¿Por qué el número 13 es de mala suerte en los Estados Unidos?
Resulta muy controversial, desde un punto de vista numérico, que en los edificios de los Estados Unidos no existe el piso 13, que en sus aviones no hay fila 13, ni en las salas de cine, ni en los auditorios, ni en los estadios de deportes, y en general, en el país que debería ser la primer potencia mundial, evitan usar el número 13 en cualquier actividad social, humana, política, humanitaria y/o deportiva.
Además, también consideran que cuando en el calendario toca martes o viernes según el caso, y es 13, es aún más mala suerte.
Las causas de esta moda, más que costumbre o superstición, de considerar al número 13 de mala suerte, y a los martes y viernes 13 igual, podrían tener un origen de anti-judaísmo, más no antisemitismo como tal.
El 13 es muy significativo para la religión judía porque es precisamente cuando un varón cumple ese número de años que es considerado un miembro formal del pueblo elegido de la Biblia, también a los 13 años fue circuncidado Ismael, el patriarca de los árabes, cuando todavía pertenecía al pueblo mencionado de Israel.
Por otra parte, el martes es el día más bendecido de la creación y los viernes son para el judaísmo sagrados.
Y como a los Estados Unidos comenzaron a inmigrar una gran cantidad de judíos muy influyentes, desde su independencia, provenientes sobre todo de Inglaterra y de otros países europeos importantes, generaron una gran competencia local plagada de la tan grave envidia que siempre ha existido.
Por mencionar sólo algunos apellidos judíos de los inmigrantes que llegaron a Estados Unidos: Los Solomon, que en la guerra de Independencia donaron abrigos al ejército de Washington y así ganaron, los Eisenhower, que uno de ellos fue su presidente y ganó la Segunda Guerra Mundial, los Jerome, incluyendo al abuelo materno de Winston Churchill, los Spielberg, los Douglas, también incluyendo al actor Michael que se curó de cáncer, los Konigsberg, incluyendo al productor de cine Woody Allen, y no podrían faltar los Kissinger o los Blinken.
Y así, en Estados Unidos, por competir con ese judaísmo imperante y de gran liderazgo, por usos y costumbres comenzaron a considerar al número 13, de relevancia judía, como ya se describió, como de mala suerte, al igual que los martes y los viernes cuando caen en 13.