La raíz de todos los males

Rodrigo Escalante Blanchere DETONA: ¿Políticos o Ciudadanos?

En México, siempre culpamos a los líderes políticos por los problemas del país.

Sin embargo, ¿Qué tal si el verdadero problema somos todos? 

Por desgracia los ciudadanos suelen depositar su confianza y esperanza en los políticos sin cuestionar sus acciones. 

Esto ha ocasionado una falta de rendición de cuentas y una ausencia de crítica constructiva. 

Los políticos, por su parte, se benefician de esta dinámica y aprovechan la lealtad ciega de sus seguidores para mantener su poder. 

La falta de crítica y cuestionamiento hacia los políticos ha llevado a una serie de problemas, incluyendo la corrupción, la impunidad, la ineficiencia y falta de resultados. 

Es fácil caer en la tentación de señalar a figuras políticas como la raíz de todos los males.

Sin embargo, vale la pena reflexionar si el verdadero problema no reside en ningún político en particular, sino en la propia ciudadanía y su relación apática y disfuncional con el poder.

México tiene una cultura de idolatría política que daña gravemente los fundamentos mismos de la democracia.

Esta adoración ciega a los políticos se manifiesta en diversas formas, todas igualmente dañinas para el desarrollo de una sociedad crítica y participativa.

Desde el inicio del sexenio pasado existe una tendencia alarmante hacia la veneración política.

Los ciudadanos, en lugar de ver a sus representantes como servidores públicos sujetos a escrutinio, los elevan a un estatus de Dioses perfectos.

Esta actitud fomenta un culto a la personalidad que desvanece la línea entre el líder y el mesías, entre el funcionario y el salvador.

Asimismo, la confianza y esperanza depositadas en los políticos a menudo rayan en lo irracional.

Los votantes, desesperados por soluciones rápidas a problemas sistémicos, proyectan sus anhelos en figuras carismáticas que prometen el cielo y la tierra. 

Esta fe ciega no solo es ingenua, sino peligrosa, pues exime a los líderes de la responsabilidad de rendir cuentas y cumplir sus promesas.

Quizás lo más preocupante sea la falta de pensamiento crítico y cuestionamiento por parte de la ciudadanía

En una democracia saludable, los votantes deben ser vigilantes activos, dispuestos a cuestionar, criticar y exigir resultados a sus representantes.

Sin embargo, en México, existe una cultura de sumisión y adulación que elimina el debate constructivo y el desacuerdo necesario para el progreso.

Esta situación se ve afectada por un sistema educativo que no fomenta adecuadamente el pensamiento crítico y la participación cívica. 

Desde niños los mexicanos no son suficientemente instruidos en la importancia de la participación ciudadana activa, ni en las herramientas necesarias para evaluar críticamente las propuestas y acciones de sus líderes. 

La adulación política ha causado mucho daño a México

Debemos encontrar nuevos mecanismos que nos obliguen a exigir resultados y prohibir la adulación y el culto a la personalidad.

Para romper este ciclo vicioso, es muy importante un cambio de mentalidad colectiva.

Los ciudadanos deben entender que nosotros somos los patrones y los políticos nuestros trabajadores. 

Es necesario fomentar una cultura de participación ciudadana activa, donde el cuestionamiento y la crítica constructiva sean la norma, no la excepción.

La solución a los problemas de México no vendrá de un líder mesiánico ni de un partido político en particular. Surgirá de una ciudadanía informada, crítica y comprometida, que exija transparencia, rendición de cuentas y resultados tangibles.

Solo cuando los mexicanos dejemos de buscar salvadores y empecemos a asumir nuestra responsabilidad cívica, podremos construir la nación que merecemos. 

El verdadero cambio en México no vendrá de arriba hacia abajo, sino de un pueblo que finalmente decide tomar las riendas de su destino político.
Rodrigo Escalante Blachere

Licenciado en Derecho por la Facultad Libre de Derecho de Monterrey. Master en Ciencias Políticas y Administración Pública (UANL). Especialista en Asuntos Públicos, Gobierno y Compliance. Experto en temas regulatorios, legislativos y gubernamentales. Analista de riesgos normativos, lobbying, relaciones públicas y cámaras empresariales. Oficial de Cumplimiento con Certificación Internacional Compliance Officer, por el Instituto de Oficiales de Cumplimiento - IOC, España 2022-2023 y el ITESM. Compliance Officer de una de las empresas agroindustriales más relevantes de México. Ex Secretario Técnico en el Congreso del Estado de Nuevo León. Experiencia en técnica legislativa análisis y creación de legislación y normatividad nacional. Integrante de la Mesa Directiva de la Asociación Civil PRO.