Make a wish

Gerson Gómez DETONA: Preguntamos de manera aleatoria ¿Como ven el mundo en lo general? Las expectativas racionales de esperanza o decepción.

Cambiamos de lado a lado desde hace un año.

Volvimos a la vida después de ir de salida, tenemos fe o la perdimos.

Es la realidad inconfesada, la generación siguiente, la postrera, resulta cruel y apática.

Brinca directo al vacío.

Tampoco las condiciones les permiten porvenir de dicha o felicidad.

Pedimos un deseo, despertar a la conciencia, abandono de estigmas lisonjeros o extremismo de relajación.

En la sinfonola, pues la orquesta prefirió salvarse, plantar los segundos de fama o éxito, sin tranza, es como heredar la vivienda descascarada, mayor problema a cargar la posibilidad de ascenso social.

Tan limitada cumbre por subir.

En corto, mediano y no tan lejano, largo plazo, las clínicas de rehabilitación de adicciones, para superar la depresión crónica o toda la gama de variaciones de trastornos psíquicos.

Bailamos el slam, mosh pit y death wall de cotizaciones para una vejez inalcanzable.

Cimientos de papel en terrenos fangosos y de desahucio, los honrosos sueños de la niñez, de astronauta, futbolista, rockero o presidente del país rinde réditos escuetos.

Embriagarse en la absolución de carreras profesionales apócrifas.

Debemos detener la poda del suicidio colectivo retornando al humanismo necesario; la fe es trabajosa.

Quienes somos en realidad.

Pasar conectados en la matrix, la internet, inconscientes horas.

Abre los ojos. Cierralos.

Escuchamos en la sala de cuidados intensivos a la pareja de sado extremo, la congoja al caer el telón del show, agonizantes.

Al salir en bolsa gris rumbo al olvido, a la morgue.

Pido un deseo, solo uno, despiértenme si estoy soñando.
Gerson Gómez

Morelense de cepa Regiomontana. LCC con especialidad periodismo (UANL). Doctor en Artes y Humanidades (I.C.A.H.M.). Tránsfuga de la mesa de redacción en diferentes periódicos como El Diario de Monterrey, Tribuna de Monterrey, y del grupo Reforma en el matutino Metro y vespertino El Sol. Escort de rockeros, cumbiamberos, vallenatos y aprendices al mundo de la farándula. Asiste o asistía regularmente a conciertos, salas de baile, lupanares, premieres, partidos de fútbol y hasta al culto dominical. Le teme al cosmos, al SAT, a la vejez y a la escasez de bebidas etílicas. Practica con regularidad el ghosting. Autor de varios libros de crónica como Hemisferio de las Estaciones, Crónicas Perdidas, Montehell, Turista del Apocalipsis, Monterrey Pop y Prêt-à-porter: crónicas a la medida.