¿Qué hacer en NL con el arancel de 25% que Trump impone a México?
En principio de cuentas, nos convendría a los nuevoleoneses analizar la psicología negociadora del presidente Trump.
Nosotros, los regiomontanos, sabemos negociar. Somos comerciantes por naturaleza, digamos que por herencia genética.
Recordemos que el inquilino de la Casa Blanca no es un político ni un emprendedor; es un especulador inmobiliario.
Su estrategia consiste, literalmente, en ganar terreno.
En su libro “No trade is free”, Robert Lighthizer aclara que Trump suele seguir negociando aún después de tomar una decisión. Dicho de otro modo, quizá con la imposición de 25% de aranceles, la negociación trumpista no se clausura, sino que apenas comienza, ganando terreno.
- En el universo paralelo de Trump, nada está labrado en piedra.
- Sabe que, definitivamente, sólo la Parca es irreversible.
Y Lighthizer no es cualquier analista financiero.
Fue nada menos quien sistematizó, durante el primer mandato de Trump, el método del arancel como medida de coerción (¿extorsión diplomática?) más allá del perímetro comercial, que es como utiliza los aranceles el presidente magnate.
Sin embargo, habría que emprender desde Nuevo León una mesa de acuerdos permanente con el gobierno federal.
Por un lado, para mitigar el impacto de esta medida (que no será leve ni exenta de altos riesgos), y, por otro lado, para responder a los acuerdos que en corto siguen haciendo a la fecha el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, con su homólogo estadounidense, el secretario de Comercio, Howard Lutnick.
Lo más probable (con sus reservas, obviamente), es que, tras imponer el 25% de aranceles, la medida se suspenda en uno o dos meses, dependiendo de cómo se calienten los mercados en EUA, cómo reaccione la bolsa de valores de nuestros vecinos (parece que no van bien los pronósticos ahí), y qué tanto se dispare allá la inflación, porque el impuesto no lo absorberá el productor mexicano, sino el consumidor gringo.
Al menos eso le dijo ayer Lutnick a Ebrard (lo digo con conocimiento de causa). Además, según el propio Lutnick, ya se tiene el antecedente de los aranceles a las lavadoras de México, que impuso Trump en su primer mandato, y el consumidor de clase media pegó el grito en el cielo hasta que se retiró la medida.
Con esto quiero decir que Trump está midiendo los alcances de su decisión, que fue promesa de campaña. Y es que con Trump no solo del dicho al hecho, sino del hecho al lecho, se cae lo maltrecho.
Tampoco olvidemos que lo que subyace como amenaza en el fondo del quid es el despliegue de tropas militares y armamento en la frontera, especialmente de Texas.
La brigada Stryker, en concreto el segundo equipo de combate de la división cuarta de infantería que está pegada al Puente Colombia, no es una brigada de defensa, sino de asalto.
Algo similar pasó en los años 80, con la crisis diplomática tras el asesinato del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena.
No hablo de una posible intervención militar, pero sí de un potencial riesgo que puede detonar una intervención inesperada por una eventual contingencia del crimen organizado en la zona.
Cuidado con eso, porque la administración Trump ha vinculado los aranceles al tráfico de drogas y la migración, así que intensifiquemos las medidas de seguridad en Nuevo León, como operativos contra el narcotráfico.
Todo vale a la hora de exhibir compromisos norestenses para evitar que los aranceles se mantengan.
Recuerdo una frase atribuida a David Rockefeller:
“Todo lo que necesitamos es una gran crisis para que las naciones acepten nuestro nuevo orden”.
Así Trump.
Por lo pronto, diseñemos estrategias (¿lo estamos haciendo?) para diversificarnos en nuevos mercados.
A fin de no perder competitividad en el mercado estadounidense, Nuevo León debe promover exportaciones a Asia (China, Japón, Corea del Sur), Europa y América Latina.
¿El mercado de los BRICS?
Podría ser, si antes operamos planes logísticos, incentivos fiscales, subsidios y exenciones fiscales que contrarresten la esperada caída en las exportaciones de aquí al Norte.
Finalmente, tenemos que ajustar a más brevedad las cadenas de suministro, de entrada, las del sector automotriz, manufacturero y de electrodomésticos (que son punta de lanza en Nuevo León), buscando proveedores locales o en países no afectados por aranceles para reducir costos y relocalizar parte de nuestra producción nuevoleonesa dentro de México para el mercado interno.
Decía Alfonso Reyes que los nuevoleoneses somos héroes en mangas de camisa.
Ahora seamos héroes que nos crecemos al castigo.
Y sí, los aranceles son un injusto y aberrante castigo que nos afecta a todos los bandos por igual, incluyendoa los norteamericanos.