La verdad manifiesta contra la verdad latente
Nada que ver con él "el siglo veinte" del Padre Infante, sitio de solaz, esparcimiento y ambiente familiar, donde mis cuñados [tres de ellos que en paz descansen] y un servidor aprendimos a mover el bote y a sangolotear el esqueleto [bailar] a la corta edad de 14 años, por la módica cantidad de a peseta la pieza.
Eso sí, con muchachas de familia, muy tolerantes y resilientes quienes enseñando a bailar se ganaban honradamente la vida, era un extra, una busca.
Para mayores informes, favor de consultar las obras completas de Sigmund Freud, publicadas en español entre 1978 y 1985.
También consultar las pasiones del espíritu de Irving Stone o ya de perdida, como dice el Brother José de los Grillos, aunque sea la sección de Josefina Leroux de El Norte, connotado diario de la ciudad de Monterrey.
Ya entrados en gastos y en antecedentes, empecemos a buscar el por qué de las cosas.
La verdad, muchas veces duele, ¿Cuando duele más? Pues obvy, como dicen los güercos hoy, cuando nos pega directamente.
- Hay verdades privadas.
- Hay verdades públicas.
- Hay verdades verdades.
- Hay verdades a medias.
- Hay verdades inventadas.
- Hay verdades históricas.
- Hay verdades descubiertas.
Hay, hay, hay....
¿Cómo entrarle sin qué nos afecten?
Es muy difícil que no nos afecten, siempre nos van a afectar y el que diga que no, que lo encierren en el psiquiátrico, como aquí algunos entenderán.
Probablemente tocar o tomar una verdad pública, como ejemplo, sea lo conducente y más acertado.
Recuerdo mis venturosos, completos y felices días infantiles y escolares en los que éramos (éramos dice la raza) utilizados ampliamente por el sistema socio económico político prevaleciente en aquel momento para dar realce (whatever it means) a eventos públicos relevantes de inauguración de obras en beneficio de la comunidad como lo fue en su momento el Hospital Infantil de la SSA, sito en la Colonia Nuevo Repueblo, casi en vecindad con la colonia Roma de Monterrey.
Sin solicitar permiso familiar, los profes nos sacaban del salón y nos llevaban en fila marchando por las calles de la colonia Independencia, hasta adentrarnos a la Nuevo Repueblo y formarnos frente a la entrada de hospital infantil que iba a ser inaugurado orgullosamente por Nuestro Señor Gobernador.
Al parecer fue el 10 de mayo de 1963 con la presencia de la Sra. Eva Sámano de López Mateos, Paseos le decía la raza, quien sabe por qué.
La primera dama de aquel tiempo hizo mucho por la infancia. Espero que cuadren las fechas.
De lo que más me acuerdo fue de que Nuestro Señor Gobernador se bajó del autobús qué lo transportaba, saludó agitando la mano a la chiquillada visible en ese momento.
Luego giró a saludar al resto de la concurrencia y despistadamente procedió a sacarse el incómodo perro que se acomoda en la región interglútea cuando pasamos mucho tiempo sentados.