Los invencibles Alito y Yasmín

Alito Moreno Cárdenas ha sobrevivido a múltiples denuncias públicas de corrupción tras haber negociado la permanencia de la guardia nacional y en lo que respecta a la guerra interna del PRI, ha mostrado que sabe nadar en el fango y tiene “carácter”. 

Alito Moreno Cárdenas ha sobrevivido a múltiples denuncias públicas de corrupción tras haber negociado la permanencia de la Guardia Nacional y en lo que respecta a la guerra interna del PRI, ha mostrado que sabe nadar en el fango y tiene “carácter”. 

Desde el año pasado la gobernadora de Campeche, Layda Sansores no se ha cansado de exhibir los abusos de poder cometidos por el tricolor en su programa el martes del Jaguar, ¿y qué pasa? Nada.

En un audio se dio a conocer que se compró dos automóviles de último modelo, los cuales rondaban los 10 millones de pesos. 

También fue del dominio público los lujosos espacios en que trabajaba cuando fue gobernador de Campeche; en otro audio se escucha cómo “Alito” habla sobre los pagos que realizó el partido en ‘cash’ al director de Televisa, Michel Bauer durante las campañas de 2021.

En otra conversación con una persona de su confianza, el líder priista acuerda una trama para la compra y venta de propiedades con el propósito de que estas no sean reportadas en su declaración patrimonial.

Entre las frases destacadas se cuentan: “A los periodistas se les mata de hambre”, también dijo: “Me quedaré en el PRI hasta 2024” y lo cumplió tras imponer una reforma a los estatutos.

“Lo que no te tumba te hace más fuerte” es un dicho popular, y esto cobra sentido cuando vemos a un Alito que ahora quiere correr del partido a sus detractores, los senadores Osorio Chong y Claudia Ruiz Massieu, y se da el lujo de nombrar a su sobrino Christian Mishel Castro Bello como secretario regional del C.E.N. del PRI para trabajar con las y los priistas de Nuevo León, Durango y Coahuila.

Pero ¿qué clase de personas apoyan y aplauden a tan corrupto personaje? ¿Con estos bueyes hay que arar? ¿Es cicuta para el veneno?

Por otra parte, tenemos a la “ministra Yasmín Esquivel” quien era la favorita de AMLO para ser la presidenta de la SCJN y tuvo que dejar de lado sus aspiraciones tras ser acusada a finales del año pasado de plagiar la tesis de licenciatura en Derecho de Edgar Ulises Báez, otro estudiante que finalizó sus estudios en1986, un año antes que ella. 

Yasmín ha intentado acusar a Ulises Báez de copiarla, después quiso mostrar pruebas de su inocencia y su último acto desesperado, ha sido solicitar a un juez un amparo en contra del proceso de investigación que realiza la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) a través del comité de honor y justicia con el fin de silenciarles. 

Como era de esperarse, los miembros del consejo de ética de la UNAM han mostrado su indignación una vez que se le exige no divulgar informaciones hasta que el poder Judicial resuelva el amparo.

Por lo pronto, la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación Norma Piña, turnó al ministro Juan Luis González Alcántara el expediente para que proponga los pasos a seguir en torno a las denuncias del presunto plagio de tesis. 

Mientras tanto Yasmín y Alito, nos siguen sorprendiendo por su enorme su capacidad para aferrarse al poder. 
Teresa Sepúlveda Elizondo

Licenciatura en Comunicación egresada de la UANL. Maestría en Procesos Electorales por la Escuela Superior de Procesos Electorales y postulante al Doctorado en Educación por la Universidad Humanista de las Américas. Periodista, catedrática, comentarista y observadora de los procesos electorales y la vida cotidiana.