Ricardo Marcos DETONA hoy el relanzamiento de la SAT, Sociedad Artística Tecnológico.

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Amigos, me da gusto compartirles mi opinión en DETONA,&nbsp;respecto al concierto de ayer con el que reinauguramos la Sociedad Artística del Tecnológico de Monterrey. 

Han pasado 10 años desde que este proyecto, que contribuyó al deleite y formación de público de varias generaciones, se disfrutó por última vez.&nbsp;

Hay muchas cosas que me gustaría decir porque poner en escena a una artista de la talla de Isabel Leonard requiere un gran trabajo en equipo. 

Cuando nuestra tarea es volver a impulsar a la SAT (¡en femenino!), reconquistar al público, volver a ganar un lugar como una de las grandes agendas de artes escénicas de la ciudad, nos daremos cuenta de que hay diversas variables qué considerar. 
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&nbsp;

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Pero ayer dimos un paso importante y lo mejor de todo es que&nbsp;puso &nbsp;una&nbsp;barra alta de lo que debe de ser este proyecto y su contenido artístico.&nbsp;

La calidad&nbsp;escuchada en el concierto de&nbsp;ayer&nbsp;nos deja convencidos de la calidad y carisma de Isabel Leonard:&nbsp;

<h5 class="handdrawn subtitle">Esto nadie lo&nbsp;sabe...&nbsp;</h5>
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...Pero&nbsp;la diva llegó un día antes, tras más de 3 horas de retraso en vuelos (por las condiciones climáticas en Houston) literalmente directo del aeropuerto a tener el primer ensayo. 

Isabel Leonard se presentó con artistas invitados de México (elegidos por ella): Linda Gutiérrez, soprano regiomontana, quien regresó a su alma mater en donde años atrás participó en los grupos artísticos de canto y Fernando Cisneros, joven barítono de Ciudad de México que estuvo recientemente con el México Opera Studio, MOS.&nbsp;

Acompañó al piano John&nbsp;Arida,&nbsp;joven&nbsp;pianista de&nbsp;Julliard, quien nos regaló un toque de sensibilidad, acompañando tersamente a los cantantes.&nbsp;
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El programa, estructurado en dos partes, nos llevó a un recorrido por parte del repertorio de Isabel Leonard y pudimos escuchar la música que ha marcado su carrera: 

<ul>
	<li>Mozart.</li>
	<li>Rossini.</li>
	<li>Repertorio francés.</li>
	<li>Canción española.</li>
	<li>Canción en inglés. </li>
</ul>
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En todos los números dejó testimonio de su compromiso con los idiomas : siempre escuchándose una dicción clara, articulada y desplegando un sonido cultivado, de gran belleza, como ligeramente pintado de tonos oscuros. 

Comenzó con la canción “Clavelitos”, de Joaquín Valverde, famoso por sus zarzuelas. 

Fue un comienzo encantador, candoroso y en donde nos dejó escuchar su canto ritmado impecable así como esa presencia que terminó conquistando al público.&nbsp;

<h5 class="handdrawn subtitle">LAPSUS</h5>
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Curiosamente el número, el dueto “Una&nbsp;voce&nbsp;poco fa”, de la ópera “El barbero de Sevilla”, de Rossini, tuvo un momento de lapsus. 

Es un papel que ha cantado muchas veces, con el que ha triunfado en el MET y otras casas de ópera, y de pronto la línea se fue. 

Me da la impresión&nbsp;que&nbsp;en el embellecimiento vocal, que en Rossini está en estilo,&nbsp;se perdió y olvidó la línea que la conectaba con la estructura principal del número. 

Pero hasta equivocándose ahí mostró arte: con gran encanto se disculpó, retomó la línea y concluyó maravillosamente al lado de Fernando Cisneros, que tiene una voz de barítono muy grata y un futuro prometedor.

En el dueto “Prenderò&nbsp;quell&nbsp;brunettino” de la ópera “Cosí fan&nbsp;tutte” (Así hacen todas) de Mozart, su voz y la de Linda Gutiérrez se amalgamaron preciosamente, dándonos uno de los momentos sublimes de la noche. 
</blockquote>

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Linda nos&nbsp;mostró &nbsp;suc anto siempre seguro, con frases en las que logró sonidos importantes.&nbsp;

Concluyó la primera mitad con los “couplets&nbsp;de la confesión” de la ópera bufa de Jacques&nbsp;Offenbach;&nbsp;La&nbsp;Perichole. 

Esta obra es una de las joyas cómicas de&nbsp;Offenbach; deleitable de principio a fin. 

Aquí la ingenuidad de Isabel; el timbre cromado,&nbsp;etéreo, nos acabó por conquistar; cómo flotaba ciertas líneas y siempre con un control admirable del ritmo, del manejo de tiempo del canto.&nbsp;
</blockquote>

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Tras el intermedio Isabel comenzó la segunda parte con un pequeño cambio en el programa: en lugar del aria “Una&nbsp;vocepoco fa”, de Rossini, comenzó con dos de las siete canciones españolas de Manuel&nbsp;de Falla: 

“El paño moruno” y “Seguidilla murciana”; con las mismas cualidades con las que abrió el programa: voz y ritmo en completo estilo con la música.&nbsp;

En la “Canzonetta&nbsp;sul&nbsp;aria” de “Las Bodas de&nbsp;Fígaro”, de Mozart, nos volvió a encantar con una afinidad estilística y amalgama de las voces junto con Linda Gutiérrez y el acompañamiento de John&nbsp;Arida&nbsp;fue notable; es un dueto terso, poético y los tres artistas volaron alto.
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Linda y Fernando cantaron juntos en un par de ocasiones; quizás el momento más conseguido fue “Crudel&nbsp;perche&nbsp;finora”, también de “Las Bodas de&nbsp;Figaro”, de Mozart; acariciaron la música con bello fraseo y alternancia de frases.&nbsp;

Arida&nbsp;les&nbsp;dió&nbsp;un acompañamiento delicado, acorde al nivel de canto.&nbsp;

El último ensamble formal de la noche fue el trio “Soave&nbsp;sia&nbsp;ilvento” de “Cosí fan&nbsp;tutte” de Mozart; este&nbsp;número fue uno de dos cierres magníficos que tuvo el programa: música a media luz, de canto expresivo, matizado, exquisito. 

Se notó la complicidad ausente de divismos de los tres cantantes: simplemente hicieron música.
</blockquote>

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Isabel concluyó con la "Habanera", de Carmen y me hizo pensar en la otra gran diva, mezzosoprano, que visitó apenas dos meses atrás la ciudad, Elina&nbsp;Garanca: cuán distintas sus Carmen y ambas grandes dejaron su firma: en el caso de&nbsp;Garanca,&nbsp;temperamental seductora; en el caso de Linda, una gitana salerosa, vocalizada perfectamente e idiomática.&nbsp;

Los aplausos no se dejaron esperar: para entonces el público había caído en el embrujo y de pie comenzaron a aclamar a la artista. 

Regresaron los tres cantantes para darnos un “Brindis” de la&nbsp;Traviata&nbsp;muy ingenioso, en donde Fernando cantó algunas frases de Alfredo (mostrándonos un instrumento de gran flexibilidad y que le va a venir al dedillo en el repertorio verdiano) y Linda e Isabel se divirtieron con las líneas de Violetta. 

<h5 class="handdrawn subtitle">LOS ENCORES</h5>
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Isabel Leonard preguntó al público si querían más música y todos dijimos que sí.

Ofreció dos&nbsp;encores&nbsp;más: la Seguidilla de Carmen; deliciosa, seductora, con esa voz media que acaricia. 

Y finalmente cerró la noche, memorable, con la canción “Over&nbsp;the&nbsp;Rainbow”,&nbsp;de Yip&nbsp;Harburg&nbsp;(compuesta para el mítico filme “El mago de Oz”).

Nos regaló la voz media, una dicción impecable en inglés y el acompañamiento de John&nbsp;Arida&nbsp;se fundió. 

<h5 class="handdrawn subtitle">Sé de personas del público que lloraron aquí. De eso se trata el arte</h5>

(NOTA: el editor fue una de esas personas...)

El público se fue contento y creo que nos quedamos con el sentimiento de haber escuchado a una gran artista en plenitud. 

Sé que se quedó con una gran imagen e impresión de nuestra ciudad.&nbsp;
</blockquote>

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Y ahí es donde vemos la importancia y el valor para una comunidad de un proyecto como la SAT. 

Varios estudiantes, que sumamos a través de un proyecto con la Escuela de Espectadores del TEC, estuvieron presentes. 

Vi caras contentas, comentarios de satisfacción: y si de todo esto hemos ganado para la música clásica una decena o dos decenas de nuevos amantes de la música, debemos de estar contentos. 

Hay a quien no le gustaron los audios previos a los duetos en los que daba el contexto de lo que ocurría en el escenario: debo decir que fueron sugerencia y motivación de Isabel Leonard y estos no están destinados al público conocedor, como yo o como tú, querida, querido lector: esto es para nuestros nuevos amantes de la música. 

<h6 class="subtitle underlined">Esa labor, no la debemos de olvidar.&nbsp;</h6>
</blockquote>

Ricardo Marcos DETONA hoy como primicia, parte del programa del primer concierto en el relanzamiento de la Sociedad Artística Tecnológico, a cargo de la mezzosoprano neoyorquina Isabel Leonard.

Viene estrella del MET-NY a México. Solo cantará en Monterrey

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Entretenimiento

Isabel Leonard en Monterrey: una noche exquisita

<h4 class="subtitle">Estimados amigos de DETONA:</h4>

Es un gusto compartirles el regreso de la Sociedad Artística del Tecnológico de Monterrey,&nbsp;conocida por muchos como La SAT).

A partir de abril tengo el gusto de liderar este proyecto, iniciativa de la Dirección de Difusión Cultural de la institución y del departamento de LIFE,&nbsp;Liderazgo y Formación Estudiantil (LiFE)&nbsp;en la&nbsp;Región Monterrey.

&nbsp;

Con cuarto espectáculos de&nbsp;música, ballet y canto&nbsp;la&nbsp;SAT regresa para promover las artes en la ciudad.

Esta iniciativa fue&nbsp;creada hace más de 70 años&nbsp;y se retomará en el marco del&nbsp;80 Aniversario de la institución.

Tenemos un compromiso con la sociedad regiomontana y así nació en 1948 la Sociedad Artística Tecnológico cuando estaba de rector Ricardo Guajardo.

La Sociedad Artística del Tecnológico fue un referente para el encuentro, formación y disfrute respecto a las grandes artes escénicas y sus más notables protagonistas en México y el mundo.

Dejó una herencia de conocimiento, disfrute y disposición en Monterrey hacia las grandes manifestaciones de las artes escénicas.

Parte de nuestra labor será&nbsp;convencer y garantizar la continuidad del proyecto, al menos con un financiamiento base que permita sostener la vocación. &nbsp;

Vamos a trabajar en mecanismos de fortalecimiento y vinculación con la sociedad amante de las artes escénicas para impulsar iniciativas que fortalezcan este proyecto hacia adelante.

<h5 class="handdrawn subtitle">ISABEL LEONARD</h5>

En el marco del 80 aniversario del TEC de Monterrey, tendremos nuestro (re) lanzamiento con un gran concierto: la mezzosoprano neoyorquina Isabel Leonard, estrella del MET de Nueva York y ganadora de 2 Grammys, por primera vez en Monterrey.

Isabel ha&nbsp;cantado&nbsp;en las principales casas de ópera del mundo, incluyendo el Festival de Salzburgo.

Presentará un concierto con el pianista&nbsp;de&nbsp;Julliard,&nbsp;John&nbsp;Arida.

Además invitó a cantar a Linda Gutiérrez, soprano regiomontana y a Fernando Cisneros, quien participó en el México Opera Studio, MOS, hace un año.&nbsp;

<h5 class="handdrawn subtitle">PROGRAMA:</h5>

Cantará arias, duetos y ensambles de óperas muy queridas de:

<ul>
	<li>Mozart, (Bodas de&nbsp;Figaro,&nbsp;Cosi&nbsp;fan&nbsp;tutte).</li>
	<li>Rossini, (Don Giovanni, Barbero de Sevilla).</li>
	<li>Bizet, (Carmen).</li>
	<li>Y no faltará algo de canción española y en inglés.</li>
</ul>

Nos dará muestra de su repertorio a través de esa voz aterciopelada y su gran carisma escénico.

No se deben de perder este concierto los amantes del canto, la ópera, la buena música (cualquiera que sea).

Sobre todo&nbsp;para escuchar a una de las grandes voces de hoy.

Los esperamos este 10 de mayo (qué mejor forma de celebrar a mamá o a la suegra), a las 20:30 horas en el Auditorio Luis Elizondo del Tec. de Monterrey.

<h6 class="subtitle underlined">Boletos en taquilla del Luis Elizondo &nbsp;y Ticketmaster:&nbsp;</h6>

<a href="https://www.ticketmaster.com.mx/isabel-leonard-en-concierto-boletos/artist/3000175">https://www.ticketmaster.com.mx/isabel-leonard-en-concierto-boletos/artist/3000175</a>

<h4 class="subtitle">¡Ahí los esperamos!</h4>

Las casas de ópera más grandes que la realidad, como es el caso del Metropolitan Opera House de NY, son muy afectas al mensaje políticamente correcto.

<h6 class="subtitle underlined">En su momento... </h6>

quitaron a James Levine y a Plácido Domingo sin darles ni siquiera la oportunidad de defenderse. 

Ahora que han cancelado a Anna Netrebko para protagonizar en su temporada 2021-2022 la princesa de hielo de Puccini,&nbsp;debido a lo que ellos consideraron como una demarcación muy tibia de Putin y su guerra demencial...

...han decidido... 

...traerse a...&nbsp;

<h6 class="subtitle underlined">¡Una soprano ucraniana! </h6>

Liudmyla Monastryska quien ondeó con mucho orgullo la bandera de su país al recibir sus aplausos (muy calurosos) al final de la función. 

La sustitución de Netrebko ha provocado sentimientos encontrados entre sus fans. 

Desde un punto de vista vocal agradezco la sustitución, y me atrinchero para evitar la ira del respetable. 

Permítanme explicarme; es indiscutible la superioridad artística de Netrebko frente a Monastryska; calidad de voz, musicalidad, Etc. 

Pero Netrebko nunca fue ni será Turandot y a las pruebas me remito; busquen a Eva Turner, Birgit Nilsson, incluso Eva Marton en Spotify: 

Pongan el nombre de esas divas y añádanle Turandot. Ahí platicamos. 

Desde el punto de vista moral no me convence la sustitución pues en su momento Netrebko publició que lamentaba la guerra (me pregunto si Peter Gelb estaba esperando que Netrebko hiciera el Camino de Santiago de rodillas). 

Turandot, vive y o muere gracias a sus tres protagonistas: 

<h5 class="handdrawn subtitle">Turandot, Calaf y en menor medida Liu. </h5>

Aunque esta última tiene música maravillosa, si falla nos podemos consolar con una gran pareja de protagonistas.

En esta reposición del MET de la sempiterna producción de Franco Zeffirelli que data de 1987 y que es una joya de la corona por la amplitud del escenario, los vestuarios vistosos, el movimiento escénico que haría envidiar el tan promovido espectáculo chino Shen Yun. 

<h5 class="handdrawn subtitle">ERMONELA JAHO</h5>

En mi opinión la máxima estrella de la noche fue Ermonela Jaho, soprano albanesa, como Liu, quien estuvo sublime; poseedora de una bella voz lírica, musicalidad, una presencia escénica de gran belleza y capaz de expresar emociones; si ya nos había conquistado con “Signore escolta”, nos hizo conmovernos con su aria final, antes de su desgraciado suicidio. 

Cómo acarició las frases y nos regaló una voz media de verdad. 

<h5 class="handdrawn subtitle">Ferruccio Furlanetto</h5>

Del resto tendría que mencionar por honor, carrera, y una voz que demuestra muy poco el paso de los años, al gran bajo Ferruccio Furlanetto. 

Hizo un Timur conmovedor, frágil, que hizo mucho de las frases y música que tiene para cantar. 

Además nos regaló&nbsp;algo de sabiduría en su entrevista (jóvenes cantantes tomen nota). 

Cuando Nadine Sierra, la host de hoy, le preguntó que donde estaba el secreto de su longevidad vocal (está a unos días de cumplir 73) este contestó que la elección del repertorio era fundamental, o sea no cantar todo lo que le ofrezcan a uno o lo que desea, sino lo que permite la voz.

También le atribuyó esta carrera larga a que ha cantado mucho Mozart, el cual es fundamental al canto, y&nbsp;&nbsp;quien tendría que ser parte obligada de cualquier entrenamiento vocal. 

La pareja de protagonistas abonó mucho en actuación y en calidad vocal que los anteriores:

El sudcoreano Yonghoon Lee le gustó a varios de los presentes pero a mi siempre me ha dejado indiferente; en un par de momentos galló, nada grave, y desplegó un sonido estentóreo que sin embargo carece de agudos vibrantes. 

Es un actor genérico y supongo que en la actualidad es de los mejores cantantes que hay para cantar Turandot. 

Es una persona agradable (como lo demostró en su entrevista) y firmó una buena “Nessun dorma” con algunos sonidos plenos, pero le falta fraseo y dicción italiana; calidez.

Monastryska mostró una voz pareja en todos sus registros sin que en ningún momento me haya sentido aplastado por la voz.

Es una soprano spinto que cubre bien sus sonidos, no tiene problemas con la música, pero tampoco nos hace vibrar de emoción. 

Sí logró hacer una mujer de hielo al inicio (¡Más bien de mármol!) y en el dueto final se le vio un poco más apasionada, haciendo convincente la transformación. Curiosamente este dueto final, muy episódico musicalmente (no lo completó Puccini) salió muy convincente (¡Puntos para Alfano, quien completó&nbsp;la obra!). 

El trio de las máscaras, cuya música a mí me parece de primera, por la sutileza, orquestación, sabor chino, Etc. fue interpretado por Alexey Lavrov, Tony Stevenson y Eric Ferring, un poco mecánicamente, mejorando al paso del tiempo. 

No me hicieron sentir la exuberancia de estos personajes; lo bizarro y conmovedor. 

<h5 class="handdrawn subtitle">El Coro y la Orquesta del MET.</h5>

Probablemente los mejores ensambles del mundo para ópera, estuvieron formidables.

La batuta de Marco Armiliato, un director usual en las temporadas del MET, fue de gran sabiduría italiana; es uno de los pocos directores que nos hacen pensar en la vieja escuela; siempre atento al acompañamiento de las voces, soltando todo en los momentos cumbres, pero permitiendo siempre el sonido de las voces.

El fraseo excepcional de las cuerdas; los sonidos redondos de metales, el detalle de la percusión, todo estuvo en su lugar.&nbsp;&nbsp;Del resto Jeongcheol Cha como el Mandarín, y Carlo Bosi como el emperador, honraron sus papeles vocal y dramáticamente. 

Como siempre en Puccini,&nbsp;no sé qué magia le ponía a su música, pero uno termina llorando en uno o dos momentos. La emoción a flor de piel evidencia que fue un Turandot digno de lo que se espera hoy en día en el MET. 

A CONTINUACIÓN, FOTOS Y VIDEOS DE LA FUNCIÓN Y PARA NUESTROS AMIGOS DEL ELENCO, LA VERSIÓN EN INGLÉS:

<h6 class="subtitle underlined">Turandot for Ukraine!</h6>

Opera houses larger than reality, such as the Metropolitan Opera House in NY, are very much affected by the politically correct message.

<h5 class="subtitle handdrawn">At the time...</h5>

...they removed James Levine and Placido Domingo without even giving them a chance to defend themselves.

Now that they have canceled Anna Netrebko to star in Puccini's ice princess in her 2021-2022 season, due to what they considered to be a very lukewarm demarcation of Putin and his insane war...

<h5 class="handdrawn subtitle">have decided to bring in: </h5>

A Ukrainian soprano! 
Liudmyla Monastryska... 

...who proudly waved the flag of her country... 

upon receiving her (very warm) applause at the end of the performance.

Netrebko's replacement has sparked mixed feelings among his fans. 

From a vocal point of view I appreciate the substitution (and I entrench myself to avoid the wrath of the respectable). 

Let me explain; Netrebko's artistic superiority over Monastryska is indisputable; voice quality, musicality, etc. But Netrebko was never and will never be Turandot and I refer to the tests; look for Eva Turner, Birgit Nilsson, even Eva Marton on Spotify: name those divas and add Turandot. 

There we talked. From the moral point of view I am not convinced by the substitution because at the time Netrebko published that he regretted the war (I wonder if Peter Gelb was waiting for Netrebko to do the Camino de Santiago on his knees).

Turandot, lives and or dies thanks to its three protagonists: 

<h5 class="handdrawn subtitle">Turandot, Calaf and to a lesser extent Liu. </h5>

Although the latter has wonderful music, if it fails we can console ourselves with a great couple of protagonists. In this REVIVAL of the MET of the everlasting production of Franco Zeffirelli dating from 1987 and which is a jewel in the crown for the spaciousness of the stage, the colorful costumes, the scenic movement that would envy the much promoted Chinese show Shen Yun.

In my opinion the biggest star of the night was Ermonela Jaho, Albanian soprano like Liu, who was sublime; possessing a beautiful lyrical voice, musicality, a stage presence of great beauty and capable of expressing emotions; if he had already conquered us with "Signore escort", he made us move with his final aria, before his unfortunate suicide. How he caressed the sentences and gave us a real middle voice.

In my opinion the biggest star of the night was Ermonela Jaho, Albanian soprano like Liu, who was sublime; possessing a beautiful lyrical voice, musicality, a stage presence of great beauty and capable of expressing emotions; if he had already conquered us with "Signore escort", he made us move with his final aria, before his unfortunate suicide. 

<h5 class="handdrawn subtitle">How he caressed the sentences and gave us a real middle voice.</h5>

Of the rest I would have to mention for honor, career, and a voice that shows very little over the years, the great bass Ferruccio Furlanetto. 

He made a touching, fragile Timur, which made much of the phrases and music he has to sing. He also gave us some wisdom in his interview (young singers take note). 

When Nadine Sierra, today's host, asked him where was the secret of his vocal longevity (he is a few days away from turning 73) he replied that the choice of repertoire was fundamental (bone not to sing everything they offer to one or what he wants, but what the voice allows) he also attributed this long career to the fact that he has sung a lot mozart, &nbsp;which is fundamental to singing (and who should be an obligatory part of any vocal training).

The couple of protagonists paid a lot in acting and vocal quality than the previous ones: The Korean Yonghoon Lee liked several of those present but I have always left indifferent; in a couple of moments he galled, nothing serious, and displayed a stentorian sound that nevertheless lacks vibrant treble. 

He is a generic actor and I guess he is currently one of the best singers there is to sing Turandot. He is a nice person (as he showed in his interview) and signed a good "Nessun dorma" with some full sounds, but I lack Italian phrasing and diction; warmth.

Monastryska showed an even voice in all her records without ever feeling crushed by the voice; she is a spinto soprano who covers her sounds well, has no problems with music, but also does not make us vibrate with emotion. 

She did manage to make an ice woman at the beginning (rather marble!) and in the final duet she was seen a little more passionate, making the transformation convincing.

Curiously, this final duet, very episodic musically (not completed by Puccini) came out very convincing (Good&nbsp;for Alfano, who completed the work!).

The trio of the masks, whose music seems to me to be top-notch, for the subtlety, orchestration, Chinese flavor, etc. was performed by Alexey Lavrov, Tony Stevenson and Eric Ferring a little mechanically, improving over time. They didn't make me feel the exuberance of these characters; the bizarre and moving.

The MET Choir and Orchestra, probably the world's best ensembles for opera, were formidable. The baton of Marco Armiliato, a regular director in the seasons of the MET, was of great Italian wisdom.

He is one of the few principals who make us think of the old school; always attentive to the accompaniment of the voices, releasing everything in the cumbre moments, but always allowing the sound of the voices. 

The exceptional phrasing of the strings; the round sounds of brass, the detail of the percussion, everything was in place.

Of the rest Jeongcheol Cha as the Mandarin, and Carlo Bosi as the emperor, they honored their roles vocally and dramatically.

As always in Puccini; I don't know what magic he put into his music, but you end up crying in a moment or two. The emotion at the surface shows that it was a Turandot worthy of what is expected today at the MET.

Noticias

¡Turandot para Ucrania!

Al ver "Don Carlos" de Verdi, no podía dejar de pensar en Ucrania, en los poderes detrás del trono, en lo poco que aprendemos de las lecciones de la historia.

<h6 class="subtitle underlined">El Metropolitan Opera House de Nueva York presentó en transmisión HD la gran ópera “Don Carlos” de Giuseppe Verdi.</h6>

La casa de ópera neoyorquina anunció esta nueva producción de David McVicar como “primera vez que el MET presenta la versión original francesa en cinco actos”.

Esta declaración se debe de tomar con cierta dosis de sal: para ser pragmáticos, Verdi trabajó en dos versiones de “Don Carlos”; la versión original francesa en 5 actos, compuesta para la ópera de Paris en 1867. Esta versión de cinco horas ha sido pocas veces representada y posee música que Verdi cortó en 1883 para producir una versión italiana en 4 actos, más compacta, ajustando la orquestación, suprimiendo algunos números y componiendo algunas alternativas.

&nbsp;

En 1886, Verdi autorizó una versión para Modena en la que se restituía el primer acto de la ópera y manteniendo la nueva disposición de los actos 2 al 5:&nbsp;principalmente una nueva versión (más efectiva) del dueto de Felipe y Posa, una nueva revuelta en la cárcel, al final del acto 4, así como un nuevo final de la ópera.

&nbsp;

El MET se ha tardado mucho tiempo en probar la versión francesa de “Don Carlos”; desde la década de los 70’s algunas casas en Europa, incluyendo La Scala de Milán han rescatado esta versión.

Podríamos considerar en realidad dos óperas y posibilidades.

El director titular del MET; Yannick Nézet-Séguin, como francoparlante, fue clave para presentar esta versión. Sin embargo, el propio director decidió elegir algunos números provenientes de la versión 1867 y otros de la de 1883, por lo tanto no se trata de la versión “original” (la que se estrenó en Paris) sino una selección de las dos versiones (trabajadas ambas en texto francés y luego traducidas al italiano).

Las decisiones musicales me parecieron cuestionables: Utilizar la primera versión de la revuelta al final del acto 4 y la primera versión final de la ópera; ambos números muy por debajo de las segundas versiones; Verdi sabía muy bien lo que había flaqueado de su primera versión.

Sea lo que sea, Nézet-Séguin se ha reportado enfermo y la transmisión pasó a manos del director suizo Patrick Furrer, quien fue una grata sorpresa; logrando una lectura dramática de sonoridades oscuras, tiempos de gran flexibilidad y pulso firme.

La orquesta de MET se escuchó en estado de gracia, incluyendo el famoso solo de violonchelo en la gran aria de Felipe II.

El reparto, compuesto por diversas voces de casa del MET, fue en general de alto nivel, salvo una notable excepción. Matthew Polenzani hizo un Don Carlos que combinó un timbre viril con un canto sutil, fino, totalmente en estilo. Su voz no posee la riqueza de otras pero emociona y ha adquirido estatura artística. Cuando fue necesario escuchamos el metal suficiente.

<h6 class="subtitle underlined">Polenzani consiguió algo sobresaliente; nos hizo poner atención en lo demandante de este rol, uno de los papeles más exigentes de Verdi en lo expresivo.</h6>

Sonia Yoncheva, como su prometida y madrastra, hizo una gran Elisabetta, en los duetos logró comunicar la dignidad y tristeza de este papel; la voz más amplia y segura que la última vez que la escuchamos; el timbre posee las dosis suficientes de metal así como matices. La gran aria “Toi qui sus le neant” fue cantada en gran estilo, salvo algún agudo tirante. Es una pena que no se le permitiera cerrar la ópera con el segundo final (conformándonos con el patético coro de inquisidores).

Eric Owens fue decepcionante como Felipe II; hasta un palo de escoba podría ser igual de expresivo. Se contentó con moverse en escena con ojos plañideros y con una voz bastante velada. Trató pero todas sus confrontaciones fueron superadas por sus contrincantes. Su aria pasó apenas, fue un momento de cierto canto agradable pero no nos hizo olvidar a los recientes grandes Filippos, incluyendo Samuel Ramey y Ferruccio Furlanetto.

Etienne Dupuis, jóven barítono francés, hizo un Posa excepcional, para los anales. Fue el único (junto con Polenzani) que logró un canto idiomático, acariciar el idioma. Su voz es de gran belleza, lírica, expresiva, de una pieza.

<h6 class="subtitle underlined">Conmovió en su escena de la prisión, principalmente por la cátedra de canto.</h6>

Logró grandes momentos en sus duetos, incluyendo el célebre “Dieu tu semas dans nos ames” en donde su voz junto con la de Polenzani lograron una amalgama sonora deleitable.

Jamie Barton fue una magnífica Eboli; mezzo de voz amplia, agudos vibrantes, pasó un poco de apuros en la “canción del velo”; los staccatos cantados con sonido tirante y una coloratura de ciertas impurezas. En contraste sus intervenciones en ensambles y en su aria “O don fatal et deteste” le quedaron al dedillo; esta última fue un tour de force memorable; timbre pastoso, manejo impecable de dinámicas y fuerza de emisión.

Del resto podemos destacar el Monje de Matthew Rose (habría sido una gran Filippo), voz expresiva, oscura, de graves redondos. John Relyea como el gran inquisidor, haciendo uno de los más notables de los últimos tiempos con graves amplios y sin problemas para cantar los pasajes incómodos en su registro agudo. Meigui Zhang como el paje Tebaldo mostró una voz de mezzo de gran promesa; sacó gran partido de su comprimario cantando con voz firme y expresiva.

<h6 class="subtitle underlined">El Coro del MET se lució en la escena del Auto de fe. Les ayudó haber sido colocados en distintos niveles del anfiteatro que sirve de escenario principal.</h6>

Desafortunadamente, la producción de McVicar ha quedado a deber: oscura, gris, sin los colores contrastantes suficientes en la escena de Fontainebleau. El escenario principal es una especie de anfiteatro con arcadas en varios niveles que recuerdan a un mausoleo o los pacos de una casa de ópera derruida.

Estas arcadas están inspiradas en las del monasterio de San Yuste (morada final de Carlos V). Ciertamente este entorno sombrío es adecuado para la escena del monasterio, la cárcel y el final, mucho menos efectiva para los aposentos de Felipe II, Fontainebleau y el auto de fe (esta tendría que ser una escena en un recinto sacro.

<h4 class="subtitle">Una excelente propuesta escénica compensa lo estático del entorno...</h4>

...salvo el clown del auto de fe: uno de esos casos en donde los directores de escena creen que toda música tiene que ser rellenada con danza.

Una mañana y tarde muy disfrutable en compañía de Verdi, en uno de sus grandes trabajos. Muy pertinente también en su contexto político; no podía dejar de pensar en Ucrania, en los poderes detrás del trono, en lo poco que aprendemos de las lecciones de la historia.

Opinión

Don Carlos de Verdi: en vivo desde el MET

Entra al quite "Cenicienta" por "Ariadna".

<h4 class="subtitle">Ayer tuvimos una de esas ocasiones inesperadas:</h4>

La transmisión en vivo que se realizaría de la ópera “Ariadna en&nbsp;Naxos” de Richard Strauss se tuvo que suspender debido a la baja intensidad de la señal&nbsp;(alrededor de 2%).&nbsp;

Como sustitución y para no dejar al fiel público con la espera hasta la siguiente ópera queserá el 26 de marzo (Don Carlos de Verdi) se programó "Cenicienta", de&nbsp;Massenet, que se grabó previamente y se iba a pasar más adelante en la temporada.

La producción de&nbsp;Laurent&nbsp;Pelly&nbsp;fue uno de los éxitos más resonados de la temporada 2017 – 2018, una de las verdaderas grandes sorpresas del MET en los últimos años, debido a sus estándares tan conservadores y poco abiertos a la novedad.&nbsp;

La producción más reciente de esta Cenicienta fue en diciembre 2021 en una nueva adaptación al inglés y con cortes (evidentemente enfocada a un público más diverso, poco conocedor y que está realizando un acercamiento a la ópera).

Afortunadamente nosotros pudimos disfrutar (detalles técnicos aparte) de esa producción que hizo época; sin cortes, en su francés original y con cinco&nbsp;interpretaciones&nbsp;de lujo:

Joyce Di Donato, como Cenicienta, cantando con ese timbre sedoso, gran musicalidad, quizás en algún punto agudos apretados.

Alice&nbsp;Coote,&nbsp;excepcional&nbsp;en todos sus registros y caracterización como el príncipe (algunas personas creyeron que era hombre, tan buena interpretación de personaje tuvo).

Stephanie&nbsp;Blythe, haciendo una madrastra de época; grande en actuación y con una voz de contralto soberbia, absolutamente perfecta y pareja.

Laurent&nbsp;Naouri, como el padre de Cenicienta, logra momentos conmovedores de este padre totalmente sometido y con toda la naturalidad del idioma.

Finalmente, Kathleen Kim, soprano, como el hada madrina, exhibió una coloratura perfecta, con sobreagudos&nbsp;vibrantes.

El coro&nbsp;y &nbsp;Orquesta&nbsp;del MET bajo la batuta de Bertrand de Billy, logró intervenciones destacadas en los alientos y ese sonido bruñido de los últimos años. 

Una versión totalmente en estilo.

Afortunadamente la "Ariadna en&nbsp;Naxos" se programará el 13 de agosto.

Próxima función 26 de marzo: Don Carlos de Giuseppe Verdi (hay que llegar temprano, la función comenzará a las 11).&nbsp;

MET NY en la UANL: Problemas de recepción provocan cambio de última hora

Nace una estrella, la soprano italiana Rosa Feola

El regreso de las transmisiones En Vivo desde el MET de Nueva York ha sido un gran acierto de parte de Cultura UANL; la comunidad que se había formado en torno a esta experiencia en vivo y la pantalla grande retornó al Teatro Universitario de la UANL con lo que fue el primer título de esta primera serie:&nbsp;Rigoletto, de Giuseppe Verdi.

La nueva producción de&nbsp;Barlett&nbsp;Sher&nbsp;nos lleva a Weimar en la Alemania decadente de los 1920’s, tras la derrota en la 1ª Guerra Mundial.

Aprovechando los recursos de la plataforma giratoria que tiene el MET (desplegado anteriormente con gran efectividad en producciones de “Las bodas de&nbsp;Fígaro” de Mozart o “Carmen” de&nbsp;Bizet) somos testigos de un cambio rápido y sin interrupciones de escenarios (salvo una breve pausa entre el acto II y III), un trazo escénico de gran efectividad y un respeto a la dramaturgia de la ópera, sin intrusiones descabelladas o gratuitas.&nbsp;

El Coro y Orquesta del MET estuvo sensacional bajo la dirección de&nbsp;Daniele&nbsp;Rustioni.&nbsp;

El director italiano, titular de la Ópera de Lyon, firmó un “Rigoletto” de sonoridades verdianas de librito; metales rotundos, bien definidos, un pulso firme sensible a la línea de canto, cuerdas lustrosas y detalladas e ímpetu dramático en los momentos climáticos (el preludio, final de la primera escena y el trio con coro, fueron algunos momentos excepcionales).&nbsp;

El barítono hawaiano&nbsp;Quinn&nbsp;Kelsey&nbsp;encarnó un bufón notable y conmovedor en la actuación, mucho más parejo vocalmente que algunos de sus antecesores (incluyendo&nbsp;Zeljko&nbsp;Lucic&nbsp;en la fallida producción anterior ambientada en Las Vegas). 

La voz de&nbsp;Kelsey&nbsp;tiene la redondez en el registro&nbsp;medio,&nbsp;pero para mi gusto carece de un timbre muy individual que lo pueda destacar de otros y cuando sube al registro agudo el color se hace blanco, poco vibrante. 

Sin&nbsp;embargo,&nbsp;el sabor final fue satisfactorio. Como el Duque de Mantua, Piotr&nbsp;Beczala, una de las estrellas actuales del MET, volvió a mostrar su atractiva voz de tenor, su musicalidad y presencia escénica. 

Ya no cuenta con las ligerezas de timbre que le permitan cantar con sutileza sus pequeñas arias “Questa&nbsp;o&nbsp;quella” o “La&nbsp;donna&nbsp;e&nbsp;mobile”, de hecho en la primera se notó cierta tirantez para subir al agudo.

Una vez que se asentó dio cátedra de canto con “Ella mi fu&nbsp;rapita”; la gran escena y aria que tiene&nbsp;al comienzo del 2º&nbsp;acto, en donde su fraseo y canto sentido fue de lujo.&nbsp;

<h5>NACE UNA ESTRELLA</h5>

Para mí lo relevante es que contemplamos el nacimiento de una estrella; la soprano italiana Rosa&nbsp;Feola&nbsp;era lo que estábamos esperando de Italia desde hace muchos años; una soprano lírico-ligera con un manejo excepcional del fraseo y del estilo. 

Esto es lo que nos llevamos;&nbsp;Feola&nbsp;tiene una presencia escénica agradable y capaz de conmover; pero deja que la voz haga su parte; ahí es donde centra su arte. 

¡Qué voz tan dúctil, pareja, bella, impecable en el canto florido! Recibió una ovación atronadora y solo nos contuvimos de este lado de la pantalla.&nbsp;

El bajo Andrea Mastroni&nbsp;me gustó mucho; estamos ante otra voz que va a dar mucho de qué hablar; su gran presencia escénica y voz oscura de buena línea permitieron plasmar un&nbsp;Sparafucile&nbsp;juvenil, fresco, excelente. 

Como su hermana,&nbsp;Maddalena,&nbsp;Varduhi&nbsp;Abrahamyan, mezzo de Armenia, me gustó menos; voz afrutada del tipo eslavo, ideal para ese repertorio, pero un poco abrasiva para el italiano.

Del resto, Craig&nbsp;Colclough&nbsp;fue un&nbsp;Monterone&nbsp;ideal; contundente en lo vocal y escénico, quizás el mejor que jamás he visto.&nbsp;Jeongcheol&nbsp;Cha, como Marullo, destacó de entre los cortesanos. 

<h5>Del resto no hay nada realmente excepcional y esto me lleva a una reflexión final:&nbsp;</h5>

¿Dónde están las voces latinas en el MET? No estoy hablando de estrellas como Javier Camarena, Isabel Leonard o&nbsp;Ailyn Pérez, sino de cantantes en ascenso.

El reparto comprimario del MET está plagado de lo políticamente correcto; asiáticos, eslavos, angloparlantes, europeos.

¿Los latinos? Bien gracias. 

<h5 class="handdrawn subtitle">¿Dónde están los agentes, buscadores de&nbsp;talento e&nbsp;incluso los latinos que tienen puestos relevantes cercanos al MET? Se queda de tarea.</h5>

<h6 class="subtitle underlined">PÚBLICO EN MONTERREY:</h6>

<h6 class="subtitle underlined">PRÓXIMAS FECHAS DEL MET DE NY EN VIVO POR&nbsp;LA UANL:&nbsp;</h6>

<ul>
	<li>Marzo 12: “Ariadna en Naxos”, de Strauss.</li>
	<li>Marzo 26: “Don Carlos”, Verdi.</li>
	<li>Mayo 7: “Turandot”, Puccini.</li>
	<li>Mayo 21: “Lucía de Lammermoor”, Donizett.</li>
	<li>Junio 4: “Hamlet”, Dean (nueva producción).</li>
	<li>Julio 9: “La Flauta Mágica”, Mozart.</li>
	<li>Agosto 13: “Cenicienta”, Massenet.</li>
</ul>

Todas las funciones a las 11:55am con una plática introductoria a cargo de Ricardo Marcos, a las 11:15am, en el Teatro Universitario de la Unidad Mederos.

<h5 class="handdrawn subtitle">¡No se las pierda!</h5>

Rigoletto estrena "En Vivo MET de NY" en la UANL

Amigas, amigos, DETONA me ha invitado a escribir previo a la transmisión en vivo este sábado “En Vivo desde el MET”, en el Teatro Universitario de la UANL.

<h4 class="subtitle">La ópera que abre este ciclo es el “Rigoletto”, de Giuseppe Verdi.</h4>

Es una evento&nbsp;ideal para acercarse al mundo de la ópera y si ya eres aficionada, aficionado, entonces tampoco te vas a perder esta oportunidad de presenciar arte de calidad, en una época en donde nos faltan opciones artísticas por culpa de la pandemia.

"Rigoletto" está basado en la obra teatral “El rey se divierte”, de Victor Hugo, gran escritor, dramaturgo y poeta francés del romanticismo. Teniendo un gran colmillo dramático en la selección de los temas para los libretos de sus óperas, Verdi creyó en las posibilidades de “El rey se divierte” desde el inicio y el cual fue transformado en ópera con el nombre de Rigoletto, con un libreto de Francesco Maria Piave, uno de los libretistas predilectos de Verdi, quizás porque este le aguantaba todas las correcciones y molestias que el célebre compositor le causaba, e incluso hasta las explosiones a las que ocasionalmente “el taciturno Verdi” (como lo llamaba Rossini) era proclive.

<h4 class="subtitle">La ópera se estrenó el 11 de marzo de 1851 en el Teatro La Fenice de Venecia y obtuvo un éxito inmediato.</h4>

Nunca ha salido del repertorio pues posee música excepcional para los tres protagonistas e incluso los cantantes secundarios y comprimarios tienen momentos de calidad o de relevancia dramática.

<h6 class="subtitle underlined">Rigoletto es famosa por sus arias, así que si vas a asistir por primera vez, no te arrepentirás y quizás se haga el milagro que comience a gustarte la ópera. (¡Créeme, lo he visto!).</h6>

Yo recomendaría disfrutar de las arias cortas del duque; “Questa o quella” al inicio de la ópera o “La donna e mobile” en el último acto; estas son para una voz idealmente dúctil, con canto elegante pero firme emisión. También el “Caro nome” ha sido música predilecta de las sopranos lírico-ligeras con capacidad de decorar la música y sobreagudos.

El papel de Rigoletto es excepcional,&nbsp;aunque no es el primer gran papel verdiano para barítono;&nbsp;la diversidad de expresión que exige el personaje lo hacen uno de los más demandantes para esta voz. Su aria “Pari siamo” parece casi recitativo y requiere una declamación poderosa y eso sin abordar los agudos tradicionales que no están escritos en la partitura original.

“Cortigiani”, aria del segundo acto, en dos tiempos, nos presenta un canto agitado al inicio y posteriormente este va volviéndose más suplicante. Maddalena, hermana de Sparafucile,&nbsp;necesita una voz de gran carácter y sensualidad, Sparafucile, el asesino, es un bajo – voz grave -&nbsp;con sentido del humor bizarro.

<h6 class="subtitle underlined">Hay que poner atención desde el inicio pues el breve preludio orquestal presenta el tema de la maldición&nbsp;que perseguirá a Rigoletto a lo largo del drama.</h6>

Para ver otros contenidos musicales, operísticos o culturales,&nbsp;sígueme en mi página pública:

<h4 class="subtitle">Facebook: Ricardo Marcos González</h4>

<h4 class="subtitle">Twitter: @Guru_Cultural</h4>

No es cierto que donde empieza la carne asada termina la cultura, tal cual sentenció Vasconcelos. Aunque a decir verdad, México entero vive una aridez en ese tema. Ricardo Marcos es un referente nacional en materia de cultura. Fue presidente de CONARTE NL durante los seis años del gobierno del "Bronco" Rodríguez y resultó de lo poco salvable en ese periodo. Hoy, Ricardo afronta una nueva etapa en su carrera profesional: es un consultor externo en la materia, que apoya por igual a los sectores privado, gubernamental y universitario. En esta irreverente y disruptiva plática que DETONAMOS para nuestras audiencias, el llamado por muchos "gurú" de la cultura aborda el penoso asunto de que el gobierno de la 4T sigue disminuyendo el presupuesto para promover actividades artísticas en todo el País. El mal ejemplo lo siguen gubernaturas y municipios, que sucumben ante la "prioridad" de otro tipo de proyectos, dejando solos a los mecenas con sus patronatos que apoyan manifestaciones de diversos tipos. Uno de ellos es el de la "Ópera en Vivo desde el MET", que a partir de este año es arropado por la UANL y del cual forma parte Ricardo. Organizaciones como el Ballet de Monterrey, que preside Yolanda Santos; MOS, México Ópera Studio, cuyo presidente es Alejandro Pérez; la Orquesta Filarmónica Juvenil, que dirige el joven Oscar Bacca, batallan horrores para conmover a las autoridades y a empresarios para que les apoyen en sus proyectos, que buscan enaltecer el espíritu a través de las bellas artes. Vean el programa, no tiene desperdicio... Ah y si están en Monterrey, VAYAN EL PRÓXIMO SÁBADO 29 AL TEATRO UNIVERSITARIO DE MEDEROS A LA 1a FUNCIÓN DEL MET: "RIGOLETTO" DE VERDI. Les aseguro que van a salir cantando de ahí... 


Urgen mecenas porque el gobierno no responde

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Rigoletto: en vivo desde el MET de Nueva York

El 19 de octubre de 1961 un joven tenor promesa, de apenas veinte años, realizaba su debut en un papel principal en la ópera de Monterrey.

Sí, esta ciudad nuestra, fue testigo del comienzo de una carrera excepcional que todavía se mantiene en los grandes escenarios.

Nacido un 21 de enero de 1941 en Madrid, Plácido Domingo pronto se acercó al arte vocal.

Sus padres Plácido Domingo Ferrer y Pepita Embil eran distinguidos cantantes de zarzuela.

En 1948 la familia Domingo emigró a México donde formaron su exitosa compañía de zarzuela.

El joven Plácido aprendió canto de sus padres, pero también le atrajo el piano.

Una vez que ingresó en el Conservatorio Nacional de Música de México, Domingo cursó estudios de solfeo, armonía y composición.

Asistió como oyente a las clases de director de orquesta del gran Igor Markevitch que por ese entonces residía en México.

En 1958,&nbsp;Domingo sufre un acontecimiento que marca el resto de su carrera.

Se presenta a una audición como barítono para la Ópera Nacional de México.

El jurado fue categórico: “tienes talento, pero en realidad eres tenor”.

Plácido canta a primera vista “Amor ti vieta” de la ópera Fedora de Giordano.

Inmediatamente obtiene su primer contrato como comprimario.

Así debutó un 17 de mayo de 1959 cantando el papel de Borsa, en el “Rigoletto” de Verdi.

Pronto aprende y comparte escenario con figuras de la talla de Cornell MacNeil, Giuseppe di Stefano, Manuel Ausensi e Irma González.

Tras su debut en Monterrey, Domingo canta en algunos escenarios de Estados Unidos al lado de artistas como Joan Sutherland, Ettore Bastianini y la legendaria Lily Pons (quien se retiró de los escenarios cantando la Lucia di Lammermoor al lado de Plácido).

El momento definitivo en su preparación de cantante llega en 1962 cuando, después de casarse con su esposa Marta Ornelas, parte a Israel por dos años con contrato para la Ópera Hebrea de Tel Aviv.

Ahí solidifica una técnica excepcional, generosa en respiración, cuidadoso fraseo y amplio volumen.

Después de eso vino Nueva York y de ahí Hamburgo, Viena y finalmente su consagración en 1967, sustituyendo a Corelli, &nbsp;en el Met de Nueva York cantando Maurizio en la ópera “Adriana Lecouvreur” de Francesco Cilea, su contraparte fue Renata Tebaldi.

Entre los papeles que Domingo considera cumbres en su carrera se encuentran Hoffman (Offenbach), Des Grieux (Puccini), Cavaradossi (Puccini), Alvaro (Verdi), Samson (Saint-Saëns), Otello (Verdi), Siegmund (Wagner), Enee (Berlioz) y Hermann (Tchaikovky).

Domingo posee una voz genuina de tenor lírico-spinto; un centro amplio, color marrón (“se parece al chocolate”, ha dicho el propio tenor).

La voz en sus mejores momentos poseía una ductilidad que le permitía cantar una serie de papeles que a veces son incompatibles para otros tipos de tenor.

Alrededor de 150 papeles ha cantado desde el Danilo de “La Viuda Alegre”, de Lehar, hasta el Bajazet del “Tamerlano”, de Handel.

Su carrera ha ido menguando en los últimos años y ahora se ha revertido, con opiniones divididas, al repertorio de barítono.

Este último punto me parece importante subrayar; me sorprende que grandes conocedores de la ópera sigan maravillados del trabajo que Domingo ha realizado en esta tesitura: no nos engañemos; Plácido no es un barítono ni fue un barítono.

Su timbre es el de un tenor y cuando aborda a un Macbeth, a un Miller o un Simon Boccanegra, lo que se escucha es un tenor veterano por más que encontremos momentos o pasajes ejemplares.&nbsp;

Quizá la sobreexposición de Domingo en registros de audio y video ha ocasionado que demos por sentado su arte y esto es injusto para evaluar a este artista que ha dejado huella no sólo como el gran cantante que es, sino también en la dirección de orquesta y en su generosidad para el impulso y promoción de otros artistas.

Ahí está su concurso de ópera “Operalia”;&nbsp;su trabajo como director de las Óperas de Washington y Los Ángeles.

Ahí está su solidaridad con los damnificados del terremoto de México de 1985.

Es encomiable su valentía para haber luchado contra un cáncer de colon, hoy superado.&nbsp;

Si hay algo que no se le dio fácil a Domingo fue su registro agudo.

En este sentido, el mejor Domingo está representado en su trabajo y grabaciones de los 60’s 70’s y 80s.

Escuchamos una voz plena, redonda, con un registro agudo sonoro hasta un si.

El do sobreagudo, prácticamente su nota más alta, se escuchaba tirante y en varias ocasiones parecía a punto de cortarse, pero tampoco lo evitaba si había que cantarlo, era muy consciente de la tradición del canto italiano.

Con el tiempo su registro medio se oscureció y perdió la flexibilidad superior, que se puede escuchar en algunos de sus mejores testimonios; Trovatore o Pagliacci (RCA), Ballo in Maschera, Aida, Don Carlo (EMI), Contes d’Hoffman (DECCA u ORFEO), Carmen (DECCA o DG), Oberon, Fanciulla (DG), Giuramento (ORFEO), Otello (ORFEO o EMI), Samson (DG y EMI).&nbsp;

He tenido el privilegio de escuchar a Placido Domingo en vivo como tenor y cómo barítono.

La primera fue en ese circo romano que fue el concierto de los dos tenores y medio en Monterrey (Carreras en declive, Alejandro Fernández haciendo lo que sabe y Pavarotti cancelando por su ya grave enfermedad final), en donde pudimos apreciar su versatilidad y elocuencia con el micrófono.

En el 2008, ya en sus últimos años como tenor, tuve el privilegio de escucharlo como se debe cantando el Siegmund de Wagner en el Liceu de Barcelona;&nbsp;en aquella ocasión escribí:

Domingo es un milagro vocal, se ha dicho esto muchas veces y no tengo inconveniente en reescribirlo. Su Siegmund es de antología por la belleza vocal, el timbre mediterráneo chocolate claro mantiene ese centro firme. Su fraseo ejemplar solo ocasionalmente denota el paso de los años en alguna nota inestable o mal soportada; esto último es peccata minuta.

Recibió aplausos de más de 5 minutos de duración. Hay algo magnético en Domingo y quizás sea lo que disculpe el entusiasmo que hoy en día sigue provocando entre sus seguidores. &nbsp;

Finalmente, hace tres años conocí a Plácido Domingo gracias a la intervención de mis amigos Gerardo Kleinburg e Igor Lozada;&nbsp;fue en la capital tapatía&nbsp;para inaugurar el nuevo teatro del complejo de artes escénicas de la Universidad Autónoma de Guadalajara. &nbsp;

Para mí significó conocer a uno de los ídolos que desde mi niñez me hacían emocionar&nbsp;y sobre los que se había construido una admiración; el tenor español-mexicano que había enorgullecido a los mexicanos. &nbsp;Una figura de leyenda.

Me impresionó lo meticuloso de su trabajo; estudió la acústica del espacio, caminó toda la sala (incluso se sentó un momento a escuchar en el segundo piso).

Cuando fue el momento oportuno, conversamos: yo como si fuera un “groupie” y el con todo su proverbial encanto.

No pude salir de lugares comunes: “Maestro, en Monterrey te queremos mucho”. &nbsp;

Habló de lo significativo que fue Monterrey en su carrera.

Más adelante incluso me hizo partícipe brevemente junto con sus hijos, Polo Falcón y Gerardo Kleinburg en una conversación sobre algunos detalles del programa aún no resueltos. Fue un sueño cumplido.&nbsp;

Desafortunadamente, en los últimos años el ocaso de su carrera se ha eclipsado por algunas acusaciones de acoso de cantantes y bailarinas. Todas se refieren a situaciones que se dieron dos o tres décadas atrás. &nbsp;

Esto lo llevó a ser perseguido y &nbsp;desterrado, literalmente, de las casas de ópera de Estados Unidos, incluso fue forzado a renunciar a la dirección de la Ópera de Los Ángeles.

Europa decidió no entrar a la cacería de brujas y ha logrado mantener su carrera en varios países del viejo continente.

Es innegable que las cosas han cambiado en los ámbitos profesionales artísticos en las relaciones de género; sin embargo, nunca debieron tolerarse&nbsp;y en dado caso, se debió de consignar inmediatamente.

Por otra parte, no se han arrojado mayores pruebas más allá de los testimonios revelados (que no están en tela de juicio).

Domingo ha hecho algunos “mea culpa” un poco penosos. Hay quienes han decidido cortar sus relaciones con él o el disfrute de su arte.

Hay quienes hoy aplauden sin mayor valoración estética todo lo que hace.

En lo que respecta a su reputación, el tiempo dará el veredicto;&nbsp;sin embargo, creo que siempre que se hable de su vida habrá esa mancha que de alguna forma deslustra sus amplios logros artísticos y profesionales.

Habrá que aprender a separar la valoración artística del estudio biográfico-psicológico.

Transcurridos 80 años de vida solo nos resta encontrarnos con su legado y celebrar una gran vida artística.

<h6 class="subtitle underlined">Gracias Plácido,</h6>

por tu arte;&nbsp;gracias por tu empeño en defender este género que han tratado de matar muchas veces, pero sigue con vida y a pesar de todo, volverá a resurgir.&nbsp;

Plácido Domingo

Pero también afianzó la salud espiritual, mental y física. 

Hace unos días, tuve oportunidad de reunirme en familia en la quinta de mis padres: los espacios abiertos y una garantía de sana distancia han sido la única razón por la que nos hemos podido reunir algunos fines de semana o en las fiestas de fin de año.&nbsp;

En un momento dado nos encontramos sentados en la terraza frente a la alberca y a instancias de mi cuñada nos pusimos a reflexionar sobre el 2020.&nbsp;

Hubo quienes quieren mandarlo a la chingada y cuentan con ansia la culminación del mismo;&nbsp;otros reconocen también grandes lecciones y hay quienes desean lo primero y reconocen lo segundo.&nbsp;

El ejercicio hizo a algunos derramar lágrimas: no ha sido un año fácil.

Recuerdo que la víspera del 2020 nos encontró en viaje familiar por&nbsp;Mérida; curiosamente pasamos uno de los mejores años nuevos de los últimos tiempos, si bien con una premonición de lo que sería el 2020: mi mamá pasó enferma esas vacaciones.&nbsp;

Viéndolo a distancia, el 2019 fue un año de grandes gozos; nada nos indicaba lo que se avecinaba en el 2020 y sin embargo, China ya estaba luchando con el virus del covid19.&nbsp;

Los países siguieron con sus mismas dinámicas de minimización del virus nuevo: nadie tomó previsiones.&nbsp;

Todos pensamos que era algo pasajero que otros contendrían. Nunca pensamos en lo que nosotros podíamos hacer.&nbsp;

Nadie en el gobierno de México (al menos no que tengamos noticia) tuvo la previsión inmediata de aprender a fondo sobre lo que estaba pasando; de otra forma sería inexplicable que nos encontremos en los peores lugares respecto a la contención del virus, muertes y hospitalizaciones.&nbsp;

Nadie tuvo la idea valiente de decir, en ese momento, cerremos las fronteras o los aeropuertos; cerremos los viajes a China.&nbsp;

El 2020 comenzó como un año igual que otro hasta que a fines de enero y principios de febrero finalmente nos dimos cuenta de lo que se avecinaba.&nbsp;

Para marzo varios estados cerraron y comenzaron a establecer semáforos. La federación se contentó con minimizar los riesgos, mantener la calma de la población, como si se tratara de una simple gripa salida de control.&nbsp;

Hay quienes creyeron que en un mes regresaríamos a la normalidad; no fue así.&nbsp;

Meses de encierro, reaperturas y nuevos cierres, cambio de dinámicas de trabajo y familiares.

<h5 class="subtitle handdrawn">¿QUÉ NOS TRAJO EL 2020?</h5>

Cierre de escuelas, planteles en línea, inmovilidad, contagios, hospitalizaciones, muertes provocadas por el covid, por factores de riesgo de este o por depresiones provocadas por la baja de trabajo o de ingresos, por la pérdida de la vida social.

Esa fue la factura que cobró el 2020. Perdimos amigos o familiares; se fueron personas que en un año normal probablemente no les habría tocado.&nbsp; 
&nbsp; 
Cuando pienso en los más afectados, siempre veo a&nbsp;los niños y a los adultos mayores: los primeros porque aún es incuantificable el daño provocado a esas generaciones por la ausencia del contacto físico o el trabajo físico-deportivo relacional.&nbsp;

Los segundos porque no es lo mismo que a un chavorruco o joven nos digan que nos quitan uno o dos años de libertad (viajes, socialización, experiencias) que a alguien en el otoño de la vida.&nbsp;

<h5 class="subtitle handdrawn">¿QUÉ TENEMOS NOSOTROS DE ESPECIALES?</h5>

Esto me lleva también a una pregunta que me hago ante tantos incrédulos:&nbsp;

¿Qué tenemos de especiales los humanos del 2020 respecto a los de otras épocas?&nbsp;

En el pasado pudimos haber buscado algunas respuestas a nuestras preguntas. El hecho de que hubieran pasado generaciones sin enfrentar retos de esta índole no significa que los humanos seamos ajenos a esto.&nbsp;

El SIDA, por ejemplo, sigue siendo una pandemia tremenda, hemos aprendido a cuidarnos de ella o a vivir con ella.&nbsp;

La gripe española mató a 50 millones de personas en todo el mundo, hace 100 años.&nbsp;

En el siglo XIV murieron unos 25 millones de humanos por la peste bubónica europea.&nbsp;

En el siglo XIX murieron más de 10 millones de personas por el cólera en Europa y otras partes del mundo.&nbsp;

El covid19 en otro tiempo habría alcanzado los 50 millones de decesos, si tomamos como ejemplo lo anterior.&nbsp;

Vivimos en tiempos difíciles, pero también mejor preparados en los campos de la ciencia y tecnología para hacer frente a brotes de enfermedades.&nbsp;

Ninguna vida es reparable; hay quienes murieron por contagios fortuitos, hay quienes murieron por imprudencia; por hacer uso de su libre albedrío.&nbsp;

<h5 class="subtitle handdrawn">LAS GRANDES LECCIONES DEL 2020</h5>

Muchos superaron a la enfermedad y la superarán. Y esto me lleva a ponderar las grandes lecciones que ha dejado este 2020.&nbsp;

Es indiscutible que nuestra vida se iba de las manos en una serie interminable de compromisos, de actividades de menor valor si contrastamos esto con la convivencia familiar o humana.&nbsp;

Muchos aprendieron que el trabajo se puede realizar efectivamente a distancia sin tener que pagar por una oficina.&nbsp;

Muchos aprendimos que la esencia de una labor (en este caso, las artes o la cultura) podía reinventarse hacia las plataformas digitales, hacia la transmisión.&nbsp;

Muchos nos dimos cuenta de gastos superfluos; de lo saludable que es comer en casa o de tener la noche de juegos con los hijos o el viernes de película.&nbsp;

Con esto no digo que la vida externa sea sustituible: nada superará la emoción y experiencia de escuchar a una orquesta en vivo, asistir a un concierto de jazz u ópera.

Ninguna televisión puede sustituir la experiencia de vivir un deporte en vivo.&nbsp;

Pero todo esto nos ha demostrado la resiliencia (palabra que me gusta mucho y que es satanizada por algunos fans del sistema político actual) del ser humano.&nbsp;

El 2020 nos ha dejado grandes lecciones que espero puedan ser recordadas en el 2021.&nbsp;

Estas lecciones están relacionadas con las cosas valiosas de la vida: con aquello que hace deseable la experiencia de vivir.&nbsp;

El 2020 ha puesto en evidencia el neo-oscurantismo que vivimos hoy: las teorías de la conspiración, la pseudociencia, pero también ha afianzado en otros la salud espiritual, la salud mental y la salud física.&nbsp;

<h5 class="subtitle handdrawn">2021: CAMBIO DE CONCIENCIA</h5>

El 2021 será un año de cambios graduales, pero no creo que sea diametralmente opuesto a este 2020.

Tendremos que seguir siendo pacientes en una mejora gradual, en el proceso de vacunación y conocimiento científico del covid19, pero sobre todo en lo que yo asentaría las esperanzas del ser humano (y no en el hecho de contener y soportar una enfermedad):

En un cambio de conciencia, en una búsqueda de fraternidad, en repensar los procesos y la forma en la que trabajábamos antes, en innovar.&nbsp;

Hace unos días sostuve un diálogo con un funcionario del National Endowment for the Arts de Washington y me decía que venían tiempos emocionantes pues todos los cierres que habría provocado el covid19 cambiarían las formas de gestionar o trabajar el sector cultural.&nbsp;

Esto yo lo creo para otros sectores también. Los que estamos en pie tenemos mucho por qué responder y trabajar en el futuro cercano.&nbsp;

No tenemos muchas respuestas a todas las interrogantes pero nos queda la esperanza de buscarlas: de trabajar por ellas, las cosas con esencia.&nbsp;

Que el 2021 nos encuentre a unos mexicanos más fraternos, menos polarizados y menos obsesionados con la política.&nbsp;

El 2020 mostró el neo-oscurantismo en que vivimos

¿Qué es la verdad?; &nbsp;¿Lo que se dice? ¿Lo que se dijo que se dice? ¿Lo que se cree de lo que se dice? ¿Lo que se quiere creer que se dice? No hay una respuesta contundente.&nbsp;

En el siglo XXI se ha recorrido tal camino de deshonor (después de todo, el honor es una palabra que se la lleva el viento, diría Shakespeare) que mentiras, medias verdades, son consignadas en cualquier medio. La responsabilidad está del lado de quien consigna, del que escucha y del que dice.

Las redes sociales se han convertido en un hervidero de mentiras e incongruencias que por alguna razón no pasan por filtros.&nbsp;

Se dicen cosas con la mayor facilidad. Se cuestionan acciones, individuos, gobiernos, empresas, con la mayor ligereza.&nbsp;

A mi modo de ver estamos en una época que bien a futuro podrán definir como “Neo Medievo”. 

Los nuevos esoterismos, creencias absurdas, falacias, conocimientos anticientíficos están a la orden del día y sus propagandistas viven impunes, incluso teniendo tribunas privilegiadas.&nbsp; 
&nbsp;

El principal problema es la tecnología que se ha adelantado a la capacidad de procesamiento del propio cerebro humano.&nbsp;

Si hay un emisor de bulbos, este es el cerebro humano; lo que se dice no necesariamente es lo que se quiere decir pero al quedar registrado sirve para un escrutinio severo.&nbsp;

A veces me pregunto si cuando hemos sido tan severos con el lapsus o resbalón de algún político que pronunció mal un nombre o realizó una conjugación incorrecta no será más por la necesidad de escapar rabia acumulada cual olla exprés, que un verdadero impulso a resguardar la integridad del lenguaje.&nbsp; 
&nbsp;

¿Por qué los políticos, que paradójicamente surgen de las filas ciudadanas, tendrían que ser perfectos? Cualquier reclamo háganlo a la democracia.&nbsp;

De ella ya me ocuparé. Los que venimos de Beocia (Donde se encuentra nuestra gruta), la conocemos bien.&nbsp;

Y hablando del honor, a pesar de que está demodé, me gustaría recordar que es “la cualidad moral que nos lleva al cumplimiento de nuestros deberes respecto del prójimo y de nosotros mismos”.

Dejemos el concepto “moral” para otra ocasión y centrémonos en el cumplimiento de nuestros deberes; hacer lo que es correcto, tanto para los demás como para nosotros mismos.&nbsp;

Esto no solo aplica para quienes trabajamos en el sector público (curiosamente se nos olvida la importancia de esto en nuestra vida como ciudadanos).&nbsp;

Pronto caudillos y personajes hablan de un fracaso o incumplimiento. Cuanto me habría gustado este escrutinio aplicado a los gobiernos de las administraciones anteriores de Veracruz, Coahuila, Nuevo León, Quintana Roo, Chihuahua, por poner un ejemplo; en frente de todos birlaron a la ciudadanía.&nbsp;

Ciertamente hay intereses partidistas de que los movimientos ciudadanos no prosperen. Sigo pensando en que el futuro político de México implicará una renovación de los partidos y un crecimiento del movimiento ciudadano.&nbsp;

Por lo pronto no nos vendría mal un poco de honor ( o mesura) en declaraciones descalificatorias. Es natural que el poder se contrarreste con crítica (afortunadamente, de lo contrario esto no sería una democracia) pero adelantarnos a evaluar un proyecto de gobierno en 17 meses y con un &nbsp;Estado que se recibió en ruinas, me parece oportunista.&nbsp;

Para dejar una reflexión más sobre el tema de la verdad y las redes sociales, me remito un momento al libro de Byung-Chul Han, “En el enjambre” (Erder, 2013).&nbsp;

Refiriéndose a las “shitstorm” (Tormenta de mierda) comenta que el respeto va unido a un nombre. El anonimato es el antagonista de este respeto.&nbsp; 
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La comunicación digital es entonces, principalmente, anónima y por lo tanto “destruye masivamente el respeto”.&nbsp;

La tormenta de mierda tiene muchas causas. “Es posible en una cultura de la falta de respeto y la indiscreción.” No sé a ustedes pero a mí una tormenta de mierda me evoca al medievo.&nbsp; 
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LECTURAS DE MI MESA DE NOCHE 
Lo he sostenido muchas veces, pero en este aspecto me he quedado predicando en el desierto: Julian Barnes es uno de los grandes escritores de la actualidad.&nbsp;

Si tan solo diéramos un vistazo a la literatura inglesa y un poco menos a lo que pasa en Estados Unidos, por ejemplo.&nbsp;

La prosa de Barnes (vale la pena leerlo también en inglés) es directa, enemiga de lo intrincado. Sus personajes generalmente son espectadores de acontecimientos que frecuentemente están fuera de su voluntad.&nbsp;

Su más reciente obra “El ruido del tiempo” es un apasionante retrato del compositor ruso Dimitri Shostakovich, su pensamiento, su tiempo.&nbsp;

Ahí está ese espejismo que fue la Unión Soviética de Stalin, las reformas de Nikita “el mazorca”, la censura, el poder de los representantes de artistas como Krennikov. La obsesión por la muerte en sus últimos años. Sus amores y sus hijos.&nbsp; 
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El hombre atormentado y a su modo valiente y provocador, queda plasmado en este maravilloso texto que se une a “El loro de Flaubert” o “El sentido de un final” como sus grandes trabajos.&nbsp;

Ricardo Marcos es Presidente del Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León, &nbsp;CONARTE.