¡Todo al revés!
López Obrador prometió ser “el mejor presidente de la historia de México” y que no nos iba a fallar…
Yo me sumo a esa noble causa, la del rescate de la nación, con cuanto tengo y soy, para ayudarlo a materializar sus fundados objetivos de bienestar y progreso nacionales.
50 MILLONES DE MECHAS PRENDIDAS
Este país poderoso y creativo, lleno de energía, no se nos puede escapar como arena fina entre los dedos de la mano, ni podemos desperdiciar tanto talento ni volver a decepcionar, una vez más, a 50 millones de mexicanos sepultados en la pobreza, en realidad, 50 millones de mechas prendidas que corren apresuradas lanzando chispas a diestra y siniestra, hacia un barril de pólvora seca llamado “Revolución Mexicana”.
¿Qué seguiría, de fracasar López Obrador?
Desgraciadamente, las decisiones tomadas durante este interminable interregno que va de su gobierno, han producido una tremenda frustración y desilusión y creado un ambiente de crispación e incertidumbre, en lugar de una atmósfera de contagioso optimismo para construir el país que creemos merecernos. Veamos:
En lugar de continuar con la construcción de un gran aeropuerto internacional, un gigantesco Hub.
Un magnético centro de conectividad mundial, llamado a estimular el crecimiento económico del país con decenas de millones de pasajeros y más millones de carga, el proyecto se canceló con una “consulta” espuria, apartada de la ley, se desperdiciaron miles de millones de pesos con razones “estúpidas”, según el Financial Times, para edificar un aeropuerto inútil condenado por las autoridades aeronáuticas internacionales que no avalarán el aterrizaje de la aviación comercial mundial en Santa Lucía.
Un suicidio.
En lugar de avanzar, se atrasará el País. Si el barco estaba lleno de ratas, fumiguémoslas, pero no hundamos el barco.
GERTZ MANERO, EL FISCAL CARNAL... DEL PRESIDENTE, OBVIO
En lugar de aceptar la petición de la sociedad para nombrar a un fiscal anticorrupción autónomo y empezar a construir un Estado de Derecho, se impone, con sospechosos oídos sordos, a un fiscal carnal que no garantiza el sometimiento indiscriminado a la ley, porque ésta se seguirá aplicando de acuerdo con los estados de ánimo e intereses del presidente.
En lugar de reconciliar al país con los mexicanos tomados de la mano para alcanzar el bienestar común, nos arrancamos las viejas costras y nos dividimos entre buenos y malos, chairos y pirrurris, ricos y pobres.
¿Así se combate la desigualdad? Cuando los malos, los fifís y los pirruris (como quiera que se definan estas especies sociales), huyeron de Cuba y de Venezuela, se acabaron esos países.
En lugar de proyectar a México como el país de la oportunidad, se ahuyentan los capitales nacionales y extranjeros, se deprecia el peso, se desploma la bolsa, se lastima a los ahorradores, se cancelan decenas de miles de empleos, se desploman los precios de las acciones de las empresas mexicanas en el extranjero y se desprestigia la colosal marca México.