¿Quién pone la agenda?
Apenas transcurre la primera quincena de los nuevos gobiernos estatal y municipales en Nuevo León y aunque parecería que algunos de los nuevos titulares juegan sus rounds de tanteo para ver como pinta el panorama antes de trazar sus estrategias, algunos sectores han comenzado a polarizarse entre quienes exigen resultados inmediatos y los que piden tiempo para las nuevas administraciones.
Ambos casos nos parecen fuera de lugar. Tan inoportunos los que han apresurado sus críticas hacia el gobernador, los alcaldes y las alcaldesas, así como a la nueva legislatura local, que en realidad son, a nuestro criterio, cuestionamientos sistemáticos sin sustento, como los que piden que dejemos que terminen de asentarse y a quienes tampoco podemos extenderles una larga luna de miel solo porque si.
Por supuesto debemos mantenernos observadores y hay que entender que, salvo en el caso de los municipios donde hubo reelección, por más procesos de transición que se hayan realizado, todo arranque tiene una curva natural de aprendizaje en la que nos parece, debemos ser tolerantes pero no permisivos u omisos.
Y entre tanto, ¿quién pone la agenda? O mejor aún la pregunta sería ¿cuántas diferentes agendas hay y cuál es sobre la que deberíamos basar nuestros análisis?
Quizás hacer un análisis de contenido y cuantitativo de las dos ultimas semanas en los medios masivos y en las redes sociales digitales nos puede arrojar una serie de temas sobre los que se construye actualmente la conversación, que no necesariamente son los más trascendentes o prioritarios para las necesidades de los ciudadanos que al final del día son quienes califican a sus gobernantes.
Y en la construcción de la agenda temática, de la opinión pública y de la conversación publicada, ¿estarán tomando en cuenta las nuevas administraciones gubernamentales los temas de lo que fueron sus promesas de campaña y de lo que la población les marcó como sus principales intereses? o...
¿Estaremos en presencia de mensajes unilaterales que no tomaron en cuenta la participación ciudadana en las contiendas electorales?
En un repaso muy rápido de las notas periodísticas y los mensajes digitales, observamos que el combate a la corrupción parece ubicarse como el gran tema de arranque, así como las condiciones en que han sido heredadas las respectivas administraciones y las arcas vacías con que las han recibido, de cara a elaborar los presupuestos para el 2022.
Hace días en una charla entre comunicadores nos preguntábamos si alguien ha sabido dónde andan y que están haciendo los y las alcaldesas de Nuevo León, más allá de los boletines digitales en sus redes oficiales y salvo alguna que otra nota digna de recordarse.
Tomando en cuenta que son las administraciones municipales el primer contacto con los ciudadanos, resultaría preocupante que sean los mismos quienes ignoren, ya no digamos qué andan haciendo sus alcaldes y alcaldesas, sino que, en más de un ayuntamiento, seguramente desconocen el nombre de sus titulares.
De hecho, da la impresión de que en los municipios se hubiera decidido mantener bajos perfiles públicos para dejar que los medios y la opinión pública se entretengan con el nuevo gobierno del estado, mientras en los ayuntamientos logran entenderle a lo que llegaron a hacer.
Entonces el foco, como era de esperarse, lo tiene el nuevo gobierno que encabeza Samuel García, que aparentemente ha concentrado sus primeras actividades comunicacionales en dar a conocer a sus gabinetes temáticos y a sus integrantes, así como la condición en que se recibió el gobierno de Jaime Rodríguez y su presumible corrupción.
Si a eso añadimos que los diferentes medios de comunicación tienen sus propias agendas que atienden a sus intereses, no siempre informativos, así como que el gobierno federal sigue dictando desde la mañanera los temas relevantes para la 4T, los posicionamientos públicos son francamente dispersos y variados.