Ayer, el municipio de San Pedro realizó un mega operativo para allanar la casa de un empresario con el fin de imponer sellos de clausura a un espacio del hogar.

Lo cierto es que ayer las pasiones andaban encendidas a más no poder entre los vecinos de la calle Versalles de la colonia Valle de San Ángel, a los pies de Chipinque, en San Pedro, luego de que durante horas medio centenar de empleados municipales, policías armados y unas 10 patrullas irrumpieron en la residencia con el número 188 para realizar lo que lucía como una complicada diligencia.

Algunos vecinos creyeron que estaban deteniendo a un narcotraficante o combatiendo alguno de los robos multimillonarios que se han dado recientemente en hogares sampetrinos.

Allanan casa de empresario sampetrino en zona de Chipinque

ARTÍCULO RELACIONADO:

Pero no: el aparatoso operativo era comandado por Desarrollo Urbano para aplicar nuevos sellos de clausura a un espacio construido al interior de la casa que pertenece al empresario de telecomunicaciones Gustavo M. de la Garza Ortega, y donde se han realizado conciertos de música clásica para invitados selectos del anfitrión y sin cobro alguno.

<h5 class="handdrawn subtitle">VERSIÓN DEL MUNICIPIO:</h5>

El argumento de los empleados de Miguel Treviño es que el “salón” se construyó sin permiso, por lo que&nbsp;le habían clausurado la obra, de la cual ya se violaron los sellos en cinco ocasiones.

Pero algunos vecinos cuestionaban si es correcto darle el mismo trato a un espacio privado de una casa donde se invita a amigos a disfrutar de buena música y no se cobra la entrada, a un recinto público que funciona con presencia de extraños, taquilla y fines comerciales.

Lo que más caló fue el evidente “exceso de fuerza” en una diligencia donde sólo sebuscaba “inspeccionar”, cuando ese tamaño de operativo no lo vemos aplicado contra auténticos criminales que han causado fuertes&nbsp;agravios a la sociedad, del tipo de secuestros, fraudes, desvíos, narcotráfico.

Por lo pronto, los abogados de De la Garza aseguraron que van a proceder contra al alcalde Treviño por no haber llevado una orden de un juez.

Desde el municipio afirmaron, en cambio, que una diligencia de Desarrollo Urbano no requiere más que el consentimiento de la autoridad municipal.

Abren puertas con soplete. En un arbitrario y escandaloso  abuso de poder, el alcalde de SPGG, Miguel Treviño de Hoyos envió a más de 50 empleados y 24 vehículos oficiales de dependencias municipales a allanar la casa del empresario Gustavo M. de la Garza Ortega en la Colonia Valle de San Angel, Sector Francés. 

¡EXCLUSIVA! Alcalde de SPGG ordena allanamiento ilegal en casa de empresario. Abren puertas con soplete. Iban preparados

Miguel Treviño de Hoyos abusa de su autoridad. Enfrenta litigo con altas posibilidades de perder, por eso su acto desesperado contra casa de empresario. 

Allanan propiedad por órdenes de alcalde de SPGG

Luego de ver en DETONA la imagen de un masón ostentando distintivos y una gorra con la escuadra y compás -elementos identificativos de la masonería- en mi calidad de cronista e historiador de la Gran Logia de N.L. y secretario general del consejo de crónica e historia de las grandes logias de México, comparto:

Miguel Treviño, el malogrado alcalde de San Pedro Garza García, anda en gira nacional promoviendo su "modelo" de participación ciudadana. Que se cuiden los habitantes de esos lugares, porque si le hacen caso la van a pasar muy mal, como mal la están pasando los sampetrinos que votaron por este conato de alcalde que va para su segundo periodo. De este tema platiqué hoy con Plácido Garza y con Sergio Arturo Vela. Por cierto, Miguel el alcalde anda en Cuernavaca engatusando a incautos, según reporta el inteligente BigData de Plácido, que en todo está. Dimos en este programa -como primicia- los nombres de quienes serán testigos de la defensa de Genaro García Luna. Nadie ha dicho lo que soltó Plácido hoy. También dijimos que el gran negocio de políticos como Miguel Treviño, Silvano Aureoles, Miguel Angel Mancera, Marcelo Ebrard, es buscar un puesto, no tanto por el calibre del cargo, sino por el fuero del que viene acompañado porque tienen cifrado miedo de ir a la cárcel, pues sus actos deshonestos los persiguen. Aquí está el programa.

Los pistones listones de Morena desconfían de ellos, porque si traicionaron a priyistas y panistas ¿por qué no lo harán también con la 4T?

Hicieron lana en el neoliberalismo; hoy lo critican ferozmente y alaban a la 4T

No pierdan la fe: aún hay personas intransigentes que aceptan un apoyo económico del gobierno, sin traicionar sus principios y certezas.

Opinión

Se tenía que decir y se dijo: Allanan casa en Chipinque

La salud fuera de la ley o aguas con los respiradores; se te los ponen, te mueres. Este mundo está cada vez más lleno de mentiras y de mentirosos.

Una sampetrina, a la que llamaremos Claudia, vivió un episodio inédito en su vida que la hizo sentir, como pocas veces, 'fuera de la ley'.

Resulta que tuvo que recurrir prácticamente a la 'clandestinidad' para tratarse y curarse del Covid-19. 
Ella acudió, sin poder contarle a nadie, a un médico al que le han quitado el 'permiso' para tratar esta enfermedad, y tuvo que comprar sus medicinas, no en una farmacia, sino en una casa de otra sampetrina que las vende con sigilo pues las consigue 'de contrabando'.

Y les cuento esta historia para que sirva como signo de nuestros tiempos, en donde si tienes que vivir estas andanzas es porque algo está verdaderamente chueco.

Les platico el detalle: Claudia la había librado muy bien durante meses, y no sabía si creer o no en el coronavirus, o al menos en todo lo que se ha dicho de este padecimiento, porque la verdad es que nadie a su alrededor comparte un consenso sobre lo que está pasando: unos están muy asustados, otros no creen nada, otros más están a la mitad y en diferentes grados.

Nomás que cuando Claudia experimentó no sólo un resfriado, sino un fuerte dolor de cuerpo, falta de olfato y gusto, y hasta una leve sensación de que no podía respirar bien, le empezó a entrar miedo; un miedo que hasta entonces no había experimentado, inevitable, resultado de todas las cosas terribles que escuchas a tu alrededor.

Por lo que ella sabía -o al menos lo que le decía su instinto-, tenía más terror de ir a un hospital que de la enfermedad misma. Lo que más temía quizá era que la estigmatizaran, el repudio social de cuando le recriminaran, una vez que se supiera que "estaba contagiada", que había estado socializando días antes&nbsp;o incluso que había ido a la calle con 'síntomas'.

Pero temía también -irónicamente- que la hospitalizaran, que los tratamientos le hicieran más daño o que le fueran a poner uno de esos respiradores de los que, muchas amistades le decían -y la estadística lo dice también- casi nadie sale vivo.

Total, amistades de confianza le habían recomendado uno de esos doctores que sí son doctores pero que han manifestado poca o mucha discrepancia con las tesis 'oficiales' del Covid, que sí recetan ivermectina, hidroxicloroquina y que sí recomiendan el dióxido de cloro.

De este doctor en particular al que visitó Claudia en un pequeño consultorio casi escondido en pleno casco antiguo de San Pedro, y cuyo nombre no revelaré por su propia seguridad, le dijeron que traía una tasa de curación de 100% y que había sacado adelante pacientes que en hospitales quisieron internar y que hasta les daban pocas posibilidades de vida.

Pero por recurrir a esos tratamientos 'alternativos', a este médico alguien le mandó inspectores de salud que a su vez argumentaron que los mandaban por órdenes de Cofepris, órgano que lo acusaba de 'desarrollar protocolos de investigación prohibidos', un cuento completamente falso y burdo.

Y por ello le clausuraron el consultorio durante semanas, por lo que el pobre doctor, uno de esos verdaderos héroes que sí están curando el Covid en Monterrey y que lo hacen desinteresadamente, tuvo que dejar de decir públicamente que atendía a casos de este tipo.

Y bueno, el doctor en efecto le recetó un coctel de medicamentos existentes y reconocidos, todos muy efectivos, que incluía un antiviral, la ivermectina y la hidroxicloroquina, y hasta aspirinas; pero que extrañamente la teoría oficial no recomienda.

Y para disminuir la inflamación que le provocaba una mínima dificultad respiratoria, le recetó esteroides. 
Para comprar la mayor parte de las medicinas, Claudia tuvo que recurrir a una vecina del Centrito Valle, que se los vendió desde su cochera, volteando a su alrededor para que nadie las viera, "porque la ivermectina no la consigues".

Para no hacerles el cuento largo, Claudia se recuperó en menos de una semana, aunque el tratamiento era para 15 días.

Su recuperación fue total y sin contratiempos. La enfermedad terminó siendo muy leve en ella.

Ojo, ella se guardó y se portó bastante bien: no visitó a nadie y no contagió a nadie, ni siquiera a su familia que incluye una buena tropa de hijos, a los que, déjeme decirle, lector, que nunca los contagió pese a que no dejó de verlos, besarlos y abrazarlos.

Lo que sí, la experiencia le dejó a esta sampetrina una sensación mayor de que este mundo está cada vez más lleno de mentiras, lucha de poderes, y que esto del Covid trae una cola tremenda.

No es que no crea en el virus, en lo que no cree es en buena parte del manejo que se le está dando a&nbsp;esto, que ha destruido economías y nos ha puesto a muchos en un "arresto domiciliario" muy debatible.

Ella ahora es de las que cree que en estos tiempos somos los ciudadanos los que tenemos que organizarnos para cuidarnos de un poder fáctico internacional dispuesto a todo por crecer su poder, que está muy relacionado con las elecciones en Estados Unidos y que a los gobiernos nacionales y locales en todo el mundo, el manejo del miedo por la "pandemia" del coronavirus les ha venido como anillo al dedo porque les da un poder inusitado para cerrar, abrir, hacer y disponer de los ciudadanos a su antojo. 
Y ojo: Claudia no es la única...

lpadua@aztecanoreste.mx

Luis Padua

Se tenía que decir y se dijo: Allanan casa en Chipinque

Claudia y la curación clandestina de COVID