Fuera De La Caja

Es serio

Macario Schettino DETONA: Así como Trump está facilitando a Putin la derrota de Ucrania, así piensa proceder con sus vecinos. No es nada más un asunto de aranceles o de mercantilismo; es una recomposición del orden global.

El martes pasado, en su discurso frente al Congreso, Donald Trump afirmó que en México gobierna el crimen organizado.

Poco antes, se había referido a los 29 trasladados diciendo que el gobierno de México quería quedar bien con él, hacerlo feliz.

Este fin de semana fue descubierto un horno crematorio en un rancho en el poblado de Teuchitlán, Jalisco.

Las imágenes hacen recordar las instalaciones en los museos del Holocausto, centenares de zapatos y piezas de ropa amontonadas al lado del horno.

Supongo que no hay, en este caso, el odio étnico y religioso del nazismo, pero las imágenes son sobrecogedoras.

En los últimos meses, se han encontrado decenas de restos humanos en entierros clandestinos en Sonora.

Y creo que no tengo que hablar de la guerra que vive Sinaloa desde hace medio año.

Son casos notorios, pero no únicos.

Efectivamente, a lo largo del territorio encontramos evidencia de que no hay un monopolio legítimo de la violencia, no hay Estado.

Si bien el crecimiento de la violencia tiene ya décadas, el derrumbe del Estado se aceleró en años recientes.

Cuesta trabajo reclamarle a Trump su afirmación.

Esto es serio cuando agrega uno contexto.

Como se sabe, Trump ha decidido que Ucrania debe rendirse frente a Rusia.

Le negó apoyo material y la semana pasada le cortó todo acceso a información de inteligencia, lo que Rusia ha aprovechado para incrementar sus bombardeos a ciudades ucranianas.

Este fin de semana, su aliado Elon Musk amenaza con cortar el servicio de Starlink (el sistema de internet satelital) a Ucrania.

Trump ha dicho que no importa si hay acuerdo acerca de la extracción de minerales en Ucrania; Zelenski debe rendirse y renunciar.

No está claro por qué quiere Trump esto.

Algunos pensamos que trabaja para Putin, pero no lo podemos probar.

Otros están convencidos de que es un giro geopolítico hacia el realismo: son los poderosos los que deciden, y Rusia lo es.

Aquí el problema es que Rusia no es un país poderoso.

En tres años no han podido dominar a Ucrania, un país mucho más pequeño y pobre.

Tal vez de lo que se trata es de que termine la globalización y el mundo se divida en tres áreas de influencia.

Que Rusia y Europa decidan cómo se acomodan, que China se haga cargo de Taiwán y que el hemisferio occidental esté bajo el manto estadounidense.

En ese mismo discurso, Trump insistió en que va a recuperar el canal de Panamá, y aseguró que se anexará Groenlandia, de una forma u otra.

Por otra parte, ese mismo martes aplicó el arancel general del 25%, anunció que no se aplicaría a la industria automotriz el miércoles y el jueves que no se agregaría a la mercancía cubierta por el TMEC.

Los ajustes parecen responder al daño que causó el anuncio inicial al dólar y a las bolsas de valores, y no a lo que hagan o dejen de hacer los gobiernos de Canadá y México.

Es cosa de unir los puntos.

Así como Trump está facilitando a Putin la derrota de Ucrania, así piensa proceder con sus vecinos.

No es nada más un asunto de aranceles o de mercantilismo; es una recomposición del orden global, a favor de unos pocos: los realmente poderosos.

Guiado por solamente dos asuntos: su percepción de lo que sus votantes quieren y la posibilidad de hacerse de más dinero, Trump decidirá el futuro de toda América, empezando por los que le quedan cerca.

Como le ocurrió a todo el mundo, México tampoco ha entendido lo que significa Trump 2.0. Responderle con eventos en el Zócalo abonará a su discurso.

Quiere cabezas políticas.
Macario Schettino

Profesor de la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey.