Irreverente

Los revuelcos de la vida

Plácido DETONA un pasaje de la vida que podría ser de cualquiera que hoy lo lee.
Les platico:

Se dedicó a buscar a amigos a quienes hacía mucho tiempo no veía.

A algunos los encontró, y en viajes cortos y largos con ellos se vio.

Uno de esos encuentros fue memorable:
Al fondo de un túnel formado por árboles, estaba el mar.

De las casas a los lados comenzaron a salir personas y perros que ladraban al sentir sus pasos.

A lo lejos vio a tres mujeres que caminaban hacia él.

Las tres se parecían mucho y una de ellas -al acercarse- lo señaló con su mano.

Volteó a ver a la mayor y le dijo: “es él, pero ¿qué andará haciendo acá tan lejos de donde la última vez supe que vivía?”.

Era la hija hablándole a su madre y la nieta -como testigo- la escena solo veía.

Se fundieron en un abrazo contagioso que hizo a las otras dos sumarse a ellos.

Caminando rumbo al mar le preguntó por Marco, el chileno compañero de ambos en sus años de becarios.

Había muerto y al saber que la enfermedad finalmente se lo llevaría, hizo lo que él ahora hacía:

Buscó a sus amigos, quiso verlos pero a él nunca lo encontró.

Le dejó a Leonora una reliquia y le pidió que si alguna vez lo veía se la entregara.

Se había ordenado sacerdote para estar más cerca de Dios en los últimos años de su vida.

Lo habían enterrado en la Isla Negra, viendo al mar como Neruda.

De otros supo que también habían muerto, unos fueron cremados y otros enterrados.

Él quería lo primero cuando la hora le llegara y hasta había escogido el sitio donde sus cenizas reposaran.

Hoy estaba en el mar con Leonora, con su hija y con su madre, pero él quería terminar su paso por este mundo viendo a las estrellas desde el lugar más cercano en la Tierra: la montaña.

Y terminado aquel viaje se dirigió a su amadísima montaña.

Quería hacerle menos pesado el viaje a su hijo, a quien le había pedido que cuando subiera al Everest llevara sus cenizas en la mochila y las dejara allá, en el techo del mundo, para fundirse con la nieve y el hielo de la cumbre.

Santi le había respondido: "cuando suba al Everest tú irás conmigo, pero no en mi mochila".

Meses después, Santi cumplió con el último deseo de su padre…
Cajón de sastre:

:’-)

Para mi querida Wicha Kaún, que todos los días escuchaba "Hotel California", en su casa de El Rosario.
Plácido Garza

Presidente y fundador de la plataforma noticiosa www.detona.com que cuenta con un periódico digital y canales de TV en YouTube y TikTok. Ganador del Premio Nacional de Comunicación para Medios Digitales 2023, otorgado por la “Fundación José Pagés Llergo”. Ganador del Trofeo Regio 2024 en la categoría de Comunicación. Nominado a los Premios de Periodismo “Maria Moors Cabot", de la Universidad de Columbia en NYC; "Sociedad Interamericana de Prensa", en Miami; “Nacional de Periodismo” en México y Premio Nuevo León de Periodismo “Francisco Cerda Muñoz” 2024. Miembro de los Consejos de Administración de diversas corporaciones globales.  Creador de la primera plataforma BigData en América Latina.  Exporta información a empresas y gobiernos de varios países.
Es uno de los periodistas más influyentes en el ámbito socio-político de México. Escribe todos los días su columna "Irreverente" para medios nacionales y extranjeros. Maestro de distinguidos comunicadores en el ITESM, la U-ERRE y universidades de EEUU. El 29 de septiembre de 2022, Plácido Garza es incluido en la Enciclopedia de la Literatura en México por su libro “Irreverente”, donde se le destaca en la reseña como “un disparador incansable de ideas, algunas provocadoras, otras, lapidarias”. Es reconocido por su tono fresco y mordaz de crítica política y social, así como una viva expresión de la lengua y la cultura mexicana; una mezcla antagónica generada por la proximidad con Estados Unidos. Como montañista, ha conquistado las cumbres más altas de América y algunas de Asia y Europa.