El efecto FEMSA
Doña Ximena Peredo perdió su defensa del bosque de la pastora contra el estadio BBVA de Señor Fernández.
Hizo marchas. Organizó cierres. Asistía con regularidad a las delegaciones federales. Tenía razón. Mucha. El impacto en el único río vivo de la concentrada urbe es severo.
Los empresarios e inversionistas, de manera discreta y sin manejar mucha información, no secaron el rio La Silla.
El agua con una pequeña constante sigue ahí. FEMSA arregló para hacer transitable una parte rupestre. En beneficio de los vecinos y del sector residencial.
Además de ello, la refresquera y cervecería, cuentan con una dotación extra, además de los pozos de la zona del Topo Chico y de los otros mantos acuíferos gestionados con la federación.
Doña Ximena, se inventa un doctorado en Portugal. Además, el matrimonio exprés y la lejanía con su tercera tierra, le permiten mediar el encono con el señor Fernández.
A la trascendencia física de Doña Rosaura Barahona, los gastos de una familia en proceso, con pagos por cursillos en la UANL y por su colaboración semanal para El Norte, no para el grupo Reforma en sus distintas publicaciones o servicios en venta, le exige la aventura política.
Con la decencia de sus ojos y la oralidad del psychodrama, Doña Ximena compite por un espacio legislativo en el área de San Pedro y Santa Catarina.
Pierde como era de suponer. En la revoltura de ideales de Movimiento Ciudadano, consensado con FEMSA, Don Samuel García le ofrece el grado de Secretaría de Inclusión y Participación Ciudadana.
Le viene bien y, sin tanto relumbrón, Doña Ximena, es parte de una élite como antes tanto denostaba.
Es curioso. Hasta el mismo corte de cabello, de Doña Mariana Rodríguez, reina consorte del reino, la acerca mucho al estilo San Pedro.
Aunque en su segundo matrimonio, para darle un aire de pueblo, amenice la velada La Ronda Bogotá del difunto Celso Piña.
Doña Ximena, es toda una estrella en acenso, en la política de Basave, Colosio,García, Dante Delgado, y por supuesto Arca, FEMSA y Heineken.