Política educativa del gobierno de Sheinbaum
El próximo 26 de agosto iniciará formalmente el ciclo escolar 2024 – 2025, y aunque la presidenta electa Claudia Sheinbaum tomará protesta de su cargo hasta el próximo primero de octubre, prácticamente será la responsable de llevar a buen puerto el año escolar que concluirá en el mes de julio del año entrante.
La designación de Mario Delgado como Secretario de Educación Pública, ha generado numerosas dudas sobre el camino que seguirá la política educativa nacional, y no por el perfil profesional del próximo Secretario sino, sobre todo, por el perfil político del aún presidente de MORENA.
Su misión, hasta lo que se ha visto ahorita, no es elevar la calidad de la educación, sino tener contento al poderoso sindicato magisterial, y la prueba de esta afirmación se corroboró el día siguiente de su nominación, cuando fue a reunirse con el dirigente nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
No está mal que busque acercamientos con el SNTE, pero también tendría que reunirse con especialistas en pedagogía y didáctica para analizar métodos y contenidos educativos, porque todos sabemos que los resultados de la prueba PISA han arrojado un retroceso en el conocimiento y dominio de las matemáticas y ciencias en la educación básica.
Todos reconocemos que aprender bien las matemáticas, y el español es básico para los alumnos, porque son las herramientas básicas que necesita todo estudiante para adquirir nuevos aprendizajes.
Pero al parecer, no es un tema de interés para la actual Secretaría de Educación
Pero en México las pruebas PISA y cualquier otro instrumento de evaluación de los aprendizajes, no sirven para elaborar estrategias educativas que mejoren los aprendizajes de las y los estudiantes de educación básica. Incluso, el gobierno federal ha mantenido en reserva los resultados de la prueba Planea, aplicada en septiembre y octubre del 2023.
Y ante un amparo promovido por la asociación civil “Aprender Primero” para que difundan los resultados de ese instrumento de evaluación, la Comisión para la Mejora Continua de la Educación, que depende de la SEP, promovió ante un Tribunal Colegiado la suspensión otorgada por el Juez, para evitar que se den a conocer los resultados al público.
Lo que no se mide, no se puede mejorar, y la política educativa del actual gobierno no ha dado los resultados esperados.
En la prueba PISA, la que no controla el gobierno, se muestra el retroceso de la educación en el país; la prueba que si controla, Planea, debió ser catastrófica para que se nieguen a dar a conocer los resultados.
Hasta ahorita, lo que la Presidenta electa ha mencionado de su política educativa consiste en otorgar becas, es decir entregar dinero, a todos los estudiantes del país.
Pero de conocimientos y aprendizajes, ni ella ni el próximo Secretario de Educación han dicho nada.