí explicar la situación a través de este video en las redes sociales de mi organización, Diálogo en la Oscuridad Monterrey:
https://www.facebook.com/dialogoenlaoscuridadmonterrey/videos/sealand-monterrey-no-
ofrece-recorrido-incluyentes-para-personas-con-
discapacidad/1123073552774256/?mibextid=WC7FNe&rdid=Ax2BHhV22UaDfKDx
Casi de forma inmediata, Sealand me contactó en breve y me ofreció un recorrido guiado y gratuito para mí y para Sebastián.
No era exactamente lo que yo estaba buscando, pues además de lograr una visita al acuario, mi intensión era que esto no le volviera a ocurrir a otro visitante con discapacidad visual que quisiera ir de forma autónoma a Sealand.
Llegamos a un acuerdo: ellos nos ofrecieron una visita guiada a mí y a Sebastián (la cual ya ocurrió):
https://www.youtube.com/watch?v=YBZ1-tGGFOc&t=52s
A cambio yo, en mi condición de consultor y capacitador, les ofrecí un taller sobre inclusión, y el cual estamos intentando agendar
Alcanzar la inclusión total de un lugar es muy complejo, hay cientos de variantes alrededor del tema.
Sin embargo yo comienzo por un mantra sencillo: la inclusión es salirse esporádicamente del manual.
Sealand dio el primer paso, porque para ser incluyentes, primero hay que quererlo.
Espero contarles más de este caso pronto.