Narcoterrorismo en México

José Luis Elizondo Treviño DETONA: Recientemente, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva en la que declara como organizaciones terroristas a seis cárteles de la droga mexicanos.

Los seis cárteles de la droga mexicanos declarados organizaciones terroristas:

  • El Cártel Jalisco Nueva Generación
  • La Nueva Familia Michoacana
  • El Cártel de Sinaloa
  • El Cártel del Golfo
  • El Cártel del Noreste
  • Y la organización criminal Cárteles Unidos

Esta medida busca combatir la violencia y el narcotráfico que afectan tanto a México como a Estados Unidos, y refleja la creciente preocupación por el poder y el dominio y control de amplios territorios en el país, por parte de estos grupos criminales.

Con esta designación, el gobierno estadounidense adquiere facultades legales para emprender acciones militares en el extranjero contra estos cárteles.

Aunque una intervención directa requeriría la autorización del Congreso de Estados Unidos, el uso de drones y operaciones encubiertas no está sujeto a las mismas restricciones.

Esto plantea un escenario complejo para México, que podría ver comprometida su soberanía si no se toman medidas contundentes para enfrentar a estos grupos.

¿Son terroristas los cárteles mexicanos?

La respuesta parece afirmativa si analizamos sus métodos.

Los campos minados en Michoacán, los enfrentamientos armados en Sinaloa que han obligado a comunidades enteras a abandonar escuelas y trabajos, además, las familias han optado por resguardarse en sus casas desde las cinco o seis de la tarde, o la exhibición de la cabeza decapitada de un alcalde electo en Guerrero, son acciones que infunden terror en la población.

Estas tácticas no solo buscan controlar territorios, sino también desestabilizar a las instituciones y sembrar el miedo como herramienta de control y dominación.

Ahora bien, los cárteles mexicanos no son simples organizaciones criminales; son estructuras altamente sofisticadas y bien armadas.

Gran parte de su arsenal proviene de Estados Unidos, donde el tráfico de armas hacia México es un problema persistente.

A cambio, los cárteles envían cargamentos de drogas que alimentan la crisis de adicciones en el país vecino.

Este intercambio perverso ha permitido a los cárteles acumular un poderío militar que rivaliza con el de muchos ejércitos.

Además, estos grupos tienen presencia en varios países de América Latina e incluso operan en ciudades estadounidenses.

Su capacidad para adaptarse y su acceso a tecnología avanzada los convierte en un enemigo formidable.

No sería sorprendente que contaran con los medios para neutralizar los drones.

Ante esta situación, la colaboración entre México y Estados Unidos es indispensable.

Las fuerzas armadas mexicanas, bajo el liderazgo de la Dra. Claudia Sheinbaum, tendrán que trabajar en estrecha coordinación con las autoridades estadounidenses para combatir el narcotráfico y el terrorismo que estos cárteles representan.

Sin embargo, esta colaboración debe ser cuidadosamente gestionada para evitar que se perciba como una injerencia que atente contra la soberanía nacional.

México enfrenta un dilema.

Si no actúa con firmeza, podría ser acusado de complicidad con los cárteles; pero si permite una intervención extranjera, podría verse vulnerado su derecho a la autodeterminación.

Por eso es importante fortalecer las instituciones de seguridad locales, mejorar la inteligencia y la cooperación internacional, y atacar las raíces socioeconómicas que alimentan el narcotráfico.

El narcoterrorismo en México es una amenaza que trasciende fronteras y requiere soluciones integrales.

La designación de los cárteles como organizaciones terroristas por parte de Estados Unidos es un llamado de atención urgente.

México debe actuar con determinación para evitar que esta crisis se convierta en un conflicto de mayores proporciones.

La colaboración internacional es necesaria, pero siempre respetando la soberanía nacional y los intereses de los mexicanos.
José Luis Elizondo Treviño

Profesor y abogado con más de 30 años en el servicio público estatal y municipal. Articulista en diversos medios digitales.