La Revocación de Mandato

Alrededor de este ejercicio, lo relevante no ha sido el impulso que supone para ampliar nuestra vida democrática, sino el uso perverso del mismo.

La construcción de la democracia en nuestro país ha sido una tarea muy similar a un método de aproximaciones sucesivas, donde antes quepromover una participación ciudadana que se extienda y entienda más allá del voto, ha sujetado dicha misión a ese contexto.

En los últimos tres años se han promovido consultas y procesos políticos asociados con la participación directa de los ciudadanos.

Primero fue la consulta ciudadana para enjuiciar a los expresidentes y el pasado 10 de abril se llevo a cabo el ejercicio de Revocación de Mandato, derivado de la reforma política impulsada por la actual administración.

Al respecto se han realizado múltiples opiniones, las que se han concentrado más en el impacto y satisfacción de los deseos del proyecto político vigente.

Sin embargo, poco se ha reflexionado sobre el agotamiento y hartazgo que supone para las instituciones y para los ciudadanos, respectivamente, la organización de procesos democráticos de participación directa, además de las violaciones a las normas y ordenamientos jurídicos que regulan la participación de los agentes políticos, partidos y funcionarios respectivamente.

La Revocación de Mandato es un proyecto impulsado por la actual administración, donde buscó diseñar una herramienta de participación democrática que permitiera a la ciudadanía expresar su rechazo y retirar la legitimidad de un gobierno electo.

Alrededor de este ejercicio, lo relevante no ha sido el impulso que supone para ampliar nuestra vida democrática, sino el uso perverso del mismo.

Por el contrario, el ejercicio realizado el pasado 10 de abril, fue un proceso organizado por la propia clase política vigente y pervertido para presentarlo como un ejercicio de Ratificación de Mandato; se establecieron umbrales para volver dicho ejercicio como vinculante, es decir que su resultado fuera acatado, poniendo como límite mínimo la participación de al menos 40% del listado nominal.

Dicho proceso fue atropellado, el congreso falló varias veces al no definir las reglas de la organización de dicha consulta, tampoco autorizó la asignación de recursos financieros extraordinarios que permitieran realizar el ejercicio, los agentes políticos violentaron continuamente la ley, ordenamiento que ellos mismos habían impuesto y luchado por establecer para evitar el uso de recursos públicos.

En este sentido, habrá un balance sobre el ejercicio, las instituciones han sido sometidas a un desgaste perverso, así como la participación de los agentes políticos del partido gobernante y funcionarios públicos violentando flagrantemente la ley...

...puede entenderse como un ejercicio para observar rumbo a la elección federal de 2024, hasta donde puede violentarse la ley, hasta donde intervenir y poner en riesgo la imparcialidad y justicia del proceso electivo.

El futuro democrático de México no debe quedar resuelto en los resultados del pasado domingo.

Dos escenarios derivan de lo visto en la consulta:

  1. La búsqueda de una justificación de desaparecer al INE, por ser un árbitro con poca capacidad de organizar un proceso de votación;
  2. El dejar abierta la posibilidad de una reelección presidencial, que tanto daño haría al país, a las instituciones y a la democracia, tan sólo si existiera la mínima posibilidad de pensarse como una alternativa para 2024.
Alberto Martínez Romero

Licenciado en Periodismo y Comunicación Colectiva por la UNAM. Tiene un MBA por la Universidad Tec Milenio y cuenta con dos especialidades, en Mercadotecnia y en periodismo de investigación por el Tec de Monterrey. Tiene diversas diplomaturas en Habilidades Gerenciales por la Universidad Iberoamericana y se ha especializado en Relaciones Públicas y Atención de Crisis en Comunicación. Ha sido reportero y editor en medios como Reforma y El Universal. Fue corresponsal en Centroamérica para Reforma y Notimex. Colaboró en la realización del libro “La Huelga del Fin del Mundo”, de Hortensia Moreno y Carlos Amador, primer libro que se escribió sobre la huelga estudiantil de 10 meses en la UNAM en 1999.