Propaganda, parte dos
Compañeros y amigos. Inundados de propaganda por todos lados, considero conveniente recordar un Dixit sobre el tema, de hace justo un año:
Borrego dixit
Salvador Borrego, Ph. D.
La lucha por el poder, opus 3-13
5-8-2022
Fue en 1622, cuando el Papa Gregorio XV estableció la “Sacra congregación para la propagación de la fe de la Iglesia católica y romana”, y de la palabra propagación surge la palabreja que hoy inunda nuestras mentes y llena nuestros espacios auditivos y visuales:
La Propaganda.
Por cierto que fue el mismo Papa Gregorio XV el que les puso un corralito a los sacerdotes, conocido como confesionario, para que no anduvieran de “mano largas” con sus penitentes femeninas, estableciendo el pecado de “solicitación”; en el derecho canónico, tan propio, el término “solicitación” deja implícito, que es una fea acción pedirle las nalgas a la feligresía.
¡Ah! Inevitable seguir divagando, porque me asalta un recuerdo de cuando yo era un feliz profesor de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas de la UANL. Resulta que había dos compañeros maestros de apellido Solís, uno enorme y el otro chaparrito. Al primero le decíamos “solizón” y al otro “solicito el chico”.
Pero entremos al tema compañeros, la propaganda en tiempos de Gregorio XV tenía como propósito frenar el avance del Luteranismo, que le disputaba a Roma el favor y el diezmo de quienes profesaban la fe cristiana, como ahora se usa para ganar adeptos en las luchas comerciales y políticas.
La propaganda muchas veces incluye información o datos duros, que son atendibles, pero dado que su propósito fundamental es influir en quienes va dirigida, por lo común contiene también mentiras, que la harán más efectiva entre más verosímiles sean.
Esto es, la magia de una buena propaganda es difundir verdades, o mentiras que parezcan verdades, que alineen las voluntades de acuerdo a nuestros intereses políticos o comerciales.
En el mundo post moderno en que vivimos, reñido con la lógica y la razón, es un verdadero reto acercarnos a la verdad, porque la propaganda, insisto, inunda nuestras vidas.
Sobre la guerra Rusia-Ucrania lo que nos llega es propaganda. Decir la “invasión de Rusia a Ucrania”, siendo una afirmación verdadera, en el contexto actual es propaganda, por solo mostrar las sutilezas del concepto.
Las mañaneras de AMLO son un intenso y cotidiano ejercicio propagandístico, que logran el milagro de hacer popular a un pésimo gobernante.
Las encuestas que se difunden con amplitud, son uno de los más perversos ejemplos de propaganda, porque se ofrecen como la opinión generalizada para influir en los sectores menos politizados, bajo el principio filosófico de que: “¿a dónde va Vicente? ¡a donde va la gente!”
Entre la escoria política que me ha tocado conocer, me he encontrado con pelafustanes que me explican su negativa para contratarme, porque soy un profesional incompleto, por no estar dispuesto a modificar los resultados de intención de voto de acuerdo a sus intereses.
En Nuevo León pagué el precio de no trabajar para el gobierno estatal por 25 años, por mandar a chingar a su madre a dos pendejos, que tiempo después se convirtieron en gobernadores.
Así las cosas compañeros.
En mi dixit anterior afirmaba que ante las elecciones del próximo 5 de junio estamos ante la incertidumbre, porque de los procesos electorales estatales casi todo lo que tenemos es propaganda, aunque otro elemento importante de incertidumbre es el actual dinamismo de la opinión pública, que puede hacer fallar hasta a las poquitas encuestas buenas y honestas a las que podemos tener acceso.
Quedamos, como hemos insistido, ante una muy sabrosa incertidumbre con respecto a la decisión ciudadana del 5 de junio ya cercano, que definirá en mucho, el futuro de nuestra amada patria.